Mario Cimadevilla aseguró hoy que más allá de los resultados electoras obtenidos por Cambiemos en las elecciones del año 2015 y 2017, “en la práctica funcionó y funciona como un gobierno del PRO; las decisiones que se han tomado no son consultadas con sus aliados” y en ese marco aseguró que “algunas de las decisiones que se toman están en las antípodas del pensamiento radical”.
En diálogo con FM Tiempo y al ser consultado si había sectores de la Unión Cívica Radical que no venían con buenos ojos la continuidad de la alianza que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación, dijo “no diríamos nada nuevo si decimos que sí. Ustedes habrán advertido que existe en el seno del radicalismo un enojo muy grande respecto a la manera que ha funcionado Cambiemos. Desde el punto de vista electoral fue exitoso, pero que luego no ha funcionado como una coalición de gobierno”.
“El círculo donde se toman las decisiones de gobierno es cada vez más cerrado, más chico, y más obstinados de mantener cuestiones que han fracasado y es un debate que está pendiente en la Unión Cívica Radical y que a la fecha de realización de la Convención Nacional, que es el organismo partidario que va a analizar esto, y en definitiva va a definir si el radicalismo continúa o no dentro de la alianza Cambiemos”.
Visión crítica
En cuanto a su opinión del gobierno, dijo que tener una “visión muy crítica de lo que está pasando con el gobierno nacional”, aunque reconoció que fue partícipe de la Convención Nacional realizada en Gualguaychú, cuando se conformó la alianza electoral Cambiemos entre la UCR y el PRO.
“Fui uno de los oradores en la Convención y tomamos una decisión de la que no me arrepiento. En aquel momento lo que se evaluó era la necesidad o conveniencia de que cambie el signo político del país. En la última elección presidencial Cristina Fernández de Kirchner había obtenido más del 50% de los votos, y el rival más próximo estaba a más de 30 puntos; prácticamente el equilibrio de poderes en el parlamento no existía, más allá de las diferencias que sabíamos existían con nuestros aliados, se privilegiaron las urgencias”.
En ese contexto explicó que “se privilegiaron las urgencias, la necesidad de este cambio de signo político, de recuperar el equilibrio de nuevo en el país, pero en el entendimiento que a partir de allí el radicalismo de alguna manera iba a tener algún tipo de participación en las decisiones políticas de estado, pero esto no se dio, en la práctica funcionó y funciona como un gobierno del PRO. Las decisiones que se han tomado no son consultadas con sus aliados y algunas de las decisiones que se toman están en las antípodas del pensamiento radical”.
Mario Cimadevilla aseguró hoy que más allá de los resultados electoras obtenidos por Cambiemos en las elecciones del año 2015 y 2017, “en la práctica funcionó y funciona como un gobierno del PRO; las decisiones que se han tomado no son consultadas con sus aliados” y en ese marco aseguró que “algunas de las decisiones que se toman están en las antípodas del pensamiento radical”.
En diálogo con FM Tiempo y al ser consultado si había sectores de la Unión Cívica Radical que no venían con buenos ojos la continuidad de la alianza que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación, dijo “no diríamos nada nuevo si decimos que sí. Ustedes habrán advertido que existe en el seno del radicalismo un enojo muy grande respecto a la manera que ha funcionado Cambiemos. Desde el punto de vista electoral fue exitoso, pero que luego no ha funcionado como una coalición de gobierno”.
“El círculo donde se toman las decisiones de gobierno es cada vez más cerrado, más chico, y más obstinados de mantener cuestiones que han fracasado y es un debate que está pendiente en la Unión Cívica Radical y que a la fecha de realización de la Convención Nacional, que es el organismo partidario que va a analizar esto, y en definitiva va a definir si el radicalismo continúa o no dentro de la alianza Cambiemos”.
Visión crítica
En cuanto a su opinión del gobierno, dijo que tener una “visión muy crítica de lo que está pasando con el gobierno nacional”, aunque reconoció que fue partícipe de la Convención Nacional realizada en Gualguaychú, cuando se conformó la alianza electoral Cambiemos entre la UCR y el PRO.
“Fui uno de los oradores en la Convención y tomamos una decisión de la que no me arrepiento. En aquel momento lo que se evaluó era la necesidad o conveniencia de que cambie el signo político del país. En la última elección presidencial Cristina Fernández de Kirchner había obtenido más del 50% de los votos, y el rival más próximo estaba a más de 30 puntos; prácticamente el equilibrio de poderes en el parlamento no existía, más allá de las diferencias que sabíamos existían con nuestros aliados, se privilegiaron las urgencias”.
En ese contexto explicó que “se privilegiaron las urgencias, la necesidad de este cambio de signo político, de recuperar el equilibrio de nuevo en el país, pero en el entendimiento que a partir de allí el radicalismo de alguna manera iba a tener algún tipo de participación en las decisiones políticas de estado, pero esto no se dio, en la práctica funcionó y funciona como un gobierno del PRO. Las decisiones que se han tomado no son consultadas con sus aliados y algunas de las decisiones que se toman están en las antípodas del pensamiento radical”.