Uno de los detenidos en la toma de rehenes había escapado de la cárcel

Uno de los dos detenidos por la toma de rehenes la madrugada del miércoles en el barrio de Parque Chacabuco estaba prófugo de la Justicia desde junio pasado cuando no regresó a la cárcel de la provincia de La Pampa tras una salida transitoria.

26 SEP 2017 - 23:57 | Actualizado

Se trata de César Alberto Díaz (41), sobre quien pesaba una orden de captura y detención por "rebeldía" desde el 5 de junio último, cuando no regresó al Instituto Correccional Abierto de General Pico, La Pampa, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en el cual se encontraba detenido.

Según el registro de antecedentes penales, Díaz había sido condenado en el 2008 a una pena de 11 años de prisión en el marco de una causa por el delito de "encubrimiento agravado" y "resistencia a la autoridad", y en los últimos meses había empezado a cumplir su pena en ese instituto de régimen abierto del SPF al que el 5 de junio último nunca más regresó.

El otro detenido en la toma de rehenes fue el ciudadano boliviano Frank Maldonado Cuéllar (32), quien también tenía antecedentes penales.

Según las fuentes policiales, en diciembre del 2013 había sido condenado a cuatro años por homicidio simple en grado de tentativa; en noviembre del 2015 salió en libertad condicional, pero en diciembre del 2016 volvió a ser condenado a dos meses de prisión por ser coautor de un robo en grado de tentativa.

Los dos sospechosos quedaron alojados en la comisaría 12da. de la Policía de la Ciudad y mañana por la mañana serán trasladados a la alcaidía de Tribunales porteño para ser indagados por el juez en lo Criminal y Correccional 54, Walter José Candela, quien caratuló la causa como "privación ilegal de la libertad, robo y lesiones".

En tanto, el dueño de la casa del barrio de Parque Chacabuco donde él, su esposa y su hijo fueron tomados de rehenes por los dos delincuentes armados que también mantuvieron cautivos durante más de ocho horas a cuatro policías, aseguró hoy que vivió "una pesadilla" y agradeció "a Dios" que todo todo terminó sin heridos.

Se trata de Osvaldo Rosseti (66), quien reside en Puan 635 junto a Graciela Salerno (64) y el hijo de ambos, Nicolás (27), y contó que los asaltantes que entraron a la vivienda efectuaron un disparo cuando ingresaron los primeros dos efectivos que fueron capturados mientras él y sus padres lograban escapar.

"Llegaron por los techos y entraron por la terraza. Yo lamentablemente tenía la puerta abierta. Si hubiese estado cerrada, nada de esto hubiera pasado", lamentó esta mañana la mujer al realizar declaraciones a la prensa en la puerta de su casa, ubicada a la vuelta de la veterinaria de avenida Directorio al 1300, de donde escapaban los delincuentes tras cometer un asalto.

El intento de robo ocurrió alrededor de las 20.20 y fue un llamado al 911 de vecinos el que alertó de la situación a la Policía, por lo que un primer patrullero con dos efectivos de la comisaría 12da. se trasladó rápidamente hasta el lugar, lo que originó la fuga de los asaltantes por los techos vecinos hasta que llegaron hasta una escalera que los conectó con la vivienda de los Rosseti.

Según Nicolás, él se acababa de levantar de una siesta cuando fue a ver a su padre al living y se encontró en los fondos de la casa con dos delincuentes armados que lo redujeron sin que el hombre se diese cuenta de nada y mientras su madre dormía.

"Estaban a cara descubierta y nerviosos. Decían 'nos está siguiendo la policía'. En un momento hablaron por teléfono, se ve que con un campana que los esperaba afuera y dijeron 'nos tienen rodeados'", recordó el joven y detalló que los ladrones le robaron su billetera.

Nicolás también recordó que los asaltantes lo ataron "con un corpiño y una bufanda" y lo tiraron al piso de su dormitorio, aunque aclaró que en ningún momento lo "maltrataron ni pegaron".

"Agarraron ropa del ropero para camuflarse y en ese momento tocan el timbre, mi viejo abre la puerta y entran dos policías", contó el joven y añadió que estos efectivos "se encontraron con los dos delincuentes en un pasillo, momento en que se produjo un disparo" que fue efectuado con un revólver calibre .38 de uno de los asaltantes.

Nicolás dijo que aprovechó esta situación para levantarse del piso -momento en que alcanzó a ver "a un policía reducido en el piso"- y salir corriendo "en calzoncillos".

El joven recordó que fue reducido por otros efectivos que se encontraban afuera de la vivienda que inicialmente sospecharon que podía tratarse de uno de los ladrones.

En tanto, su padre aprovechó el momento cuando le abrió la puerta a los policías para salir de la casa junto a su madre, que se había despertado con el disparo.

Nicolás detalló que él y sus padres sólo permanecieron de rehenes "minutos" pero que los delincuentes se quedaron "una hora más" adentro con dos policías esposados, hasta que capturaron a los otros dos efectivos y con estos "estuvieron como siete horas dentro del patrullero".

"Soy una persona grande, con problemas de salud y esto afecta en todo sentido. Es una pesadilla, uno se cansa, pero gracias a Dios salió todo bien, los policías están bien, nosotros salimos ilesos y los delincuentes están detenidos", concluyó Osvaldo.

Por otra parte, los delincuentes despojaron a los cuatro policías retenidos de sus armas reglamentarias y sus chalecos antibalas y que mientras que a los primeros dos los abandonaron dentro de la casa -de la que los efectivos salieron por sus propios medios- a los otros los utilizaron como "escudos humanos" para poder abordar el patrullero de la comisaría 38va. en el que no pudieron escapar porque los demás móviles le cerraron el paso.

Ante esta situación, los delincuentes se atrincheraron dentro del móvil, lo que motivó una negociación con un mediador del grupo táctico de División Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM).

Alrededor de las 0.50 de ayer, los delincuentes liberaron ileso a uno de los policías retenidos en el patrullero y minutos antes de las 5 al segundo, tras lo cual fueron detenidos.

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26 SEP 2017 - 23:57

Se trata de César Alberto Díaz (41), sobre quien pesaba una orden de captura y detención por "rebeldía" desde el 5 de junio último, cuando no regresó al Instituto Correccional Abierto de General Pico, La Pampa, dependiente del Servicio Penitenciario Federal (SPF), en el cual se encontraba detenido.

Según el registro de antecedentes penales, Díaz había sido condenado en el 2008 a una pena de 11 años de prisión en el marco de una causa por el delito de "encubrimiento agravado" y "resistencia a la autoridad", y en los últimos meses había empezado a cumplir su pena en ese instituto de régimen abierto del SPF al que el 5 de junio último nunca más regresó.

El otro detenido en la toma de rehenes fue el ciudadano boliviano Frank Maldonado Cuéllar (32), quien también tenía antecedentes penales.

Según las fuentes policiales, en diciembre del 2013 había sido condenado a cuatro años por homicidio simple en grado de tentativa; en noviembre del 2015 salió en libertad condicional, pero en diciembre del 2016 volvió a ser condenado a dos meses de prisión por ser coautor de un robo en grado de tentativa.

Los dos sospechosos quedaron alojados en la comisaría 12da. de la Policía de la Ciudad y mañana por la mañana serán trasladados a la alcaidía de Tribunales porteño para ser indagados por el juez en lo Criminal y Correccional 54, Walter José Candela, quien caratuló la causa como "privación ilegal de la libertad, robo y lesiones".

En tanto, el dueño de la casa del barrio de Parque Chacabuco donde él, su esposa y su hijo fueron tomados de rehenes por los dos delincuentes armados que también mantuvieron cautivos durante más de ocho horas a cuatro policías, aseguró hoy que vivió "una pesadilla" y agradeció "a Dios" que todo todo terminó sin heridos.

Se trata de Osvaldo Rosseti (66), quien reside en Puan 635 junto a Graciela Salerno (64) y el hijo de ambos, Nicolás (27), y contó que los asaltantes que entraron a la vivienda efectuaron un disparo cuando ingresaron los primeros dos efectivos que fueron capturados mientras él y sus padres lograban escapar.

"Llegaron por los techos y entraron por la terraza. Yo lamentablemente tenía la puerta abierta. Si hubiese estado cerrada, nada de esto hubiera pasado", lamentó esta mañana la mujer al realizar declaraciones a la prensa en la puerta de su casa, ubicada a la vuelta de la veterinaria de avenida Directorio al 1300, de donde escapaban los delincuentes tras cometer un asalto.

El intento de robo ocurrió alrededor de las 20.20 y fue un llamado al 911 de vecinos el que alertó de la situación a la Policía, por lo que un primer patrullero con dos efectivos de la comisaría 12da. se trasladó rápidamente hasta el lugar, lo que originó la fuga de los asaltantes por los techos vecinos hasta que llegaron hasta una escalera que los conectó con la vivienda de los Rosseti.

Según Nicolás, él se acababa de levantar de una siesta cuando fue a ver a su padre al living y se encontró en los fondos de la casa con dos delincuentes armados que lo redujeron sin que el hombre se diese cuenta de nada y mientras su madre dormía.

"Estaban a cara descubierta y nerviosos. Decían 'nos está siguiendo la policía'. En un momento hablaron por teléfono, se ve que con un campana que los esperaba afuera y dijeron 'nos tienen rodeados'", recordó el joven y detalló que los ladrones le robaron su billetera.

Nicolás también recordó que los asaltantes lo ataron "con un corpiño y una bufanda" y lo tiraron al piso de su dormitorio, aunque aclaró que en ningún momento lo "maltrataron ni pegaron".

"Agarraron ropa del ropero para camuflarse y en ese momento tocan el timbre, mi viejo abre la puerta y entran dos policías", contó el joven y añadió que estos efectivos "se encontraron con los dos delincuentes en un pasillo, momento en que se produjo un disparo" que fue efectuado con un revólver calibre .38 de uno de los asaltantes.

Nicolás dijo que aprovechó esta situación para levantarse del piso -momento en que alcanzó a ver "a un policía reducido en el piso"- y salir corriendo "en calzoncillos".

El joven recordó que fue reducido por otros efectivos que se encontraban afuera de la vivienda que inicialmente sospecharon que podía tratarse de uno de los ladrones.

En tanto, su padre aprovechó el momento cuando le abrió la puerta a los policías para salir de la casa junto a su madre, que se había despertado con el disparo.

Nicolás detalló que él y sus padres sólo permanecieron de rehenes "minutos" pero que los delincuentes se quedaron "una hora más" adentro con dos policías esposados, hasta que capturaron a los otros dos efectivos y con estos "estuvieron como siete horas dentro del patrullero".

"Soy una persona grande, con problemas de salud y esto afecta en todo sentido. Es una pesadilla, uno se cansa, pero gracias a Dios salió todo bien, los policías están bien, nosotros salimos ilesos y los delincuentes están detenidos", concluyó Osvaldo.

Por otra parte, los delincuentes despojaron a los cuatro policías retenidos de sus armas reglamentarias y sus chalecos antibalas y que mientras que a los primeros dos los abandonaron dentro de la casa -de la que los efectivos salieron por sus propios medios- a los otros los utilizaron como "escudos humanos" para poder abordar el patrullero de la comisaría 38va. en el que no pudieron escapar porque los demás móviles le cerraron el paso.

Ante esta situación, los delincuentes se atrincheraron dentro del móvil, lo que motivó una negociación con un mediador del grupo táctico de División Operaciones Especiales Metropolitanas (DOEM).

Alrededor de las 0.50 de ayer, los delincuentes liberaron ileso a uno de los policías retenidos en el patrullero y minutos antes de las 5 al segundo, tras lo cual fueron detenidos.


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