Del total, unos US$ 4.500 millones fueron destinados para paliar los efectos económicos y sanitarios originados por la Covid-19, mientras que para las mejoras de infraestructura la partida superó los US$ 2.000 millones.
La cifra supone un récord en la historia del banco, que prestó más de US$ 200.000 millones desde 1970.
"CAF es un socio incondicional del desarrollo de América Latina, y muestra de ello es el récord de aprobaciones que hemos realizado en un año complicado como ha sido el 2020", destacó Luis Carranza, presidente del CAF, según la agencia de noticias Europa Press.
La ayuda económica se materializó primero en recursos de cooperación técnica no reembolsables de hasta US$ 400.000 dólares por país; seguidos por líneas de crédito regionales para eventos extremos del clima, sismos, accidentes contaminantes y epidemias, por valor de US$ 340 millones.
Posteriormente se concedieron préstamos por US$ 4.100 millones procedentes de la línea de crédito contingente regional de apoyo anticíclico, para la emergencia generada por la Covid-19.
A estas iniciativas se sumaron los préstamos a micro, pequeñas y medianas empresas de la región por US$ 1.600 millones a través de los bancos de desarrollo locales, para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva.
Además, fueron aprobadas líneas de crédito por US$ 1.200 millones dentro del programa de apoyo a empresas de servicios públicos, dirigido a prestadoras de los servicios de energía eléctrica, gas y agua.
Del total, unos US$ 4.500 millones fueron destinados para paliar los efectos económicos y sanitarios originados por la Covid-19, mientras que para las mejoras de infraestructura la partida superó los US$ 2.000 millones.
La cifra supone un récord en la historia del banco, que prestó más de US$ 200.000 millones desde 1970.
"CAF es un socio incondicional del desarrollo de América Latina, y muestra de ello es el récord de aprobaciones que hemos realizado en un año complicado como ha sido el 2020", destacó Luis Carranza, presidente del CAF, según la agencia de noticias Europa Press.
La ayuda económica se materializó primero en recursos de cooperación técnica no reembolsables de hasta US$ 400.000 dólares por país; seguidos por líneas de crédito regionales para eventos extremos del clima, sismos, accidentes contaminantes y epidemias, por valor de US$ 340 millones.
Posteriormente se concedieron préstamos por US$ 4.100 millones procedentes de la línea de crédito contingente regional de apoyo anticíclico, para la emergencia generada por la Covid-19.
A estas iniciativas se sumaron los préstamos a micro, pequeñas y medianas empresas de la región por US$ 1.600 millones a través de los bancos de desarrollo locales, para impulsar su internacionalización, innovación e integración productiva.
Además, fueron aprobadas líneas de crédito por US$ 1.200 millones dentro del programa de apoyo a empresas de servicios públicos, dirigido a prestadoras de los servicios de energía eléctrica, gas y agua.