El reporte del Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IPPR) advirtió que casi la mitad de los empleos británicos corren el riesgo de ser reemplazados por robots.
Se relevó que 44% de los puestos actuales podrían automatizarse, amenazando los empleos que generan 290.000 millones de libras al año (US$ 380.000 millones), lo que, de acuerdo con el estudio, ampliará la brecha entre ricos y pobres.
Los ingresos de los trabajadores con ingresos más bajos mermarán con la nueva era de la automatización, lo que sería particularmente devastador en varias partes del país: tienen cinco veces más chances de ser automatizados.
Una reasignación constante durante varias décadas
"El trabajo será transformado por la automatización, no eliminado; es probable que conduzca a una reasignación constante de la mano de obra durante varias décadas", agregó el informe del think tank, que destacó que, no obstante, "podría haber un boom en empleos altamente calificados en áreas en que los humanos aún le ganan a las máquinas".
Al respecto, se mencionó que la automatización podría aumentar la demanda de trabajo en roles creativos, cognitivos, de planificación, de toma de decisiones, de gestión y de cuidado.
También aumentará la productividad de forma muy significativa, surgirán nuevos empleos y formas de trabajar, a menudo en estrecha colaboración con las máquinas.
Sin embargo, el informe advirtió que los trabajos en los que 'los humanos trabajen en conjunto con las máquinas podrían tener un mayor control y sufrir estrés en el lugar de trabajo.
Según Mathew Lawrence, investigador de IPPR, si se gestiona mal los beneficios de la automatización, estos podrían concentrarse en unos pocos, beneficiando a los empresarios y trabajadores altamente calificados.
En ese sentido, instaron al gobierno a ayudar con la capacitación y compartir los beneficios de los avances en tecnología para evitar el aumento de la desigualdad.
Para Carys Roberts, otro de los investigadores, "algunas personas obtendrán un aumento de sueldo, mientras que otras quedarán en sectores de baja remuneración y productividad".
Por zonas, los empleos en el noreste de Inglaterra e Irlanda del Norte corren mayor riesgo, mientras que Londres y el sur serían los menos perjudicados, lo que podría conducir a desigualdades geográficas más amplias.
Hasta el 48% de los trabajos en el noreste tienen un alto potencial técnico para la automatización, frente al 39% en la capital.
El reporte del Instituto de Investigación de Políticas Públicas (IPPR) advirtió que casi la mitad de los empleos británicos corren el riesgo de ser reemplazados por robots.
Se relevó que 44% de los puestos actuales podrían automatizarse, amenazando los empleos que generan 290.000 millones de libras al año (US$ 380.000 millones), lo que, de acuerdo con el estudio, ampliará la brecha entre ricos y pobres.
Los ingresos de los trabajadores con ingresos más bajos mermarán con la nueva era de la automatización, lo que sería particularmente devastador en varias partes del país: tienen cinco veces más chances de ser automatizados.
Una reasignación constante durante varias décadas
"El trabajo será transformado por la automatización, no eliminado; es probable que conduzca a una reasignación constante de la mano de obra durante varias décadas", agregó el informe del think tank, que destacó que, no obstante, "podría haber un boom en empleos altamente calificados en áreas en que los humanos aún le ganan a las máquinas".
Al respecto, se mencionó que la automatización podría aumentar la demanda de trabajo en roles creativos, cognitivos, de planificación, de toma de decisiones, de gestión y de cuidado.
También aumentará la productividad de forma muy significativa, surgirán nuevos empleos y formas de trabajar, a menudo en estrecha colaboración con las máquinas.
Sin embargo, el informe advirtió que los trabajos en los que 'los humanos trabajen en conjunto con las máquinas podrían tener un mayor control y sufrir estrés en el lugar de trabajo.
Según Mathew Lawrence, investigador de IPPR, si se gestiona mal los beneficios de la automatización, estos podrían concentrarse en unos pocos, beneficiando a los empresarios y trabajadores altamente calificados.
En ese sentido, instaron al gobierno a ayudar con la capacitación y compartir los beneficios de los avances en tecnología para evitar el aumento de la desigualdad.
Para Carys Roberts, otro de los investigadores, "algunas personas obtendrán un aumento de sueldo, mientras que otras quedarán en sectores de baja remuneración y productividad".
Por zonas, los empleos en el noreste de Inglaterra e Irlanda del Norte corren mayor riesgo, mientras que Londres y el sur serían los menos perjudicados, lo que podría conducir a desigualdades geográficas más amplias.
Hasta el 48% de los trabajos en el noreste tienen un alto potencial técnico para la automatización, frente al 39% en la capital.