Patricia Bortagaray fue condenada a cuatro años por el incendio a la Cooperativa de Dolavon

El juez Monti condenó a Patricia Bortagaray a 4 años de prisión efectiva por el incendio a la Cooperativa.

Argumentos. Salaberry (izquierda), Bortagaray y Huinchillán durante la extensa audiencia final en Trelew.
01 OCT 2018 - 21:42 | Actualizado

Patricia Bortagaray fue condenada a cuatro años de prisión efectiva por haber incendiado el edificio de la Cooperativa Eléctrica de Dolavon, cuando era su presidente. Su defensor, Luis López Salaberry, tiene 10 días hábiles para apelar ante la Cámara Penal. Si no lo hace o si ese tribunal confirma el fallo de ayer del juez Fabio Monti, Bortagaray será detenida e irá a la cárcel. Su presunto cómplice, Mauricio “Michu” Huenchillán, fue absuelto. El episodio ocurrió la madrugada del 26 de febrero de 2016.
La sentencia se leyó a las 11, una hora antes de lo previsto, en la sala de audiencias del sexto piso de los tribunales de Trelew. Estuvieron el fiscal general Marcos Nápoli, el querellante por la entidad afectada, Fabián Gabalachis, y al actual presidente de la empresa dolavense, Mario Ap Iwan. Aunque habían pedido cinco años de pena, los acusadores se fueron conformes. No apelarán la absolución del hombre, sabedores de la poca evidencia en su contra, que hasta los hizo dudar de acusarlo en los alegatos.

Testimonios

El juez valoró los testimonios de las policías Vanesa Escobar y Mayra Cabezas, que a las 5.30 del día del incendio vieron estacionado en la Cooperativa un Chevrolet Corsa Classic gris Todos coincidieron en que pertenecía a Bortagaray. A las 6.30 la vieron salir del edificio junto con un sujeto que no identificaron, que saltó el portón principal gracias a la pared de ladrillo y abrió una abertura lateral. Se fueron y quince minutos después se declaró el incendio.
Ningún testigo mencionó a otra persona ni otro vehículo en ese lugar a esa hora. Nada sugiere que las uniformadas hayan mentido, hayan sido presionadas, sobornadas o hayan hablado con algún interés particular. “¿Qué hizo Bortagaray en esa franja horaria? La única explicación lógica y razonable es que estaba dentro del edificio preparando los focos ígneos que luego empezarían a arder”, dijo el juez.
Monti consideró probado que el esposo de Bortagaray, Jorge Valiña, la noche antes del incendio compró dos bidones de nafta de cinco litros cada uno en la estación de servicio de Gaiman, donde no iba nunca. Uno de esos envases de plástico fue secuestrado. El fuego tuvo siete focos: dos en la sala de reuniones, 4 en las oficinas y el principal, en un depósito de archivo de documentación.
Varios testigos hablaron de una posible e inminente intervención a la Cooperativa por parte del Gobierno provincial, de conflictos gremiales, de una “situación caótica” y hasta de amenazas previas de vecinos de quemar el edificio. Y Monti admitió que “muchas personas pudieron tener motivos para este incendio, por el descontento que había”. Pero para el magistrado la razón verdadera no se comprobó. Sólo a la culpable del siniestro, única persona identificada en el predio a esa hora. Tampoco se probó la vinculación entre esos episodios y el incendio de febrero.
En tanto, pese a que en su declaración Huenchillán admitió haber acompañado a la mujer esa mañana, y a que este dato fue usado por Fiscalía y querella para acusarlo, el juez explicó que esto no puede ser utilizado en su contra. No hay evidencia contra él y ningún testigo lo mencionó en el juicio oral y público.
La situación de Bortagaray se agrava porque puso en riesgo la vida de los Bomberos Voluntarios: por el peligro de derrumbe y porque eran llamas “incontrolables” que pudieron expandirse si no fuese por la acción de los servidores públicos.
Quemó muebles, insumos, tendido eléctrico, cielorraso y documentación. Casi daña talleres, galpones con vehículos y vegetación cercana.
El juez subrayó que como titular de la empresa, Bortagaray “tenía más responsabilidad” que otras personas en el cuidado del patrimonio.
Además aprovechó la oscuridad de la madrugada para que ningún testigo pudiera ver lo que hacía. Con su conducta incendiaria “afectó a los socios de la Cooperativa y a la comunidad”.
López Salaberry escuchó el fallo con cabeza gacha y visible fastidio. No habló con Jornada. Bortagary tampoco porque “ya se dijo bastante”. A Huenchillán se lo notó aliviado. El trío se retiró rápido por el ascensor de tribunales.#

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Argumentos. Salaberry (izquierda), Bortagaray y Huinchillán durante la extensa audiencia final en Trelew.
01 OCT 2018 - 21:42

Patricia Bortagaray fue condenada a cuatro años de prisión efectiva por haber incendiado el edificio de la Cooperativa Eléctrica de Dolavon, cuando era su presidente. Su defensor, Luis López Salaberry, tiene 10 días hábiles para apelar ante la Cámara Penal. Si no lo hace o si ese tribunal confirma el fallo de ayer del juez Fabio Monti, Bortagaray será detenida e irá a la cárcel. Su presunto cómplice, Mauricio “Michu” Huenchillán, fue absuelto. El episodio ocurrió la madrugada del 26 de febrero de 2016.
La sentencia se leyó a las 11, una hora antes de lo previsto, en la sala de audiencias del sexto piso de los tribunales de Trelew. Estuvieron el fiscal general Marcos Nápoli, el querellante por la entidad afectada, Fabián Gabalachis, y al actual presidente de la empresa dolavense, Mario Ap Iwan. Aunque habían pedido cinco años de pena, los acusadores se fueron conformes. No apelarán la absolución del hombre, sabedores de la poca evidencia en su contra, que hasta los hizo dudar de acusarlo en los alegatos.

Testimonios

El juez valoró los testimonios de las policías Vanesa Escobar y Mayra Cabezas, que a las 5.30 del día del incendio vieron estacionado en la Cooperativa un Chevrolet Corsa Classic gris Todos coincidieron en que pertenecía a Bortagaray. A las 6.30 la vieron salir del edificio junto con un sujeto que no identificaron, que saltó el portón principal gracias a la pared de ladrillo y abrió una abertura lateral. Se fueron y quince minutos después se declaró el incendio.
Ningún testigo mencionó a otra persona ni otro vehículo en ese lugar a esa hora. Nada sugiere que las uniformadas hayan mentido, hayan sido presionadas, sobornadas o hayan hablado con algún interés particular. “¿Qué hizo Bortagaray en esa franja horaria? La única explicación lógica y razonable es que estaba dentro del edificio preparando los focos ígneos que luego empezarían a arder”, dijo el juez.
Monti consideró probado que el esposo de Bortagaray, Jorge Valiña, la noche antes del incendio compró dos bidones de nafta de cinco litros cada uno en la estación de servicio de Gaiman, donde no iba nunca. Uno de esos envases de plástico fue secuestrado. El fuego tuvo siete focos: dos en la sala de reuniones, 4 en las oficinas y el principal, en un depósito de archivo de documentación.
Varios testigos hablaron de una posible e inminente intervención a la Cooperativa por parte del Gobierno provincial, de conflictos gremiales, de una “situación caótica” y hasta de amenazas previas de vecinos de quemar el edificio. Y Monti admitió que “muchas personas pudieron tener motivos para este incendio, por el descontento que había”. Pero para el magistrado la razón verdadera no se comprobó. Sólo a la culpable del siniestro, única persona identificada en el predio a esa hora. Tampoco se probó la vinculación entre esos episodios y el incendio de febrero.
En tanto, pese a que en su declaración Huenchillán admitió haber acompañado a la mujer esa mañana, y a que este dato fue usado por Fiscalía y querella para acusarlo, el juez explicó que esto no puede ser utilizado en su contra. No hay evidencia contra él y ningún testigo lo mencionó en el juicio oral y público.
La situación de Bortagaray se agrava porque puso en riesgo la vida de los Bomberos Voluntarios: por el peligro de derrumbe y porque eran llamas “incontrolables” que pudieron expandirse si no fuese por la acción de los servidores públicos.
Quemó muebles, insumos, tendido eléctrico, cielorraso y documentación. Casi daña talleres, galpones con vehículos y vegetación cercana.
El juez subrayó que como titular de la empresa, Bortagaray “tenía más responsabilidad” que otras personas en el cuidado del patrimonio.
Además aprovechó la oscuridad de la madrugada para que ningún testigo pudiera ver lo que hacía. Con su conducta incendiaria “afectó a los socios de la Cooperativa y a la comunidad”.
López Salaberry escuchó el fallo con cabeza gacha y visible fastidio. No habló con Jornada. Bortagary tampoco porque “ya se dijo bastante”. A Huenchillán se lo notó aliviado. El trío se retiró rápido por el ascensor de tribunales.#


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