Pero a los problemas ocasionados por la ausencia del servicio eléctrico se sumó la emanación de humo amarillento que partía de una de las chimeneas de la planta de aluminio de Aluar, además de la tradicional de vapores que suele darse en otros puntos de la geografía de la empresa.
Durante gran parte de la mañana se pudo apreciar cómo esos gases buscaban altura dejando una densa nube de humo que permanecía durante varios minutos, producto de la ausencia de vientos.
La situación puso en evidencia la gravedad de la crisis que se vivió puertas adentro de la productora de aluminio. La ausencia de energía conllevó la liberación de los gases y del humo que, por lo observado por todos los vecinos, carecían de todo tipo de tratamiento o pasaje por los filtros.
Con el correr de las horas las emanaciones fueron cesando aunque se contraponían con los fuertes olores que se respiraban en las inmediaciones de la planta. No solo se pudo apreciar la emanación del gas amarillento, donde existiría una componenda importante de fluor partiendo desde la principal chimenea de la firma Aluar, sino que en los canales aledaños a la empresa se detectaba una improvisado río con una serie de sustancias irreconocibles.
La respiración era dificultosa por los olores que, en escasos segundos, producían picazón en los ojos y afectaban las vías respiratorias. La mezcla de esos líquidos partió de la propia planta, puntualmente de la calle central, donde fueron encapsulados por máquinas viales que los dirigieron hasta el canal aledaño a la ruta 4 y que rodea a la empresa.#
Pero a los problemas ocasionados por la ausencia del servicio eléctrico se sumó la emanación de humo amarillento que partía de una de las chimeneas de la planta de aluminio de Aluar, además de la tradicional de vapores que suele darse en otros puntos de la geografía de la empresa.
Durante gran parte de la mañana se pudo apreciar cómo esos gases buscaban altura dejando una densa nube de humo que permanecía durante varios minutos, producto de la ausencia de vientos.
La situación puso en evidencia la gravedad de la crisis que se vivió puertas adentro de la productora de aluminio. La ausencia de energía conllevó la liberación de los gases y del humo que, por lo observado por todos los vecinos, carecían de todo tipo de tratamiento o pasaje por los filtros.
Con el correr de las horas las emanaciones fueron cesando aunque se contraponían con los fuertes olores que se respiraban en las inmediaciones de la planta. No solo se pudo apreciar la emanación del gas amarillento, donde existiría una componenda importante de fluor partiendo desde la principal chimenea de la firma Aluar, sino que en los canales aledaños a la empresa se detectaba una improvisado río con una serie de sustancias irreconocibles.
La respiración era dificultosa por los olores que, en escasos segundos, producían picazón en los ojos y afectaban las vías respiratorias. La mezcla de esos líquidos partió de la propia planta, puntualmente de la calle central, donde fueron encapsulados por máquinas viales que los dirigieron hasta el canal aledaño a la ruta 4 y que rodea a la empresa.#