Por Raúl “Bulin” Fernández
¿Puede alguien querer más que a sus propios hijos? Resulta casi obvia la respuesta, aunque puede y seguramente existirán excepciones de diferente naturaleza y por diversos motivos. Daríamos la vida por ellos.
La consulta surge por el interés que despertó en muchos padres que al analizar junto a profesionales las enfermedades de sus hijos, llegan a la conclusión que el uso medicinal del cannabis obtiene resultados más que positivos con el tiempo.
El cannabis sativa, el cáñamo o la marihuana, es una especie herbácea originaria de las cordilleras del Himalaya en Asia, cultivada en tiempos prehistóricos para varios usos: desde el aceite de sus semillas hasta planta medicinal, además de fuente de fibra textil, cuerdas o pasta de papel.
Pero mucho más allá de definiciones técnicas, hay como una revisión de su uso medicinal que diera enormes y variados resultados en tiempos de antaño, como una especie curativa y de placer.
Tras luchar contra prejuicios y formatos de mucho peso social y económico, han sido los propios padres que han retomado el análisis y utilización como método respaldado por profesionales universitarios y médicos para mejorar la calidad de vida.
Cuando se analizan en profundidad los intereses que toca el poner en valor médico, cultural y hasta económico en lo social; se comienza a comprender las razones de ponerlo en términos de narcotráfico y droga dependencia.
Desde su clasificación en 1753 (Carolus Lennaeus) se generaron variables definiciones sobre los usos, pero el estudio amplio muestra resultados que vuelven a demostrar la posibilidad cierta de mejora en calidad de vida. Chubut fue pionera en sancionar la Ley I N°588 para permitir el uso en patologías excepcionales como la epilepsia refractaria en tratamiento, luego vetada parcialmente por el gobernador Mariano Arcioni, que abrió un amplio espectro de desarrollo.
La organización vence al tiempo, señaló un sabio político, y la creación de Asociación de Productores, la interconsulta y participación de sectores de investigación de la Universidad o la medicina; abre un espectro más que interesante para desarrollar desde la tierra soluciones básicas y económicas al alcance de todos (lo que laboratorios, medicina privada, y luchadores contra el narcotráfico aborrecen), y un perfil de desarrollo que incluye en el más amplio sentido.
Hace más de 200 años, el General Manuel Belgrano, entre muchas y buenas cosas que propuso, instó a sembrar la tierra para romper con la enorme desigualdad. Por conocimiento y experiencia propuso el cultivo de cáñamo para la instalación de fabricación textil y usos domésticos y aparejos para la navegación.
Lejos de imaginar el debate de hoy y de convertirse en un héroe de la Patria, Belgrano instó a forjar ideas y desarrollarlas en beneficio de los más desprotegidos, situación que hoy puede volver a repetirse. Es tiempo de sumar voluntades y debatir proyectos. Por nuestros niños y enfermos con acceso a la salud; por las nuevas generaciones, el acceso al trabajo, a la economía social y la igualdad de oportunidades. #
Por Raúl “Bulin” Fernández
¿Puede alguien querer más que a sus propios hijos? Resulta casi obvia la respuesta, aunque puede y seguramente existirán excepciones de diferente naturaleza y por diversos motivos. Daríamos la vida por ellos.
La consulta surge por el interés que despertó en muchos padres que al analizar junto a profesionales las enfermedades de sus hijos, llegan a la conclusión que el uso medicinal del cannabis obtiene resultados más que positivos con el tiempo.
El cannabis sativa, el cáñamo o la marihuana, es una especie herbácea originaria de las cordilleras del Himalaya en Asia, cultivada en tiempos prehistóricos para varios usos: desde el aceite de sus semillas hasta planta medicinal, además de fuente de fibra textil, cuerdas o pasta de papel.
Pero mucho más allá de definiciones técnicas, hay como una revisión de su uso medicinal que diera enormes y variados resultados en tiempos de antaño, como una especie curativa y de placer.
Tras luchar contra prejuicios y formatos de mucho peso social y económico, han sido los propios padres que han retomado el análisis y utilización como método respaldado por profesionales universitarios y médicos para mejorar la calidad de vida.
Cuando se analizan en profundidad los intereses que toca el poner en valor médico, cultural y hasta económico en lo social; se comienza a comprender las razones de ponerlo en términos de narcotráfico y droga dependencia.
Desde su clasificación en 1753 (Carolus Lennaeus) se generaron variables definiciones sobre los usos, pero el estudio amplio muestra resultados que vuelven a demostrar la posibilidad cierta de mejora en calidad de vida. Chubut fue pionera en sancionar la Ley I N°588 para permitir el uso en patologías excepcionales como la epilepsia refractaria en tratamiento, luego vetada parcialmente por el gobernador Mariano Arcioni, que abrió un amplio espectro de desarrollo.
La organización vence al tiempo, señaló un sabio político, y la creación de Asociación de Productores, la interconsulta y participación de sectores de investigación de la Universidad o la medicina; abre un espectro más que interesante para desarrollar desde la tierra soluciones básicas y económicas al alcance de todos (lo que laboratorios, medicina privada, y luchadores contra el narcotráfico aborrecen), y un perfil de desarrollo que incluye en el más amplio sentido.
Hace más de 200 años, el General Manuel Belgrano, entre muchas y buenas cosas que propuso, instó a sembrar la tierra para romper con la enorme desigualdad. Por conocimiento y experiencia propuso el cultivo de cáñamo para la instalación de fabricación textil y usos domésticos y aparejos para la navegación.
Lejos de imaginar el debate de hoy y de convertirse en un héroe de la Patria, Belgrano instó a forjar ideas y desarrollarlas en beneficio de los más desprotegidos, situación que hoy puede volver a repetirse. Es tiempo de sumar voluntades y debatir proyectos. Por nuestros niños y enfermos con acceso a la salud; por las nuevas generaciones, el acceso al trabajo, a la economía social y la igualdad de oportunidades. #