Ornella, heroína adolescente del fútbol femenino

Ornella Fassano, de 14 años, tiene a su madre con cáncer y desempleada. Vive en el Moreira 3, uno de los barrios más vulnerables de Trelew. Reside en una casa de escasos ingresos, sin gas y con padre ausente. No tiene botines, pelota ni dinero para ir a las prácticas. Sin embargo, brilla en Racing Club.

Ornella posa junto a Mercedes, su madre, en su casa del barrio Moreira 3 de Trelew. “Mi mamá me hizo futbolista”, dijo la joven racinguista.
19 MAR 2018 - 20:27 | Actualizado

En la carrera de la vida, la llamada meritocracia es una falsa ilusión. Hay quienes parten desde la línea de largada. Pero otros empiezan la carrera unos metros más adelante y hay una enorme mayoría que larga mucho más atrás.

En la última fila de ese lote, se halla Ornella Fassano, una de las jóvenes destacadas del plantel femenino de Racing Club de Trelew.

La adolescente, de 14 años de edad, no recibe ni recibió caricias del destino. En un hogar de padre ausente, su madre es celíaca y sufre un cáncer de estómago hace 23 años. El único ingreso materno se conforma por una pensión municipal y las changas que ocasionalmente consigue.

Vive en el Moreira 3, uno de los barrios más vulnerables de Trelew. En la casa donde reside junto a su madre y su hermano mayor Nahuel, no hay conexión de gas. Y a veces, la comida escasea.

Goles y sonrisas

“Tengo todo eso presente. Pero trato de tener una sonrisa siempre pese a todo. Trato de luchar por lo que a mí me gusta”, le dijo Ornella a Jornada, a quien recibió en su casa.

“Quiero hacer sonreír a mi mamá Mercedes con mis goles y con mi fútbol. Ella hace mucho por mí. Siempre me acompaña al fútbol. Ella me hizo futbolista. No importa el clima que haya. Ella siempre está”, comentó.

“Me gustaría que mi papá estuviera también, me gustaría que mi familia fuera diferente”, remarcó.

El placer

Además de la escuela, el fútbol es su vía de contención. Y ella lo disfruta en plenitud en la “Academia”.

“Empecé jugando al fútbol a los cuatro años, con mi hermano. Comencé jugando con mujeres en los barrios. Luego Racing me fichó. Por problemas de dinero dejé de ir un año y medio (sic)”, relató Ornella.

“Pero el DT, Diego (NdR:Girandi), me convocó para jugar los Juegos Evita y la Liga de Conmebol el año pasado. Pude hacer muchos goles ahí, Llegamos lejos”, comentó con orgullo Ornella, que es becada por el “Albirrojo”.

“El mensaje que nos da Diego es simple. Nos dice que disfrutemos de jugar. Nos dice que ganar es importante, pero que no es lo más importante. Dice que en la vida vas a perder muchas más veces de las que vas a ganar. Y eso lo sé bien”, dijo la delantera.

Caminando

El disfrute, sin embargo, está acompañado de muchas carencias. Ornella no tiene botines propios ni un balón. A eso se suma que el lugar de entrenamiento, en el centro de Trelew, está lejos de su hogar.

No siempre el colectivo es una opción para viajar. Si no hay dinero para el pasaje y no hay quien la lleve, va caminando a los entrenamientos. Para quien no lo sepa, entre el lugar habitual de las prácticas y su casa, hay una distancia aproximada de 30 cuadras.

“Fui caminando muchas veces e iría caminando muchas veces más. Me gusta mucho el fútbol. Lo disfruto mucho. Es mi vida. Ojalá algún día pueda jugar en River”, reseñó.

Felicidad, ante todo

La madre de Ornella infla el pecho de alegría por el desarrollo de su niña, a quien le dio su apellido dada la ausencia permanente de su padre. “No vivimos una vida fácil. Tengo mis problemas de salud, me cuesta conseguir trabajo a mis 55 años. Pero nunca bajo los brazos. Eso Ornella lo ve. Se inspira en eso”, reseñó.

La cruel carrera de la vida ha situado a Ornella Fassano en un punto de partida donde la desventaja causa estragos. Sin embargo, para probar que los milagros existen, allí está Ornella, rompiendo redes y superando obstáculos que causan temor con solo escucharlos. Pese a este oceáno de adversidades, Ornella sobrevive, vive y sobresale.

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Ornella posa junto a Mercedes, su madre, en su casa del barrio Moreira 3 de Trelew. “Mi mamá me hizo futbolista”, dijo la joven racinguista.
19 MAR 2018 - 20:27

En la carrera de la vida, la llamada meritocracia es una falsa ilusión. Hay quienes parten desde la línea de largada. Pero otros empiezan la carrera unos metros más adelante y hay una enorme mayoría que larga mucho más atrás.

En la última fila de ese lote, se halla Ornella Fassano, una de las jóvenes destacadas del plantel femenino de Racing Club de Trelew.

La adolescente, de 14 años de edad, no recibe ni recibió caricias del destino. En un hogar de padre ausente, su madre es celíaca y sufre un cáncer de estómago hace 23 años. El único ingreso materno se conforma por una pensión municipal y las changas que ocasionalmente consigue.

Vive en el Moreira 3, uno de los barrios más vulnerables de Trelew. En la casa donde reside junto a su madre y su hermano mayor Nahuel, no hay conexión de gas. Y a veces, la comida escasea.

Goles y sonrisas

“Tengo todo eso presente. Pero trato de tener una sonrisa siempre pese a todo. Trato de luchar por lo que a mí me gusta”, le dijo Ornella a Jornada, a quien recibió en su casa.

“Quiero hacer sonreír a mi mamá Mercedes con mis goles y con mi fútbol. Ella hace mucho por mí. Siempre me acompaña al fútbol. Ella me hizo futbolista. No importa el clima que haya. Ella siempre está”, comentó.

“Me gustaría que mi papá estuviera también, me gustaría que mi familia fuera diferente”, remarcó.

El placer

Además de la escuela, el fútbol es su vía de contención. Y ella lo disfruta en plenitud en la “Academia”.

“Empecé jugando al fútbol a los cuatro años, con mi hermano. Comencé jugando con mujeres en los barrios. Luego Racing me fichó. Por problemas de dinero dejé de ir un año y medio (sic)”, relató Ornella.

“Pero el DT, Diego (NdR:Girandi), me convocó para jugar los Juegos Evita y la Liga de Conmebol el año pasado. Pude hacer muchos goles ahí, Llegamos lejos”, comentó con orgullo Ornella, que es becada por el “Albirrojo”.

“El mensaje que nos da Diego es simple. Nos dice que disfrutemos de jugar. Nos dice que ganar es importante, pero que no es lo más importante. Dice que en la vida vas a perder muchas más veces de las que vas a ganar. Y eso lo sé bien”, dijo la delantera.

Caminando

El disfrute, sin embargo, está acompañado de muchas carencias. Ornella no tiene botines propios ni un balón. A eso se suma que el lugar de entrenamiento, en el centro de Trelew, está lejos de su hogar.

No siempre el colectivo es una opción para viajar. Si no hay dinero para el pasaje y no hay quien la lleve, va caminando a los entrenamientos. Para quien no lo sepa, entre el lugar habitual de las prácticas y su casa, hay una distancia aproximada de 30 cuadras.

“Fui caminando muchas veces e iría caminando muchas veces más. Me gusta mucho el fútbol. Lo disfruto mucho. Es mi vida. Ojalá algún día pueda jugar en River”, reseñó.

Felicidad, ante todo

La madre de Ornella infla el pecho de alegría por el desarrollo de su niña, a quien le dio su apellido dada la ausencia permanente de su padre. “No vivimos una vida fácil. Tengo mis problemas de salud, me cuesta conseguir trabajo a mis 55 años. Pero nunca bajo los brazos. Eso Ornella lo ve. Se inspira en eso”, reseñó.

La cruel carrera de la vida ha situado a Ornella Fassano en un punto de partida donde la desventaja causa estragos. Sin embargo, para probar que los milagros existen, allí está Ornella, rompiendo redes y superando obstáculos que causan temor con solo escucharlos. Pese a este oceáno de adversidades, Ornella sobrevive, vive y sobresale.


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