María Eugenia Abdala –Zolezzi, una diseñadora argentina con experiencia en marcas internacionales que durante años trabajó en París y Milán, apostó a las fibras orgánicas para una nueva colección que fue exhibida durante la semana de la moda a desarrollarse en la capital francesa.
Maydi es el nombre del proyecto que lleva adelante en nuestro país María Eugenia y que tiene como particularidad el uso de las mejores fibras naturales del mundo, como merino, mohair y también fibra de guanaco silvestre.En ese contexto desarrolló una colección que fue presentado en la Semana de la Moda de París y allí expuso productos confeccionados con lana de ovejas de Península Valdés.
María Eugenia Abdala - Zolezzi estudio y trabajó en Europa antes de desarrollar su carrera en Argentina (foto mundo textil)
Maria Abdala-Zolezzi recibió su formación en el London College of Fashion y durante más de una década trabajó en la moda de París y Milán para marcas internacionales como Hermès, Sonia Rykiel e Isabel Marant. A su regreso al país fundó Maydi, un proyecto que “expresa su compromiso con la calidad, el arte y la moda” según publicó la revista Mundo Textil, al contar la experiencia de la diseñadora argentina.
En sus colecciones utiliza algunas de las mejores fibras naturales del mundo como merino, mohair e incluso fibra de guanaco silvestre. Maydi utiliza sólo fibras naturales e hilados orgánicos en sus tejidos artesanales.
El espíritu atemporal de cada pieza se manifiesta en un diseño 100% contemporáneo y refinado, llevado a cabo mediante antiguas técnicas de tejido a mano, telar manual y crochet, revalorizadas desde la mirada del diseño contemporáneo.
Maydi selecciona exclusivamente materiales nobles como lana merino de la Patagonia argentina —incluyendo hilado en rueca—, mohair, llama de la Puna argentina, alpaca, algodón y paja de seda.
Según la publicación “el merino orgánico argentino es comparable con fibras preciosas (como cashmere y alpaca) por su finura, brillo y suavidad, y se destaca entre los principales materiales utilizados en la colección. Por ello, más allá de esta calidad intrínseca de la fibra, Maydi trabaja con lanas Merino, respaldadas por un proceso productivo que cuida el medio ambiente, el bienestar de los animales y el desarrollo de las personas y las organizaciones que participan en toda la cadena de valor. Los tintes utilizados son totalmente naturales, se obtienen de plantas nativas mediante procesos amigables con el ecosistema”.En el caso puntual de esta colección se utilizaron lanas sustentables de Península Valdés.
La colección ¨Vida¨ fue presentada en la Semana de la Moda de París, del 27 de febrero al 6 de marzo de 2019, realizada con fibras certificadas Wildlife Friendly de lana merino producida por el programa “Fibras Patagónicas con Conciencia” de una cooperativa de ganaderos sostenible llamada “Merino de Peninsula Valdés”
“La certificación la obtuve utilizando merino de Península Valdés, trabajé con investigadores del Conicet y ellos trabajan en conjunto con esta corporación Wildlife Friendly de Estados Unidos. Por eso soy la primera diseñadora que utiliza esta fibra y así obtuve la certificación¨.
Lanas sustentables en Península Valdés
Las lanas producidas en Península Valdés reciben una certificación internacional (foto Darío Podestá/merinopeninsulavaldes.com)
Hace cinco años –en 2014- un grupo de propietarios de campos ubicados en Península Valdés se reunió con científicos y conservacionistas del CONICET, la Wildlife Conservation Society (WCS) y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), con el objetivo de desarrollar una estrategia ganadera sostenible para la zona.
El objetivo de todas las partes fue generar un sistema que permita la cría de ovejas en coexistencia con poblaciones saludables de fauna silvestre en Península Valdés, “promoviendo el uso sostenible de la diversidad, mejorando el hábitat para la vida silvestre y, al hacerlo, los medios de subsistencia humanos” según explican en su página merinopeninsulavaldes.com
Hoy los establecimientos del grupo MPV totalizan 33.000 hectáreas de tierra bajo un esquema de manejo amigable con la vida silvestre, y producen alrededor de 50 toneladas de lana Merino fina. Como las propiedades comprenden más de 70 km de costa, el grupo protege algunas de las colonias de lobos y elefantes marinos más importantes de la zona, así como aves marinas y migratorias y la presencia de cientos de ballenas francas australes de mayo a diciembre de cada año.
Una de las premisas del grupo es realizar un manejo de sus tierras que permita que poblaciones saludables de guanacos, choiques y maras coexistan con sus ovejas, y con la utilización de métodos no letales para controlar la depredación por parte de pumas, zorros, y los gatos montés y de pajonal. Fue de este modo que los propietarios obtuvieron la certificación “Wildlife Friendly” en 2016.
A partir de esos conceptos se obtiene una lana Merino fina, ya sea lana sin tratar, lavada y peinada (top) lista para hilar, o hilada. El espesor promedio obtenido en 2016 fue de 18,64 micras. La lana con certificación “Wildlife Friendly” es completamente trazable y se procesa de acuerdo con estándares responsables y protocolos certificados.
María Eugenia Abdala –Zolezzi, una diseñadora argentina con experiencia en marcas internacionales que durante años trabajó en París y Milán, apostó a las fibras orgánicas para una nueva colección que fue exhibida durante la semana de la moda a desarrollarse en la capital francesa.
Maydi es el nombre del proyecto que lleva adelante en nuestro país María Eugenia y que tiene como particularidad el uso de las mejores fibras naturales del mundo, como merino, mohair y también fibra de guanaco silvestre.En ese contexto desarrolló una colección que fue presentado en la Semana de la Moda de París y allí expuso productos confeccionados con lana de ovejas de Península Valdés.
María Eugenia Abdala - Zolezzi estudio y trabajó en Europa antes de desarrollar su carrera en Argentina (foto mundo textil)
Maria Abdala-Zolezzi recibió su formación en el London College of Fashion y durante más de una década trabajó en la moda de París y Milán para marcas internacionales como Hermès, Sonia Rykiel e Isabel Marant. A su regreso al país fundó Maydi, un proyecto que “expresa su compromiso con la calidad, el arte y la moda” según publicó la revista Mundo Textil, al contar la experiencia de la diseñadora argentina.
En sus colecciones utiliza algunas de las mejores fibras naturales del mundo como merino, mohair e incluso fibra de guanaco silvestre. Maydi utiliza sólo fibras naturales e hilados orgánicos en sus tejidos artesanales.
El espíritu atemporal de cada pieza se manifiesta en un diseño 100% contemporáneo y refinado, llevado a cabo mediante antiguas técnicas de tejido a mano, telar manual y crochet, revalorizadas desde la mirada del diseño contemporáneo.
Maydi selecciona exclusivamente materiales nobles como lana merino de la Patagonia argentina —incluyendo hilado en rueca—, mohair, llama de la Puna argentina, alpaca, algodón y paja de seda.
Según la publicación “el merino orgánico argentino es comparable con fibras preciosas (como cashmere y alpaca) por su finura, brillo y suavidad, y se destaca entre los principales materiales utilizados en la colección. Por ello, más allá de esta calidad intrínseca de la fibra, Maydi trabaja con lanas Merino, respaldadas por un proceso productivo que cuida el medio ambiente, el bienestar de los animales y el desarrollo de las personas y las organizaciones que participan en toda la cadena de valor. Los tintes utilizados son totalmente naturales, se obtienen de plantas nativas mediante procesos amigables con el ecosistema”.En el caso puntual de esta colección se utilizaron lanas sustentables de Península Valdés.
La colección ¨Vida¨ fue presentada en la Semana de la Moda de París, del 27 de febrero al 6 de marzo de 2019, realizada con fibras certificadas Wildlife Friendly de lana merino producida por el programa “Fibras Patagónicas con Conciencia” de una cooperativa de ganaderos sostenible llamada “Merino de Peninsula Valdés”
“La certificación la obtuve utilizando merino de Península Valdés, trabajé con investigadores del Conicet y ellos trabajan en conjunto con esta corporación Wildlife Friendly de Estados Unidos. Por eso soy la primera diseñadora que utiliza esta fibra y así obtuve la certificación¨.
Lanas sustentables en Península Valdés
Las lanas producidas en Península Valdés reciben una certificación internacional (foto Darío Podestá/merinopeninsulavaldes.com)
Hace cinco años –en 2014- un grupo de propietarios de campos ubicados en Península Valdés se reunió con científicos y conservacionistas del CONICET, la Wildlife Conservation Society (WCS) y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), con el objetivo de desarrollar una estrategia ganadera sostenible para la zona.
El objetivo de todas las partes fue generar un sistema que permita la cría de ovejas en coexistencia con poblaciones saludables de fauna silvestre en Península Valdés, “promoviendo el uso sostenible de la diversidad, mejorando el hábitat para la vida silvestre y, al hacerlo, los medios de subsistencia humanos” según explican en su página merinopeninsulavaldes.com
Hoy los establecimientos del grupo MPV totalizan 33.000 hectáreas de tierra bajo un esquema de manejo amigable con la vida silvestre, y producen alrededor de 50 toneladas de lana Merino fina. Como las propiedades comprenden más de 70 km de costa, el grupo protege algunas de las colonias de lobos y elefantes marinos más importantes de la zona, así como aves marinas y migratorias y la presencia de cientos de ballenas francas australes de mayo a diciembre de cada año.
Una de las premisas del grupo es realizar un manejo de sus tierras que permita que poblaciones saludables de guanacos, choiques y maras coexistan con sus ovejas, y con la utilización de métodos no letales para controlar la depredación por parte de pumas, zorros, y los gatos montés y de pajonal. Fue de este modo que los propietarios obtuvieron la certificación “Wildlife Friendly” en 2016.
A partir de esos conceptos se obtiene una lana Merino fina, ya sea lana sin tratar, lavada y peinada (top) lista para hilar, o hilada. El espesor promedio obtenido en 2016 fue de 18,64 micras. La lana con certificación “Wildlife Friendly” es completamente trazable y se procesa de acuerdo con estándares responsables y protocolos certificados.