"Pajarito" heredó el amor y la pasión por el automovilismo de su padre Emilio Nacarol Gómez (gomero) y sus hermanos mayores ("Chiche", "Quique" y Carlos). Desde la cuna entre fierros, de pequeño se subió a un karting, también participó en competencias de motociclismo y automovilismo en toda la provincia entre los '70 y '80. Eligió, como no podía ser de otra manera, la profesión de mecánico y luego supo seruno de los preparadores mas requeridos durante décadas por habilidad, talento y creatividad.Dibo Arabia fue uno de los campeones en el TP 1.100, una categoría que vio nacer, con su preparación.
Un tipo querible, gran contador de anécdotas con un particular sentido del humor. Serio al primer contacto, luego aparecía ese ser afable, dedicado y siempre presto a solucionar cualquier desafío que planteara la mecánica de un auto. Muy amigo de sus amigos. Su taller de la calle Maipú fue por años el reducto elegido por muchos de sus pilotos para largas charlas tuercas, mientras el equipo trabajaba hasta la madrugada en la previa de una competencia.
Un problema de saludque derivó en complicaciones, lo llevó a sufrir un ACV y no se pudo recuperar. Nuestras condolencias su esposa Ana y a sus hijos Sebastián, Paula y Ana Mariel.
"Pajarito" heredó el amor y la pasión por el automovilismo de su padre Emilio Nacarol Gómez (gomero) y sus hermanos mayores ("Chiche", "Quique" y Carlos). Desde la cuna entre fierros, de pequeño se subió a un karting, también participó en competencias de motociclismo y automovilismo en toda la provincia entre los '70 y '80. Eligió, como no podía ser de otra manera, la profesión de mecánico y luego supo seruno de los preparadores mas requeridos durante décadas por habilidad, talento y creatividad.Dibo Arabia fue uno de los campeones en el TP 1.100, una categoría que vio nacer, con su preparación.
Un tipo querible, gran contador de anécdotas con un particular sentido del humor. Serio al primer contacto, luego aparecía ese ser afable, dedicado y siempre presto a solucionar cualquier desafío que planteara la mecánica de un auto. Muy amigo de sus amigos. Su taller de la calle Maipú fue por años el reducto elegido por muchos de sus pilotos para largas charlas tuercas, mientras el equipo trabajaba hasta la madrugada en la previa de una competencia.
Un problema de saludque derivó en complicaciones, lo llevó a sufrir un ACV y no se pudo recuperar. Nuestras condolencias su esposa Ana y a sus hijos Sebastián, Paula y Ana Mariel.