El país en quiebra, Corralito, ahorros de millones de personas perdidos, piqueteros, cacerolazos, masacre en Plaza de Mayo, el presidente huyendo en helicóptero, son escenas que remiten a la Crisis de 2001 en Argentina. Hoy se cumplen 20 años de una debacle que marcó nuestra historia.
Argentina vivía entonces una fuerte depresión económica y crecía sostenidamente el desempleo. A finales del año 2000, renunció el vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez y durante el 2001 hubo tres ministros de Economía: José Luis Machinea, Ricardo López Murphy y Domingo Cavallo, quien había sido ministro con Carlos Menem.
Comenzó una gran fuga de capitales. En consecuencia, el presidente Fernando de la Rúa y Cavallo anunciaron el “Corralito”, una medida que impuso la prohibición de extraer dinero en efectivo de los bancos.
Esto desató una huelga general con adhesiones en todo el país y estallidos entre las diferentes clases populares llevadas adelante por los piqueteros. Hubo saqueos en comercios y supermercados y creció el clima de descontrol.
El 19 de diciembre de 2001, de la Rúa anunció el Estado de sitio, donde se otorgó a las fuerzas armadas facultades de represión y se suspendieron las garantías institucionales. Los cacerolazos se hicieron oír a lo largo y ancho del país tras este anuncio. Fuerzas policiales reprimieron la protesta popular causando la muerte de 39 personas, entre ellas siete adolescentes entre 13 y 18 años y siete mujeres.
Un grupo de manifestantes rodeó la Casa Rosada al grito de “que se vayan todos”, exigiendo la renuncia del presidente. Cavallo renunció, y a él le siguieron otros ministros. De la Rúa intentó convocar al diálogo para salvar el Gobierno, pero en la noche del 20 de diciembre presentó su renuncia. Debido a la fuerte protesta que se desarrollaba a las afueras del palacio presidencial, el mandatario se vio forzado a huir en helicóptero desde la azotea de la Casa Rosada.
En las semanas siguientes se sucedió un desfile de presidentes interinos: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño, hasta que el 1 de enero de 2002 asumió la presidencia Eduardo Duhalde, quien en su discurso de asunción lanzó la frase “el que depositó dólares, recibirá dólares”. Días después disolvió la Ley de Convertibilidad. Argentina tuvo entonces cinco presidentes en once días, y la promesa de devolución de dólares nunca se cumplió.
El país en quiebra, Corralito, ahorros de millones de personas perdidos, piqueteros, cacerolazos, masacre en Plaza de Mayo, el presidente huyendo en helicóptero, son escenas que remiten a la Crisis de 2001 en Argentina. Hoy se cumplen 20 años de una debacle que marcó nuestra historia.
Argentina vivía entonces una fuerte depresión económica y crecía sostenidamente el desempleo. A finales del año 2000, renunció el vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez y durante el 2001 hubo tres ministros de Economía: José Luis Machinea, Ricardo López Murphy y Domingo Cavallo, quien había sido ministro con Carlos Menem.
Comenzó una gran fuga de capitales. En consecuencia, el presidente Fernando de la Rúa y Cavallo anunciaron el “Corralito”, una medida que impuso la prohibición de extraer dinero en efectivo de los bancos.
Esto desató una huelga general con adhesiones en todo el país y estallidos entre las diferentes clases populares llevadas adelante por los piqueteros. Hubo saqueos en comercios y supermercados y creció el clima de descontrol.
El 19 de diciembre de 2001, de la Rúa anunció el Estado de sitio, donde se otorgó a las fuerzas armadas facultades de represión y se suspendieron las garantías institucionales. Los cacerolazos se hicieron oír a lo largo y ancho del país tras este anuncio. Fuerzas policiales reprimieron la protesta popular causando la muerte de 39 personas, entre ellas siete adolescentes entre 13 y 18 años y siete mujeres.
Un grupo de manifestantes rodeó la Casa Rosada al grito de “que se vayan todos”, exigiendo la renuncia del presidente. Cavallo renunció, y a él le siguieron otros ministros. De la Rúa intentó convocar al diálogo para salvar el Gobierno, pero en la noche del 20 de diciembre presentó su renuncia. Debido a la fuerte protesta que se desarrollaba a las afueras del palacio presidencial, el mandatario se vio forzado a huir en helicóptero desde la azotea de la Casa Rosada.
En las semanas siguientes se sucedió un desfile de presidentes interinos: Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Camaño, hasta que el 1 de enero de 2002 asumió la presidencia Eduardo Duhalde, quien en su discurso de asunción lanzó la frase “el que depositó dólares, recibirá dólares”. Días después disolvió la Ley de Convertibilidad. Argentina tuvo entonces cinco presidentes en once días, y la promesa de devolución de dólares nunca se cumplió.