Cuando la mujer descubrió lo que ocurría en su hogar de inmediato radicó la denuncia correspondiente y el hombre fue acusado.
Este lunes se realizó una audiencia en la que un tribunal integrado por los jueces Ana Malvido, Héctor Rimaro y Alejandro Cabral homologó el acuerdo entre la fiscalía, la Defensoría del Niño y el Adolescente y la defensa, y sentenció al abusador a 8 años de prisión.
Previamente, publica LM Neuquén, el agresor había sido declarado culpable de abuso sexual gravemente ultrajante, reiterado, dos hechos continuados, agravados en ambos casos por el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente entre el acusado y las víctimas.
El fiscal Andrés Azar alegó que en reiteradas ocasiones, sin fechas determinadas, entre septiembre de 2010 y diciembre de 2016, el hombre abusó sexualmente de los mellizos, cuando los niños tenían entre 8 y 14 años.
Los ataques sexuales fueron realizados bajo amenaza, en el interior de la vivienda en la que convivían los chicos junto con su mamá y el condenado, en la ciudad de Neuquén.
Entre las pruebas que logró acreditar la fiscalía se encuentran la denuncia de la mamá de las víctimas, las declaraciones de los niños en cámara Gesell, exámenes médicos, informes y pericias psicológicas que dieron cuenta de que era compatible con el perfil de un agresor sexual.
Los ahora adolescentes mostraron su conformidad con el acuerdo a través de su madre, con el objetivo de poner fin a la causa y evitar atravesar el juicio donde deberían revivir los abusos sufridos.
Cuando la mujer descubrió lo que ocurría en su hogar de inmediato radicó la denuncia correspondiente y el hombre fue acusado.
Este lunes se realizó una audiencia en la que un tribunal integrado por los jueces Ana Malvido, Héctor Rimaro y Alejandro Cabral homologó el acuerdo entre la fiscalía, la Defensoría del Niño y el Adolescente y la defensa, y sentenció al abusador a 8 años de prisión.
Previamente, publica LM Neuquén, el agresor había sido declarado culpable de abuso sexual gravemente ultrajante, reiterado, dos hechos continuados, agravados en ambos casos por el aprovechamiento de la situación de convivencia preexistente entre el acusado y las víctimas.
El fiscal Andrés Azar alegó que en reiteradas ocasiones, sin fechas determinadas, entre septiembre de 2010 y diciembre de 2016, el hombre abusó sexualmente de los mellizos, cuando los niños tenían entre 8 y 14 años.
Los ataques sexuales fueron realizados bajo amenaza, en el interior de la vivienda en la que convivían los chicos junto con su mamá y el condenado, en la ciudad de Neuquén.
Entre las pruebas que logró acreditar la fiscalía se encuentran la denuncia de la mamá de las víctimas, las declaraciones de los niños en cámara Gesell, exámenes médicos, informes y pericias psicológicas que dieron cuenta de que era compatible con el perfil de un agresor sexual.
Los ahora adolescentes mostraron su conformidad con el acuerdo a través de su madre, con el objetivo de poner fin a la causa y evitar atravesar el juicio donde deberían revivir los abusos sufridos.