“La gente no viene a buscar un libro, viene a buscar comida”

Nora Pichiñán conduce la Biblioteca 22 de Agosto . Contó que más de 20 niños se sumaron a tomar la leche de los 35 habituales que van todos los días.

15 SEP 2018 - 20:50 | Actualizado

Los efectos más nocivos de las crisis económicas nunca están en las vidrieras, ni suelen ser visibles. Nora Pichiñán conduce la biblioteca barrial 22 de Agosto. Conducir es un verbo escaso. La realidad es que Nora abre y cierra, administra, cuida, asea y además –o sobre todo- cocina. Allí vive también, en la tangente del edificio. Y seis de los siete días de la semana recibe a los pequeños de los barrios Moreira, Inta y Los Pensamientos, principalmente, que se acercan porque hay libros, porque ella está siempre y también porque les ofrece una copa de leche, un plato de comida.

No es una biblioteca, o no solamente. Es una contención social irreemplazable.

“Últimamente se incrementó mucho el número de chicos que viene a tomar la copa de leche”, cuenta Nora en un informe que Jornada Play reprodujo esta semana en www.diariojornada.com.ar y agrega: “Antes tenías 45, a lo sumo 50 chicos pero ahora suele haber hasta 60, a lo que tenemos que sumar las mamás, los papás, familias que vienen completas”.

Relata que llegan al lugar para “tomar la merienda, a buscar un vaso de leche, un pan…” y explica que “los viernes damos el almuerzo y la mayoría de la gente viene a buscar su vianda, que no se las podemos negar porque ellos llegan con un tupper preguntando si se las podemos dar y obvio que si tenemos les vamos a dar”.

“Es triste porque también nos faltan muchas cosas... Tratamos de dar lo que tenemos”, se lamenta. Es que, reconoce, “ahora no tenemos azúcar, no tenemos harina, aceite. Lo principal no lo tenemos. Eso es muy importante porque por más que sea una biblioteca la gente no busca un libro, busca para comer.

Pese a todo

La sociedad, a veces, da respuestas. Así es cómo cuenta, también, que no todo está perdido: gracias a gente solidaria, un grupo que se acercó a brindar ayuda, esta temporada pudieron cumplirle el sueño a más de 40 nenes de conocer las ballenas, muchos con el plus de ver por primera vez el mar; y también el trabajo necesario para ampliar el edificio que ya no alcanza para tanta necesidad cercana.

“Pudimos cumplirle el sueño a más de 40 nenes gracias a la ayuda de los amigos solidarios”, cuenta Nora Pichiñán. Todo fue novedad para los pequeños: “Brindamos el almuerzo y salimos para Pirámides. Había muchos chicos que nos decían “nunca nos subimos a un colectivo, ni siquiera a pasear”, así que estaban re felices”.

Fue toda una aventura, explica con una gran sonrisa. “Antes de llegar al parque pasamos por el istmo, donde vimos animales embalsamados y los chicos recorrieron, sacaron fotos, estaban felices” y “cuando llegamos a Pirámides fue lo más, porque había muchos nenes que no conocían el mar. Fue toda una experiencia, de no conocer al mar hasta subirse a una lancha”.

“Llevamos también una familia que es una nena discapacitada, en silla de ruedas, con su mamá y su hermana que también son asistidas por los amigos solidarios”, agrega.

Y agradece “a Agustín Cornejo de Puerto Pirámides, Andrés de Turismo de Provincia, Paola Alonso, Pedro Corradi, Tiño Resnick de Southern Spirit, Analía García, guía de turismo y a los amigos solidarios de Trelew”.

Nora se lamenta porque “hay 25 chicos que lamentablemente no pudieron realizar el viaje” por lo que “la intención es que ellos también lo hagan. Lo hablábamos con los chicos de los amigos solidarios. Tuvimos que sortear chicos de todas formas, porque no podíamos llevarlos a todos, pero estamos viendo si podemos llevarlos. De poder cumplirle el sueño como se los cumplimos a estos cuarenta nenes”.

La biblioteca

Mientras tanto la solidaridad se extiende, y también las tareas, con la biblioteca. “Se están ampliando las instalaciones. Se está terminando la parte de adelante, lo que luego va a ser la biblioteca realmente, como debe ser. Se necesita que los chicos estudien porque nosotros siempre los incentivamos a que lo principal, lo primordial para todo niño es estudiar, saber”, resume, aunque reconoce que “debido a las necesidades nosotros a la biblioteca la utilizamos como merendero, comedor, ropero comunitario, distintos talleres a donde se acercan los nenes a estar, a charlar, dibujar, más como un lugar de contención para los chicos”.

“De a poco, si todo va bien, vamos a habilitar lo que será la biblioteca a donde estarían los libros, y con el tiempo tendríamos computadoras”, agrega.

¿Y en vacaciones?... “No nos tomamos vacaciones, las necesidades y el estómago de los niños no saben de vacaciones, entonces no podemos parar”, razona Nora Pichiñán.

Para dar una mano

Estaría muy bueno que se puedan acercar a la biblioteca. Me gustaría que sepan que sí hacemos las cosas. Estamos de lunes a sábado, de mañana de 8 a 12 y después seguimos porque yo vivo al lado así que me van a encontrar siempre. Pero a partir de las 2 y media de la tarde y encuentran gente y encuentran chicos. Sino mi contacto que es 2804369571”.

Ahí se pude ayudar, y mucho, con muy poco.

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15 SEP 2018 - 20:50

Los efectos más nocivos de las crisis económicas nunca están en las vidrieras, ni suelen ser visibles. Nora Pichiñán conduce la biblioteca barrial 22 de Agosto. Conducir es un verbo escaso. La realidad es que Nora abre y cierra, administra, cuida, asea y además –o sobre todo- cocina. Allí vive también, en la tangente del edificio. Y seis de los siete días de la semana recibe a los pequeños de los barrios Moreira, Inta y Los Pensamientos, principalmente, que se acercan porque hay libros, porque ella está siempre y también porque les ofrece una copa de leche, un plato de comida.

No es una biblioteca, o no solamente. Es una contención social irreemplazable.

“Últimamente se incrementó mucho el número de chicos que viene a tomar la copa de leche”, cuenta Nora en un informe que Jornada Play reprodujo esta semana en www.diariojornada.com.ar y agrega: “Antes tenías 45, a lo sumo 50 chicos pero ahora suele haber hasta 60, a lo que tenemos que sumar las mamás, los papás, familias que vienen completas”.

Relata que llegan al lugar para “tomar la merienda, a buscar un vaso de leche, un pan…” y explica que “los viernes damos el almuerzo y la mayoría de la gente viene a buscar su vianda, que no se las podemos negar porque ellos llegan con un tupper preguntando si se las podemos dar y obvio que si tenemos les vamos a dar”.

“Es triste porque también nos faltan muchas cosas... Tratamos de dar lo que tenemos”, se lamenta. Es que, reconoce, “ahora no tenemos azúcar, no tenemos harina, aceite. Lo principal no lo tenemos. Eso es muy importante porque por más que sea una biblioteca la gente no busca un libro, busca para comer.

Pese a todo

La sociedad, a veces, da respuestas. Así es cómo cuenta, también, que no todo está perdido: gracias a gente solidaria, un grupo que se acercó a brindar ayuda, esta temporada pudieron cumplirle el sueño a más de 40 nenes de conocer las ballenas, muchos con el plus de ver por primera vez el mar; y también el trabajo necesario para ampliar el edificio que ya no alcanza para tanta necesidad cercana.

“Pudimos cumplirle el sueño a más de 40 nenes gracias a la ayuda de los amigos solidarios”, cuenta Nora Pichiñán. Todo fue novedad para los pequeños: “Brindamos el almuerzo y salimos para Pirámides. Había muchos chicos que nos decían “nunca nos subimos a un colectivo, ni siquiera a pasear”, así que estaban re felices”.

Fue toda una aventura, explica con una gran sonrisa. “Antes de llegar al parque pasamos por el istmo, donde vimos animales embalsamados y los chicos recorrieron, sacaron fotos, estaban felices” y “cuando llegamos a Pirámides fue lo más, porque había muchos nenes que no conocían el mar. Fue toda una experiencia, de no conocer al mar hasta subirse a una lancha”.

“Llevamos también una familia que es una nena discapacitada, en silla de ruedas, con su mamá y su hermana que también son asistidas por los amigos solidarios”, agrega.

Y agradece “a Agustín Cornejo de Puerto Pirámides, Andrés de Turismo de Provincia, Paola Alonso, Pedro Corradi, Tiño Resnick de Southern Spirit, Analía García, guía de turismo y a los amigos solidarios de Trelew”.

Nora se lamenta porque “hay 25 chicos que lamentablemente no pudieron realizar el viaje” por lo que “la intención es que ellos también lo hagan. Lo hablábamos con los chicos de los amigos solidarios. Tuvimos que sortear chicos de todas formas, porque no podíamos llevarlos a todos, pero estamos viendo si podemos llevarlos. De poder cumplirle el sueño como se los cumplimos a estos cuarenta nenes”.

La biblioteca

Mientras tanto la solidaridad se extiende, y también las tareas, con la biblioteca. “Se están ampliando las instalaciones. Se está terminando la parte de adelante, lo que luego va a ser la biblioteca realmente, como debe ser. Se necesita que los chicos estudien porque nosotros siempre los incentivamos a que lo principal, lo primordial para todo niño es estudiar, saber”, resume, aunque reconoce que “debido a las necesidades nosotros a la biblioteca la utilizamos como merendero, comedor, ropero comunitario, distintos talleres a donde se acercan los nenes a estar, a charlar, dibujar, más como un lugar de contención para los chicos”.

“De a poco, si todo va bien, vamos a habilitar lo que será la biblioteca a donde estarían los libros, y con el tiempo tendríamos computadoras”, agrega.

¿Y en vacaciones?... “No nos tomamos vacaciones, las necesidades y el estómago de los niños no saben de vacaciones, entonces no podemos parar”, razona Nora Pichiñán.

Para dar una mano

Estaría muy bueno que se puedan acercar a la biblioteca. Me gustaría que sepan que sí hacemos las cosas. Estamos de lunes a sábado, de mañana de 8 a 12 y después seguimos porque yo vivo al lado así que me van a encontrar siempre. Pero a partir de las 2 y media de la tarde y encuentran gente y encuentran chicos. Sino mi contacto que es 2804369571”.

Ahí se pude ayudar, y mucho, con muy poco.


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