El capitán Gustavo MOnzani, condenado en 2012 en el marco de la causa que investigó y juzgó el espionaje ilegal llevado a cabo desde la base “Almirante Zar” de Trelew, falleció este 24 de marzo a bordo de un auto, cuando se aprestaba a viajar desde la ciudad valletana en donde residía hacia la localidad de Rada Tilly, en el sur provincial, en el marco de sus actividades como dirigente de la Federación de Básquet de Chubut.
Monzani se subió a primera hora de este miércoles a un auto que conducía el presidente de la Federación de Basquet de Chubut, Carlos Sanz, pero a poco de salir de su domicilio se sintió mal y entonces fue trasladado de urgencia a la Clínica “Pueblo de Luis”, en la zona céntrica de la ciudad.
Al ser revisado por personal del lugar, se comprobó que Monzani ya se encontraba sin vida, sin embargo su defunción fue confirmada minutos después de manera oficial por un médico del Hospital Zonal.
Su pasado en la Armada
Monzani estaba vinculado al básquetbol valletano desde hace más de 15 años, inclusive mientras lideraba “La Casita”, una oficina del área de Inteligencia de la Armada Argentina que funcionaba en la Base “Almirante Zar” de Trelew, el mismo lugar en donde dos décadas antes habían fusilado a 16 presos políticos.
La causa se inició en marzo de 2006, como consecuencia de una denuncia presentada ante el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) por el cabo Carlos Alegre, quien se desempeñaba en “La Casita”.
El entonces juez federal de Rawson, Jorge Pfleger, allanó poco después esa oficina y secuestró abundante documentación, en soporte de papel o digital, que demostraba el espionaje ilegal realizado al menos entre el 2004 y el 2006.
Las prácticas ilícitas incluían seguimientos, informes y escuchas telefónicas a integrantes de organismos de derechos humanos, políticos, funcionarios gubernamentales, comunidades indígenas y activistas sociales, entre otros.
Algunos años después, en agosto de 2012, un tribunal federal encabezado por el juez Enrique Guanziroli, declaró culpables a los almirantes Pablo Rossi, Eduardo Avilés y Luis De Vincenti; a los capitanes Monzani, Eduardo Merlo, Jorge Janiot, Gustavo Ottogalli, Félix Medici, Carlos Vázquez y Carlos Ruda; y a los suboficiales Daniel Guantay, Vicente Rossi y Alfredo Andrade. El único absuelto fue el almirante Cristian Vidal.
Todos debieron realizar tareas comunitarias y asistir a cursos de derecho constitucional y derechos humanos. Pero ninguno fue preso.
El capitán Gustavo MOnzani, condenado en 2012 en el marco de la causa que investigó y juzgó el espionaje ilegal llevado a cabo desde la base “Almirante Zar” de Trelew, falleció este 24 de marzo a bordo de un auto, cuando se aprestaba a viajar desde la ciudad valletana en donde residía hacia la localidad de Rada Tilly, en el sur provincial, en el marco de sus actividades como dirigente de la Federación de Básquet de Chubut.
Monzani se subió a primera hora de este miércoles a un auto que conducía el presidente de la Federación de Basquet de Chubut, Carlos Sanz, pero a poco de salir de su domicilio se sintió mal y entonces fue trasladado de urgencia a la Clínica “Pueblo de Luis”, en la zona céntrica de la ciudad.
Al ser revisado por personal del lugar, se comprobó que Monzani ya se encontraba sin vida, sin embargo su defunción fue confirmada minutos después de manera oficial por un médico del Hospital Zonal.
Su pasado en la Armada
Monzani estaba vinculado al básquetbol valletano desde hace más de 15 años, inclusive mientras lideraba “La Casita”, una oficina del área de Inteligencia de la Armada Argentina que funcionaba en la Base “Almirante Zar” de Trelew, el mismo lugar en donde dos décadas antes habían fusilado a 16 presos políticos.
La causa se inició en marzo de 2006, como consecuencia de una denuncia presentada ante el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) por el cabo Carlos Alegre, quien se desempeñaba en “La Casita”.
El entonces juez federal de Rawson, Jorge Pfleger, allanó poco después esa oficina y secuestró abundante documentación, en soporte de papel o digital, que demostraba el espionaje ilegal realizado al menos entre el 2004 y el 2006.
Las prácticas ilícitas incluían seguimientos, informes y escuchas telefónicas a integrantes de organismos de derechos humanos, políticos, funcionarios gubernamentales, comunidades indígenas y activistas sociales, entre otros.
Algunos años después, en agosto de 2012, un tribunal federal encabezado por el juez Enrique Guanziroli, declaró culpables a los almirantes Pablo Rossi, Eduardo Avilés y Luis De Vincenti; a los capitanes Monzani, Eduardo Merlo, Jorge Janiot, Gustavo Ottogalli, Félix Medici, Carlos Vázquez y Carlos Ruda; y a los suboficiales Daniel Guantay, Vicente Rossi y Alfredo Andrade. El único absuelto fue el almirante Cristian Vidal.
Todos debieron realizar tareas comunitarias y asistir a cursos de derecho constitucional y derechos humanos. Pero ninguno fue preso.