“Decir que es un depósito es lo más fácil pero no tiene ningún buen resultado”

Los prejuicios sobre el COSE. Entrevista con la directora de la institución, Marianela Holm.

30 DIC 2017 - 20:49 | Actualizado


-¿Cuántos operadores hay?
-Vinieron 6 más de Madryn así que se equilibró la falta de personal. Hoy tenemos 30 personas trabajando en total, con administrativos, dirección, vicedirección y cocinero.

-¿Hay chicos que llegan seguido?
-Sí, justamente ese es el problema. No se trabaja con la familia y la problemática de consumo. El pibe es otra persona, cuando se llega a la institución se desintoxica aunque hoy el Centro no tiene un tratamiento. Si el pibe hace un tratamiento maravilloso dentro del contexto de encierro y sale afuera y no tiene un seguimiento, es probable, como pasa, que a la semana esté de vuelta.

-¿Llegan los chicos con signos de adicción claros?
-Sí, claros, totalmente.

-¿La cantidad de ingresos tiene un límite?
-Hasta los 18 años puede ingresar. Hubo casos de adolescentes que cumplieron la mayoría de edad y eso queda a criterio de la Dirección. Sostuve, y fue una de las críticas de los operadores que se fueron, que el pibe debe terminar de cumplir la medida socioeducativa al margen de su mayoría de edad. Así le contesté al juez, considerando que si lo mandábamos a la penitenciaría era una fruta que estaba podrida, o sea que no se iba a recuperar nunca más.


Recuperación

-¿Hay chicos irrecuperables?
-No, hay chicos que requieren de un trabajo muchísimo más estricto, que es donde el Estado está fallando, en el afuera, en las juntas, en la familia. El niño no es malo sino que adquiere costumbres o no adquiere límites que no le han puesto. No hago responsable a la familia, pero lo establece la Constitución: el primer responsable es la familia, la segunda la sociedad y la tercera es el Estado. Pero acá se acude al Estado como primera solución y no es así.

-¿Qué le gustaría mejorar del edificio?
-Dejar la cocina en condiciones con un horno en condiciones, para que a futuro se puedan producir cosas para devolver a la sociedad, como las estufas. Si tuviéramos un horno se podría hacer una producción el año que viene en el curso de cocina. Pero lo edilicio se va solucionando por la gente que trabaja ahí. El otro día arreglaron el horno los mismos operadores. Además retomamos la huerta y está a cargo del operador Ramón Monterrosa. Le encanta y los chicos lo acompañan un montón.

-¿Qué personal necesita?
-Sumaría asistentes y trabajadores sociales, y acompañantes terapéuticos. Está en trámite la firma de un convenio de pasantías con la Universidad del Chubut. Le sirve al estudiante como experiencia y a nosotros como Estado.

Sin incidentes

-Hace mucho que no se habla de incidentes en el COSE…
-Es destacable la labor de Maldonado, el vice. Tiene muchísimos años trabajando y hay cosas que se aprenden con la práctica. Podés estudiar un montón pero hay mañas que las sabe alguien que está adentro hace muchos años. Él bajó un lineamiento unificado y como también fue un compañero, los otros operadores se pusieron la camiseta y empezaron a trabajar.

-¿Cómo toma los prejuicios con el COSE?
-Hago mea culpa, fui parte de esa sociedad que señalaba con el dedo a los grandes que había que matarlos o encerrarlos, no tanto con los chicos. Desde el desconocimiento uno puede hablar. Algunos medios, y es autocrítica porque pertenezco a uno, no dan la información o la dan direccionada. El ciudadano se queda con eso, habría que hacer mea culpa de todas las instituciones y la sociedad. No queremos inseguridad pero tampoco queremos ayudar a que no suceda. No es sólo el Estado el que debe asegurar la vida en sociedad, uno también.

-Si le digo que el COSE es solamente un depósito para los jóvenes, ¿qué me dice?
-Que es lo más fácil pero que no tiene ningún buen resultado. Uno puede ir de 8 a 13,  cumplir su trabajo e irse a su casa, o vincularse con los jóvenes y con la familia como me pasó personalmente. No es que no quieran cambiar ni modificar sus ámbitos de vida, sino que están inmersos en una sociedad que los discrimina.

Gracias

-¿Qué mensaje le gustaría dejar?
-Agradecer a Juan Carlos Solís, estuvo preso muchos años en la Unidad 6 y está yendo al COSE con la iglesia y nos hizo una donación grandísima para las Fiestas, al igual que la agrupación “Martín Fierro”. Solís es el claro ejemplo de que las personas pueden cambiar, solo hay que abrir puertas. También a los talleristas que fueron todo el año porque no es fácil mantener un curso todas las semanas poniendo plata de su bolsillo para ir. A Radio Libre porque los chicos están fascinados, aprendieron un montón y los que están afuera siguen en contacto para poder continuar el programa en Comodoro también.#

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30 DIC 2017 - 20:49


-¿Cuántos operadores hay?
-Vinieron 6 más de Madryn así que se equilibró la falta de personal. Hoy tenemos 30 personas trabajando en total, con administrativos, dirección, vicedirección y cocinero.

-¿Hay chicos que llegan seguido?
-Sí, justamente ese es el problema. No se trabaja con la familia y la problemática de consumo. El pibe es otra persona, cuando se llega a la institución se desintoxica aunque hoy el Centro no tiene un tratamiento. Si el pibe hace un tratamiento maravilloso dentro del contexto de encierro y sale afuera y no tiene un seguimiento, es probable, como pasa, que a la semana esté de vuelta.

-¿Llegan los chicos con signos de adicción claros?
-Sí, claros, totalmente.

-¿La cantidad de ingresos tiene un límite?
-Hasta los 18 años puede ingresar. Hubo casos de adolescentes que cumplieron la mayoría de edad y eso queda a criterio de la Dirección. Sostuve, y fue una de las críticas de los operadores que se fueron, que el pibe debe terminar de cumplir la medida socioeducativa al margen de su mayoría de edad. Así le contesté al juez, considerando que si lo mandábamos a la penitenciaría era una fruta que estaba podrida, o sea que no se iba a recuperar nunca más.


Recuperación

-¿Hay chicos irrecuperables?
-No, hay chicos que requieren de un trabajo muchísimo más estricto, que es donde el Estado está fallando, en el afuera, en las juntas, en la familia. El niño no es malo sino que adquiere costumbres o no adquiere límites que no le han puesto. No hago responsable a la familia, pero lo establece la Constitución: el primer responsable es la familia, la segunda la sociedad y la tercera es el Estado. Pero acá se acude al Estado como primera solución y no es así.

-¿Qué le gustaría mejorar del edificio?
-Dejar la cocina en condiciones con un horno en condiciones, para que a futuro se puedan producir cosas para devolver a la sociedad, como las estufas. Si tuviéramos un horno se podría hacer una producción el año que viene en el curso de cocina. Pero lo edilicio se va solucionando por la gente que trabaja ahí. El otro día arreglaron el horno los mismos operadores. Además retomamos la huerta y está a cargo del operador Ramón Monterrosa. Le encanta y los chicos lo acompañan un montón.

-¿Qué personal necesita?
-Sumaría asistentes y trabajadores sociales, y acompañantes terapéuticos. Está en trámite la firma de un convenio de pasantías con la Universidad del Chubut. Le sirve al estudiante como experiencia y a nosotros como Estado.

Sin incidentes

-Hace mucho que no se habla de incidentes en el COSE…
-Es destacable la labor de Maldonado, el vice. Tiene muchísimos años trabajando y hay cosas que se aprenden con la práctica. Podés estudiar un montón pero hay mañas que las sabe alguien que está adentro hace muchos años. Él bajó un lineamiento unificado y como también fue un compañero, los otros operadores se pusieron la camiseta y empezaron a trabajar.

-¿Cómo toma los prejuicios con el COSE?
-Hago mea culpa, fui parte de esa sociedad que señalaba con el dedo a los grandes que había que matarlos o encerrarlos, no tanto con los chicos. Desde el desconocimiento uno puede hablar. Algunos medios, y es autocrítica porque pertenezco a uno, no dan la información o la dan direccionada. El ciudadano se queda con eso, habría que hacer mea culpa de todas las instituciones y la sociedad. No queremos inseguridad pero tampoco queremos ayudar a que no suceda. No es sólo el Estado el que debe asegurar la vida en sociedad, uno también.

-Si le digo que el COSE es solamente un depósito para los jóvenes, ¿qué me dice?
-Que es lo más fácil pero que no tiene ningún buen resultado. Uno puede ir de 8 a 13,  cumplir su trabajo e irse a su casa, o vincularse con los jóvenes y con la familia como me pasó personalmente. No es que no quieran cambiar ni modificar sus ámbitos de vida, sino que están inmersos en una sociedad que los discrimina.

Gracias

-¿Qué mensaje le gustaría dejar?
-Agradecer a Juan Carlos Solís, estuvo preso muchos años en la Unidad 6 y está yendo al COSE con la iglesia y nos hizo una donación grandísima para las Fiestas, al igual que la agrupación “Martín Fierro”. Solís es el claro ejemplo de que las personas pueden cambiar, solo hay que abrir puertas. También a los talleristas que fueron todo el año porque no es fácil mantener un curso todas las semanas poniendo plata de su bolsillo para ir. A Radio Libre porque los chicos están fascinados, aprendieron un montón y los que están afuera siguen en contacto para poder continuar el programa en Comodoro también.#


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