Daer: “Nunca vamos a olvidar esa caricia al alma”

Habían regresado de las islas en el Camberra, tras el conflicto armado, el día que la ciudad se quedó sin pan.

Los veteranos volvieron al lugar que pisaron tras combatir durante 74 días.
23 OCT 2018 - 21:08 | Actualizado

Las lágrimas en los ojos, el pensar en su madre y el agradecimiento eterno a la comunidad de Puerto Madryn sintetizan el regreso de un grupo de veteranos de Malvinas al muelle Storni. Estos hombres están en la zona como parte del reencuentro anual que llevan adelante y que suma 20 años, reforzando esos lazos marcados a fuego que se generaron en las islas y que son inquebrantables con el paso del tiempo.
En el muelle de aguas profundas se descubrió una placa que este grupo de veteranos colocó al cariño fraternal que recibieron cuando regresaron al continente a bordo del buque Camberra. Ricardo Daer, que retornó a la ciudad del Golfo tras tres décadas y media, explicó que “es un acto en agradecimiento a Madryn por el día que se quedó sin pan”. En forma inmediata su memoria volvió a instalarse en el 19 de junio de 1982 “cuando llegamos creyendo que íbamos a ser rechazados por la gente por haber perdido una guerra. Al bajar veíamos muchos pañuelitos y manos a la distancia pero cuando nos fuimos acercarndo vimos que era el pueblo que se había acercado para darnos su cariño, lágrimas, a pedirnos un botón y decirnos gracias”.
Ricardo Daer afirmó que “nunca nos vamos a olvidar esa caricia al alma” porque “éramos 4.100 soldados prisioneros en el Camberra que volvíamos al continente tras una guerra de 74 días. Ese día Puerto Madryn se quedó sin pan porque nosotros solo pedíamos pan”.
A diferencia de su regreso al continente donde recibieron el cariño y el amor de una comunidad, los veteranos se encontraron con “la desidia, el abandono de personas por parte del Estado que hizo que cada soldado se fuera separando del otro hermano”, dijo el veterano.
Dos décadas atrás esta situación comenzó a revertirse para los integrantes del Regimiento Mecanizado 3, compañía comando Curupaytí cuando Walter Caballero, que reside en Trelew, comenzó a buscar a sus compañeros para recuperar esos lazos generados a sangre y fuego en el archipiélago.
Con las limitaciones propias de la época, donde no existían las redes sociales ni los celulares, inició una tarea de hormiga para ir localizando uno por uno a sus compañeros. “Él viajó a Buenos Aires, a hacerse sus kilómetros para juntar a 4, 5, 6. Este año dijimos que se van a cumplir 20 años desde que Walter Caballero viajaba para juntar a sus hermanos del comando y decidimos agradecerlo viniendo y, además, darle las gracias a Puerto Madryn con una placa”, manifestó un emocionado Daer, quien tuvo su momento para rendir el homenaje a los centinelas que están custodiando las Islas Malvinas.
El viaje permitió que 25 personas arribasen a la ciudad portuaria, entre quienes se encuentran las familias de los veteranos que vivieron el momento con una sensación indescriptible y donde las lágrimas sintetizan esas sensaciones.
“Walter (Caballero) juntó a la familia, no a los soldados. Acá hay hijos que los vimos nacer, que vinieron a filmarnos y sacarnos fotos. Los veteranos de Malvinas somos hermanos, no de sangre sino de mucho más... De  una causa y de vida porque en aquel momento dábamos la vida uno por el otro. Por eso somos la vida malvinera”, dijo Daer.
En su caso fue la primera vez que retornó a Madryn tras 36 años, situación que se replicó en el grueso de los veteranos. Respecto a las emociones y sentir que se cruzaron por su mente cuando volvió a caminar por el lugar que marcó su regreso a continente tras la guerra, Daer lo sintetizó en una sola palabra: “Mamá” porque “soy hijo único y solo quería ver a mi vieja”.

Una emoción constante

El impulsor de la recuperación del grupo, Walter Caballero, reflexionó sobre todo lo vivido en un día muy especial para todos. “El año pasado surgió la idea de ir a Trelew en el 2018 y vinimos con los compañeros a rendir homenaje a los caídos y agradecer a la gente de Puerto Madryn por aquel día donde se quedaron sin pan”, dijo el vecino.
En este sentido expresó su agradecimiento a todos los que sumaron su granito de arena para que se pudiera concretar la visita y recorrer el muelle para llevar adelante el homenaje sentido.
“Lo que pasamos, vivimos y dejamos cuando estuvimos en Malvinas, cuando escuchamos el himno se nos empiezan a caer las lágrimas porque lo sentimos con mucha profundidad y cuando decimos con gloria morir...Estuvimos con gloria morir. Sabemos de qué se trata”, dijo Caballero.
En sus palabras, brindó un reconocimiento a los veteranos que “estamos de pie y luchándola porque somos los gladiadores de la vida porque muchos no llegaron y acá estamos nosotros”.#

Los veteranos volvieron al lugar que pisaron tras combatir durante 74 días.
23 OCT 2018 - 21:08

Las lágrimas en los ojos, el pensar en su madre y el agradecimiento eterno a la comunidad de Puerto Madryn sintetizan el regreso de un grupo de veteranos de Malvinas al muelle Storni. Estos hombres están en la zona como parte del reencuentro anual que llevan adelante y que suma 20 años, reforzando esos lazos marcados a fuego que se generaron en las islas y que son inquebrantables con el paso del tiempo.
En el muelle de aguas profundas se descubrió una placa que este grupo de veteranos colocó al cariño fraternal que recibieron cuando regresaron al continente a bordo del buque Camberra. Ricardo Daer, que retornó a la ciudad del Golfo tras tres décadas y media, explicó que “es un acto en agradecimiento a Madryn por el día que se quedó sin pan”. En forma inmediata su memoria volvió a instalarse en el 19 de junio de 1982 “cuando llegamos creyendo que íbamos a ser rechazados por la gente por haber perdido una guerra. Al bajar veíamos muchos pañuelitos y manos a la distancia pero cuando nos fuimos acercarndo vimos que era el pueblo que se había acercado para darnos su cariño, lágrimas, a pedirnos un botón y decirnos gracias”.
Ricardo Daer afirmó que “nunca nos vamos a olvidar esa caricia al alma” porque “éramos 4.100 soldados prisioneros en el Camberra que volvíamos al continente tras una guerra de 74 días. Ese día Puerto Madryn se quedó sin pan porque nosotros solo pedíamos pan”.
A diferencia de su regreso al continente donde recibieron el cariño y el amor de una comunidad, los veteranos se encontraron con “la desidia, el abandono de personas por parte del Estado que hizo que cada soldado se fuera separando del otro hermano”, dijo el veterano.
Dos décadas atrás esta situación comenzó a revertirse para los integrantes del Regimiento Mecanizado 3, compañía comando Curupaytí cuando Walter Caballero, que reside en Trelew, comenzó a buscar a sus compañeros para recuperar esos lazos generados a sangre y fuego en el archipiélago.
Con las limitaciones propias de la época, donde no existían las redes sociales ni los celulares, inició una tarea de hormiga para ir localizando uno por uno a sus compañeros. “Él viajó a Buenos Aires, a hacerse sus kilómetros para juntar a 4, 5, 6. Este año dijimos que se van a cumplir 20 años desde que Walter Caballero viajaba para juntar a sus hermanos del comando y decidimos agradecerlo viniendo y, además, darle las gracias a Puerto Madryn con una placa”, manifestó un emocionado Daer, quien tuvo su momento para rendir el homenaje a los centinelas que están custodiando las Islas Malvinas.
El viaje permitió que 25 personas arribasen a la ciudad portuaria, entre quienes se encuentran las familias de los veteranos que vivieron el momento con una sensación indescriptible y donde las lágrimas sintetizan esas sensaciones.
“Walter (Caballero) juntó a la familia, no a los soldados. Acá hay hijos que los vimos nacer, que vinieron a filmarnos y sacarnos fotos. Los veteranos de Malvinas somos hermanos, no de sangre sino de mucho más... De  una causa y de vida porque en aquel momento dábamos la vida uno por el otro. Por eso somos la vida malvinera”, dijo Daer.
En su caso fue la primera vez que retornó a Madryn tras 36 años, situación que se replicó en el grueso de los veteranos. Respecto a las emociones y sentir que se cruzaron por su mente cuando volvió a caminar por el lugar que marcó su regreso a continente tras la guerra, Daer lo sintetizó en una sola palabra: “Mamá” porque “soy hijo único y solo quería ver a mi vieja”.

Una emoción constante

El impulsor de la recuperación del grupo, Walter Caballero, reflexionó sobre todo lo vivido en un día muy especial para todos. “El año pasado surgió la idea de ir a Trelew en el 2018 y vinimos con los compañeros a rendir homenaje a los caídos y agradecer a la gente de Puerto Madryn por aquel día donde se quedaron sin pan”, dijo el vecino.
En este sentido expresó su agradecimiento a todos los que sumaron su granito de arena para que se pudiera concretar la visita y recorrer el muelle para llevar adelante el homenaje sentido.
“Lo que pasamos, vivimos y dejamos cuando estuvimos en Malvinas, cuando escuchamos el himno se nos empiezan a caer las lágrimas porque lo sentimos con mucha profundidad y cuando decimos con gloria morir...Estuvimos con gloria morir. Sabemos de qué se trata”, dijo Caballero.
En sus palabras, brindó un reconocimiento a los veteranos que “estamos de pie y luchándola porque somos los gladiadores de la vida porque muchos no llegaron y acá estamos nosotros”.#


NOTICIAS RELACIONADAS