Siria: Más ataques golpean al enclave rebelde, suman 800 los muertos

Nuevos bombardeos y combates entre fuerzas sirias y rebeldes volvieron a sacudir hoy a Ghouta Oriental, y el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará mañana una reunión para discutir la rampante violencia en esa región cercana a Damasco.

Los bombardeos del régimen obstaculizan la entrega de ayuda en Ghouta Oriental poco después de autorizarla.
06 MAR 2018 - 19:23 | Actualizado

La organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que al menos 805 civiles, entre ellos al menos 178 chicos, murieron en Ghouta desde que Siria y Rusia redoblaron su ofensiva sobre el sitiado enclave rebelde, el 18 de febrero.

Rusia también sufrió hoy sus propias y fuertes bajas, con la caída de un avión de carga del Ejército por problemas técnicos y la muerte de sus 39 ocupantes, cerca de una base aérea en el oeste de Siria, informó el Ministerio de Defensa en Moscú.

Los bombardeos y los enfrentamientos en Ghouta, el último gran bastión insurgente cerca de la capital, han continuado pese a una alto el fuego ordenado por el Consejo de Seguridad de la ONU hace más de una semana.

Al menos 24 civiles murieron hoy, informó el Observatorio, que tiene su sede en Londres.

Otros 80 civiles murieron ayer, en el día más mortífero en la región ubicada al este de Damasco desde que la ONU aprobó la resolución que exige una tregua de 30 días en toda Siria, agregó la organización afín a la oposición siria.

Ante los implacables ataques, Francia y el Reino Unido solicitaron una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que se celebrará mañana a puertas cerradas para discutir por qué no se ha aplicado el alto el fuego.

Las tropas sirias, apoyadas por la aviación rusa, han avanzado rápidamente a través de la campiña de Ghouta en los últimos días, y, según el Observatorio, ya controlan el 40% de la zona.

La ONU ha dicho que la tercera parte de las viviendas privadas del territorio ha sido destruida o dañada, y que la gente vive refugiada en sótanos.

Los 400.000 residentes de Ghouta Oriental han estado bajo sitio del gobierno desde 2013, enfrentando una severa escasez de alimentos y medicinas incluso desde antes de que empezara la actual ofensiva.

Un convoy de 46 camiones organizado por la ONU y otras organizaciones ingresó ayer al enclave por primera vez en más de dos semanas, pero tuvo que interrumpir la distribución de ayuda humanitaria debido a fuertes bombardeos.

Trabajadores humanitarios que participaron de la misión describieron hoy escenas dramáticas de rescatistas tratando de sacar cadáveres de debajo de edificios colapsados y de chicos que no han visto la luz de sol en 15 días.

"La gente con la que estuvimos ha pasado por cosas inimaginables", dijo Pawel Krzysiek, jefe de comunicaciones de la rama siria del Comité Internacional de la Cruz Roja, citado por la cadena de noticias BBC.

"Nos contaron historias desesperantes. Están cansados, enojados. No quieren ayuda, quieren que cesen los bombardeos", prosiguió.

El funcionario agregó que miles de familias se hacinan en refugios subterráneos, reacias de comer frente a las otras debido al hambre que impera, y que niños han visto a rescatistas sacar cuerpos de debajo de escombros.

"Ningún niño debería estar presenciando esto en una etapa tan temprana de su desarrollo", agregó, calificando la situación de "muy, muy dramática".

La ONU dijo hoy que el convoy estuvo nueve horas en Duma, la principal ciudad de Ghouta, pero que cuando anocheció decidió abandonar la zona por motivos de seguridad.

Como resultado, 14 de los 46 camiones no pudieron descargar sus suministros, dijo la ONU en un comunicado, y agregó que la comida para los civiles escasea o tiene precios "prohibitivos" y que se detectaron altos índices de malnutrición aguda.

Los grupos rebeldes de Ghouta, entre ellos la filial siria de Al Qaeda, han disparado cientos de cohetes y proyectiles de mortero hacia los barrios del este de Damasco que han causado más de 20 victimas fatales.

Hoy, tres civiles murieron y ocho resultaron heridos por fuego de mortero contra el barrio de Jarmana, informó la agencia de noticias estatal siria SANA.

Rusia anunció la semana pasada una "pausa humanitaria" de cinco horas en la región y abrió un corredor para permitir a civiles abandonar el área.

Pero ningún civil se aventuró a aprovechar la iniciativa, según la ONU, una afirmación rebatida hoy por Moscú.

Siria y Rusia han dicho que los grupos rebeldes impidieron la salida de los civiles disparando cohetes contra el corredor.

El general Igor Konashenkov, portavoz del Ejército ruso en Siria, dijo hoy que el convoy humanitario, que tenía capacidad para evacuar hasta un millar de personas, solo pudo sacar a 13 "debido a los ataques de los rebeldes".

También hoy, Rusia extendió la oferta de salir de Ghouta a los grupos rebeldes y sus familiares.

Se estima que una 400.000 personas han muerto en Siria y millones se convirtieron en desplazados o refugiados desde el comienzo de la guerra, que la semana próxima cumple siete años.

Numerosas rondas de negociaciones apoyadas por la ONU no han podido detener la violencia.

En un nuevo intento, los cancilleres de Irán y Rusia, aliados de Siria, y de Turquía, que apoya a los rebeldes, se reunirán la semana próxima en Astaná, Kazajistán.

Los bombardeos del régimen obstaculizan la entrega de ayuda en Ghouta Oriental poco después de autorizarla.
06 MAR 2018 - 19:23

La organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que al menos 805 civiles, entre ellos al menos 178 chicos, murieron en Ghouta desde que Siria y Rusia redoblaron su ofensiva sobre el sitiado enclave rebelde, el 18 de febrero.

Rusia también sufrió hoy sus propias y fuertes bajas, con la caída de un avión de carga del Ejército por problemas técnicos y la muerte de sus 39 ocupantes, cerca de una base aérea en el oeste de Siria, informó el Ministerio de Defensa en Moscú.

Los bombardeos y los enfrentamientos en Ghouta, el último gran bastión insurgente cerca de la capital, han continuado pese a una alto el fuego ordenado por el Consejo de Seguridad de la ONU hace más de una semana.

Al menos 24 civiles murieron hoy, informó el Observatorio, que tiene su sede en Londres.

Otros 80 civiles murieron ayer, en el día más mortífero en la región ubicada al este de Damasco desde que la ONU aprobó la resolución que exige una tregua de 30 días en toda Siria, agregó la organización afín a la oposición siria.

Ante los implacables ataques, Francia y el Reino Unido solicitaron una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que se celebrará mañana a puertas cerradas para discutir por qué no se ha aplicado el alto el fuego.

Las tropas sirias, apoyadas por la aviación rusa, han avanzado rápidamente a través de la campiña de Ghouta en los últimos días, y, según el Observatorio, ya controlan el 40% de la zona.

La ONU ha dicho que la tercera parte de las viviendas privadas del territorio ha sido destruida o dañada, y que la gente vive refugiada en sótanos.

Los 400.000 residentes de Ghouta Oriental han estado bajo sitio del gobierno desde 2013, enfrentando una severa escasez de alimentos y medicinas incluso desde antes de que empezara la actual ofensiva.

Un convoy de 46 camiones organizado por la ONU y otras organizaciones ingresó ayer al enclave por primera vez en más de dos semanas, pero tuvo que interrumpir la distribución de ayuda humanitaria debido a fuertes bombardeos.

Trabajadores humanitarios que participaron de la misión describieron hoy escenas dramáticas de rescatistas tratando de sacar cadáveres de debajo de edificios colapsados y de chicos que no han visto la luz de sol en 15 días.

"La gente con la que estuvimos ha pasado por cosas inimaginables", dijo Pawel Krzysiek, jefe de comunicaciones de la rama siria del Comité Internacional de la Cruz Roja, citado por la cadena de noticias BBC.

"Nos contaron historias desesperantes. Están cansados, enojados. No quieren ayuda, quieren que cesen los bombardeos", prosiguió.

El funcionario agregó que miles de familias se hacinan en refugios subterráneos, reacias de comer frente a las otras debido al hambre que impera, y que niños han visto a rescatistas sacar cuerpos de debajo de escombros.

"Ningún niño debería estar presenciando esto en una etapa tan temprana de su desarrollo", agregó, calificando la situación de "muy, muy dramática".

La ONU dijo hoy que el convoy estuvo nueve horas en Duma, la principal ciudad de Ghouta, pero que cuando anocheció decidió abandonar la zona por motivos de seguridad.

Como resultado, 14 de los 46 camiones no pudieron descargar sus suministros, dijo la ONU en un comunicado, y agregó que la comida para los civiles escasea o tiene precios "prohibitivos" y que se detectaron altos índices de malnutrición aguda.

Los grupos rebeldes de Ghouta, entre ellos la filial siria de Al Qaeda, han disparado cientos de cohetes y proyectiles de mortero hacia los barrios del este de Damasco que han causado más de 20 victimas fatales.

Hoy, tres civiles murieron y ocho resultaron heridos por fuego de mortero contra el barrio de Jarmana, informó la agencia de noticias estatal siria SANA.

Rusia anunció la semana pasada una "pausa humanitaria" de cinco horas en la región y abrió un corredor para permitir a civiles abandonar el área.

Pero ningún civil se aventuró a aprovechar la iniciativa, según la ONU, una afirmación rebatida hoy por Moscú.

Siria y Rusia han dicho que los grupos rebeldes impidieron la salida de los civiles disparando cohetes contra el corredor.

El general Igor Konashenkov, portavoz del Ejército ruso en Siria, dijo hoy que el convoy humanitario, que tenía capacidad para evacuar hasta un millar de personas, solo pudo sacar a 13 "debido a los ataques de los rebeldes".

También hoy, Rusia extendió la oferta de salir de Ghouta a los grupos rebeldes y sus familiares.

Se estima que una 400.000 personas han muerto en Siria y millones se convirtieron en desplazados o refugiados desde el comienzo de la guerra, que la semana próxima cumple siete años.

Numerosas rondas de negociaciones apoyadas por la ONU no han podido detener la violencia.

En un nuevo intento, los cancilleres de Irán y Rusia, aliados de Siria, y de Turquía, que apoya a los rebeldes, se reunirán la semana próxima en Astaná, Kazajistán.


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