El fenómeno fue confirmado por el director de la meseta central de la Corporación de Fomento Rural (Corfo) de Chubut, Mario Reguiló, quien admitió que "habíamos avanzado con un programa de manejo pero evidentemente no dio resultado y ahora la plaga creció mucho y nos cuesta combatirla porque no encontramos remedios adecuados".
Las tucuras son insectos parecidos a las langostas, con una población que va aumentando mientras se desplaza motorizada por su voracidad, provocando grandes daños en este caso en la vegetación achaparrada propia de la meseta patagónica.
Esta especie (bufonacris clarasiana) tiene la particularidad de no tener alas y desova en áreas pedregosas donde predominan vegetales arbustivos, por lo que su desplazamiento no es el de una "nube" que se eleva en el cielo como ocurre con sus parientes los saltamontes, sino que se arrastra y al ser tanto los ejemplares parece que el piso se desplazara.
"Como no se pudieron combatir en los controles preventivos cuando la especie era juvenil ahora se complica porque llegan a la etapa de la adultez y requieren otro tipo de remedios para atacarlas" describió Reguiló.
"No tenemos ni personal ni medios"
La primera intervención se realizó con mochilas que esparcieron los insecticidas en los focos pero "muchos productores no nos dejaron ingresar a los campos y en otros casos ocurre que es una superficie muy grande y no tenemos ni personal ni medios para acceder", se lamentó Reguiló en diálogo con Télam.
Según interpreta el técnico, la plaga se expandió rápidamente por las condiciones meteorológicas favorecidas por poca humedad y temperaturas que este año no fueron tan extremadamente bajas como suele ocurrir para esas latitudes.
El delegado de Corfo en Cushamen describió que "incluso en pleno invierno se produjo una especie de veranito, con temperaturas que superaron los 15 grados y creemos que eso favoreció su expansión".
Ayuda del Senasa
Tras lamentarse porque "no tenemos los remedios adecuados para atacar la plaga, contamos con poco personal y nuestro equipamiento es escaso", el director de Corfo reconoció que "nos están ayudando los técnicos del Senasa".
El funcionario admitió que "por ahora es poco lo que se puede hacer, la plaga avanza y come todo a su paso, incluso se comen entre ellas porque tienen hábitos caníbales y se consumen entre sí cuando alguna muere".
Reguiló explicó que no solo en un vasta superficie del departamento Cushamen se produce el avance de esta plaga, sino que se detectaron focos en proximidades de las poblaciones de Lagunita Salada, Pocitos de Quichaura y el paraje conocido como "Talagapa".
El fenómeno fue confirmado por el director de la meseta central de la Corporación de Fomento Rural (Corfo) de Chubut, Mario Reguiló, quien admitió que "habíamos avanzado con un programa de manejo pero evidentemente no dio resultado y ahora la plaga creció mucho y nos cuesta combatirla porque no encontramos remedios adecuados".
Las tucuras son insectos parecidos a las langostas, con una población que va aumentando mientras se desplaza motorizada por su voracidad, provocando grandes daños en este caso en la vegetación achaparrada propia de la meseta patagónica.
Esta especie (bufonacris clarasiana) tiene la particularidad de no tener alas y desova en áreas pedregosas donde predominan vegetales arbustivos, por lo que su desplazamiento no es el de una "nube" que se eleva en el cielo como ocurre con sus parientes los saltamontes, sino que se arrastra y al ser tanto los ejemplares parece que el piso se desplazara.
"Como no se pudieron combatir en los controles preventivos cuando la especie era juvenil ahora se complica porque llegan a la etapa de la adultez y requieren otro tipo de remedios para atacarlas" describió Reguiló.
"No tenemos ni personal ni medios"
La primera intervención se realizó con mochilas que esparcieron los insecticidas en los focos pero "muchos productores no nos dejaron ingresar a los campos y en otros casos ocurre que es una superficie muy grande y no tenemos ni personal ni medios para acceder", se lamentó Reguiló en diálogo con Télam.
Según interpreta el técnico, la plaga se expandió rápidamente por las condiciones meteorológicas favorecidas por poca humedad y temperaturas que este año no fueron tan extremadamente bajas como suele ocurrir para esas latitudes.
El delegado de Corfo en Cushamen describió que "incluso en pleno invierno se produjo una especie de veranito, con temperaturas que superaron los 15 grados y creemos que eso favoreció su expansión".
Ayuda del Senasa
Tras lamentarse porque "no tenemos los remedios adecuados para atacar la plaga, contamos con poco personal y nuestro equipamiento es escaso", el director de Corfo reconoció que "nos están ayudando los técnicos del Senasa".
El funcionario admitió que "por ahora es poco lo que se puede hacer, la plaga avanza y come todo a su paso, incluso se comen entre ellas porque tienen hábitos caníbales y se consumen entre sí cuando alguna muere".
Reguiló explicó que no solo en un vasta superficie del departamento Cushamen se produce el avance de esta plaga, sino que se detectaron focos en proximidades de las poblaciones de Lagunita Salada, Pocitos de Quichaura y el paraje conocido como "Talagapa".