Cinthia Ana, vocera de los despedidos, indicó a Jornada que “el señor Rubén Villagra se manejó muy mal. Nos echó por mensajes. En mi caso me enteré porque no trabajaba más. Perdió la licitación para la limpieza del Superior Tribunal de Justicia y por eso nos echa. Nos tendría que avisar con anticipación y no por un mensaje de texto. Sin importarte las familias que tenemos detrás. Mis compañeros pagan alquiler. No le importó nada. Las cuentas no nos van a esperar. Nos quiere pagar la mitad de la indemnización y no puede ser. En esta situación somos 90 distribuidos en Rawson, Puerto Madryn y Trelew”, sostuvo.
“Queremos que nos pague todo. No la mitad. Tengo 10 años trabajados y sufrimos maltratos constantemente. Ellos nos decían tenés que ir a tal lado sin preguntarte si podés. Era nuestro trabajo pero en mi caso tenía que trabajar mañana y tarde. Son días aparte que aún no me los pagan. Tuvimos compañeros con Covid que le descontaban del sueldo que faltaban. No falté nunca en los 10 años, solamente hace 8 años cuando me operé. Nunca más”, sostuvo.
Cinthia advirtió que “la mayoría de las despedidas somos mujeres que nos cuesta más conseguir trabajo, además por la edad también. ¿Qué hacemos? Todos tenemos hijos. Con lo que él nos quiere pagar no hacemos nada. El despido fue el 31. Mis compañeras estaban trabajando y a las 18 les llegó el mensaje de despido”.
Cinthia Ana, vocera de los despedidos, indicó a Jornada que “el señor Rubén Villagra se manejó muy mal. Nos echó por mensajes. En mi caso me enteré porque no trabajaba más. Perdió la licitación para la limpieza del Superior Tribunal de Justicia y por eso nos echa. Nos tendría que avisar con anticipación y no por un mensaje de texto. Sin importarte las familias que tenemos detrás. Mis compañeros pagan alquiler. No le importó nada. Las cuentas no nos van a esperar. Nos quiere pagar la mitad de la indemnización y no puede ser. En esta situación somos 90 distribuidos en Rawson, Puerto Madryn y Trelew”, sostuvo.
“Queremos que nos pague todo. No la mitad. Tengo 10 años trabajados y sufrimos maltratos constantemente. Ellos nos decían tenés que ir a tal lado sin preguntarte si podés. Era nuestro trabajo pero en mi caso tenía que trabajar mañana y tarde. Son días aparte que aún no me los pagan. Tuvimos compañeros con Covid que le descontaban del sueldo que faltaban. No falté nunca en los 10 años, solamente hace 8 años cuando me operé. Nunca más”, sostuvo.
Cinthia advirtió que “la mayoría de las despedidas somos mujeres que nos cuesta más conseguir trabajo, además por la edad también. ¿Qué hacemos? Todos tenemos hijos. Con lo que él nos quiere pagar no hacemos nada. El despido fue el 31. Mis compañeras estaban trabajando y a las 18 les llegó el mensaje de despido”.