La farmacia Social, ubicada en 28 de julio y Pellegrini, frente al hospital zonal de Trelew, sufrió cuatro robos en esta semana. Tras el acoso de los delincuentes, el comisario inspector Marcelo Silva, designó un puesto fijo de custodia.
“Es todos los días prácticamente, después de las 19.00 siempre que queda poco personal vienen las mecheras y a veces mecheros. Cuando anochece vienen y se van por la calle Roca que está toda oscura”, contó a Jornada Patricia, la coordinadora de la sucursal.
“Las mecheras entran, roban y se van como si nada. Pero el sábado a las 3.00 de la madrugada nos rompieron la vidriera, con un hierro grande y pesado. Lo tiraron tan fuerte que rompieron cosas, se cayó una computadora, hubo bastantes daños y se llevaron 10 sets de perfumes”, explicó la empleada.
“Lo que más roban son perfumes. En realidad, agarran lo que tienen a mano. Acá no tienen acceso a lo que es medicación, eso está atrás resguardada”, detalló.
“Gracias a Dios el comisario de la Primera vino hasta acá, se acercó a hablar con nosotras y nos brindó ayuda con un policía fijo que cada media hora baja, porque estamos como en un subsuelo, y nos pregunta si está todo bien”, concluyó.
La farmacia Social, ubicada en 28 de julio y Pellegrini, frente al hospital zonal de Trelew, sufrió cuatro robos en esta semana. Tras el acoso de los delincuentes, el comisario inspector Marcelo Silva, designó un puesto fijo de custodia.
“Es todos los días prácticamente, después de las 19.00 siempre que queda poco personal vienen las mecheras y a veces mecheros. Cuando anochece vienen y se van por la calle Roca que está toda oscura”, contó a Jornada Patricia, la coordinadora de la sucursal.
“Las mecheras entran, roban y se van como si nada. Pero el sábado a las 3.00 de la madrugada nos rompieron la vidriera, con un hierro grande y pesado. Lo tiraron tan fuerte que rompieron cosas, se cayó una computadora, hubo bastantes daños y se llevaron 10 sets de perfumes”, explicó la empleada.
“Lo que más roban son perfumes. En realidad, agarran lo que tienen a mano. Acá no tienen acceso a lo que es medicación, eso está atrás resguardada”, detalló.
“Gracias a Dios el comisario de la Primera vino hasta acá, se acercó a hablar con nosotras y nos brindó ayuda con un policía fijo que cada media hora baja, porque estamos como en un subsuelo, y nos pregunta si está todo bien”, concluyó.