La crisis económica pegó fuerte en el Parque Industrial de Trelew. La devaluación mejoró un solo rubro: el textil lanero, que se beneficia exportando. El resto se empantana cada vez peor por la falta del consumo interno. La textil sintética y otras están al borde del colapso: suspenden, adelantan vacaciones o cierran.
“Tenemos que salir de nuestro dogma de combatir el cooperativismo y rendirnos ante la realidad”, dijo Sergio Cárdenas, secretario general de la Asociación Obrera Textil. Indicó que armarse en cooperativas es una de las pocas opciones de los obreros para alcanzar un ingreso genuino.
Cárdenas advirtió que para hablar de la industria textil se necesita contexto. “Si exportás es posible que tengas alguna mejora con la devaluación. ¿Pero quién exporta? Sólo la lana que se pueda llegar a procesar en la zona. Esas serían las condiciones más favorables. Diferenciamos la textil sintética que vive situaciones dramáticas y la textil lanera, con muchos problemas pero con tarifas dolarizadas, de más de 50 mil dólares mensuales. Tienen pulmones para tolerar porque las exportaciones comienzan a moverse. Pero la mayoría están las sintéticas están abocadas a la demanda interna que cada día se reduce más. Está deprimido el producto por la recesión, que a esta altura es una depresión económica”, comparó.
En textil sintética hay fábricas con suspensiones de cada 15 días, como Sedamil, Alter (trabaja una semana sí y la otra no), Soltex, Tendlar (sin novedades aun). “Todas con el corazón en la boca. Si reflotara la situación sería distinto el panorama. Pero todo es mercado interno. Estamos en dificultades. Pero en lanera sin dudas hay una mejora”.
En el Parque hay una capacidad ociosa del 50% en el rubro sintético. “Las fábricas trabajan a un mínimo nivel. El mercado exige poco. Adecuan sus costos y margen de producción, hay suspensiones, reducciones de jornadas y adelanto comercial. Estamos esperando marzo y abril, cuando el mercado repunta. Es la expectativa”.
El gremialista graficó que “la gente está sufriendo mucho”. Los despedidos de Propulsora Patagónica aún no cobran sus indemnizaciones. “El patrón los abandonó. Todos están con demandas judiciales. Nos hacemos cargo de los compañeros que la pasan mal. Gestionamos ayuda no reintegrable de Nación y municipio. No logramos que cedan en comodato las maquinarias e instalaciones, veremos cómo sigue esto. La están pasando mal. Los que están adentro y los que se quedaron afuera colgados de un pincel”.
Dijo Cárdenas que “algo tenemos que hacer porque el propietario dejó a la gente tirada y no les cede el establecimiento y maquinarias. Tratamos de estar a la altura de las circunstancias. Propulsora evaluará si lo estamos haciendo bien o mal”, apuntó.
En este escenario, los trabajadores en crisis comenzaron a formar cooperativas para paliar la situación. Años atrás esta figura era repudiada por los gremios, pero se convirtió en una de las pocas salidas. “Las cooperativas nunca fueron la solución para el trabajador bajo ningún punto de vista. La solución es un fuerte mercado interno, un país en crecimiento y una industria pujante que renueve y genere trabajo genuino. Pero la realidad nos desbordó a todos en los últimos 3 años con la transformación brutal a través de la distribución a la inversa: para unos pocos, todo y para los demás, miseria. Nos obliga a los gremiales ver cómo nos podemos poner a la altura de un problema. Decíamos que hay que combatir el cooperativismo pero hoy tenemos que rendirnos ante la realidad. Es la única manera que, por ejemplo, los compañeros de Propulsora tengan un ingreso genuino. No hay alternativa. Es tan grande la crisis y la necesidad que el gobierno le está haciendo a la gente que tenemos una responsabilidad relativa con los compañeros. Tenemos que salir de nuestro dogma de cooperativa no, relación de dependencia sí. Hoy no es así. Hay que reconfigurarnos sí a sí”.
Según Cárdenas, tienen apoyo de Provincia y municipio. “Pero en el fondo el problema es que no hay mercado interno. La recesión económica avanzó y la gente no consume otra cosa que lo básico en alimentos. No ropa ni sábanas, por ejemplo. Hay que recuperar un país donde el mercado esté presente y genere bienestar y consumo. Si no, esto no tiene futuro”.#
La crisis económica pegó fuerte en el Parque Industrial de Trelew. La devaluación mejoró un solo rubro: el textil lanero, que se beneficia exportando. El resto se empantana cada vez peor por la falta del consumo interno. La textil sintética y otras están al borde del colapso: suspenden, adelantan vacaciones o cierran.
“Tenemos que salir de nuestro dogma de combatir el cooperativismo y rendirnos ante la realidad”, dijo Sergio Cárdenas, secretario general de la Asociación Obrera Textil. Indicó que armarse en cooperativas es una de las pocas opciones de los obreros para alcanzar un ingreso genuino.
Cárdenas advirtió que para hablar de la industria textil se necesita contexto. “Si exportás es posible que tengas alguna mejora con la devaluación. ¿Pero quién exporta? Sólo la lana que se pueda llegar a procesar en la zona. Esas serían las condiciones más favorables. Diferenciamos la textil sintética que vive situaciones dramáticas y la textil lanera, con muchos problemas pero con tarifas dolarizadas, de más de 50 mil dólares mensuales. Tienen pulmones para tolerar porque las exportaciones comienzan a moverse. Pero la mayoría están las sintéticas están abocadas a la demanda interna que cada día se reduce más. Está deprimido el producto por la recesión, que a esta altura es una depresión económica”, comparó.
En textil sintética hay fábricas con suspensiones de cada 15 días, como Sedamil, Alter (trabaja una semana sí y la otra no), Soltex, Tendlar (sin novedades aun). “Todas con el corazón en la boca. Si reflotara la situación sería distinto el panorama. Pero todo es mercado interno. Estamos en dificultades. Pero en lanera sin dudas hay una mejora”.
En el Parque hay una capacidad ociosa del 50% en el rubro sintético. “Las fábricas trabajan a un mínimo nivel. El mercado exige poco. Adecuan sus costos y margen de producción, hay suspensiones, reducciones de jornadas y adelanto comercial. Estamos esperando marzo y abril, cuando el mercado repunta. Es la expectativa”.
El gremialista graficó que “la gente está sufriendo mucho”. Los despedidos de Propulsora Patagónica aún no cobran sus indemnizaciones. “El patrón los abandonó. Todos están con demandas judiciales. Nos hacemos cargo de los compañeros que la pasan mal. Gestionamos ayuda no reintegrable de Nación y municipio. No logramos que cedan en comodato las maquinarias e instalaciones, veremos cómo sigue esto. La están pasando mal. Los que están adentro y los que se quedaron afuera colgados de un pincel”.
Dijo Cárdenas que “algo tenemos que hacer porque el propietario dejó a la gente tirada y no les cede el establecimiento y maquinarias. Tratamos de estar a la altura de las circunstancias. Propulsora evaluará si lo estamos haciendo bien o mal”, apuntó.
En este escenario, los trabajadores en crisis comenzaron a formar cooperativas para paliar la situación. Años atrás esta figura era repudiada por los gremios, pero se convirtió en una de las pocas salidas. “Las cooperativas nunca fueron la solución para el trabajador bajo ningún punto de vista. La solución es un fuerte mercado interno, un país en crecimiento y una industria pujante que renueve y genere trabajo genuino. Pero la realidad nos desbordó a todos en los últimos 3 años con la transformación brutal a través de la distribución a la inversa: para unos pocos, todo y para los demás, miseria. Nos obliga a los gremiales ver cómo nos podemos poner a la altura de un problema. Decíamos que hay que combatir el cooperativismo pero hoy tenemos que rendirnos ante la realidad. Es la única manera que, por ejemplo, los compañeros de Propulsora tengan un ingreso genuino. No hay alternativa. Es tan grande la crisis y la necesidad que el gobierno le está haciendo a la gente que tenemos una responsabilidad relativa con los compañeros. Tenemos que salir de nuestro dogma de cooperativa no, relación de dependencia sí. Hoy no es así. Hay que reconfigurarnos sí a sí”.
Según Cárdenas, tienen apoyo de Provincia y municipio. “Pero en el fondo el problema es que no hay mercado interno. La recesión económica avanzó y la gente no consume otra cosa que lo básico en alimentos. No ropa ni sábanas, por ejemplo. Hay que recuperar un país donde el mercado esté presente y genere bienestar y consumo. Si no, esto no tiene futuro”.#