Verónica Cepeda: con los chicos no

Un sujeto abusó de su hija de 10 años. Por “tocamientos “ fue condenado a prisión. La mamá de la víctima recomendó “creerles siempre” a los chicos.

Verónica Cepeda habló con Jornada.
16 ABR 2022 - 20:21 | Actualizado 27 ABR 2022 - 18:33

Por Lorena Leeming / @loreleeming

El juez Marcelo Nieto Di Biase condenó a un año y medio de prisión condicional a un sujeto de 43 años por el delito de “abuso simple” (tocamientos) mediando además abuso intimidatorio, autoridad o de poder en perjuicio de una de sus sobrinas, una menor de 13 años. Eso sucedió durante al menos 2 años. Verónica Cepeda es la mamá de la víctima y denunciante del hecho. Habló con Jornada. Dijo estar conforme con la actuación de la justicia y emitió un fuerte mensaje: “créanle siempre a sus hijos. Les pedimos que se cuiden de los extraños cuando salen, pero muchas veces los extraños están dentro de la casa. Él admitió todo antes del juicio. Se lo dijo personalmente y por mensaje a mi hermana, de quien era su esposo”.
Verónica es una mujer que transmite fortaleza. La decisión de hacer público lo que en mala hora le tocó vivir a su pequeña hija tiene un objetivo: advertir a los padres sobre la importancia de observar a sus hijos, de hablarles, de estar atentos a las redes sociales. Y por sobre todo, “creerles siempre” lo que les cuentan.


“Tenía 10 años”

Buscó las palabras adecuadas y transmitió lo que vivieron como familia. “Todo empezó en 2020 en plena pandemia. Mi hija en ese momento tenía 10 años. Le habíamos dado un celular. Cada tanto le controlaba las redes. Cerca del mes de junio vi un mensaje a un amigo. Le decía que estaba triste, que se sentía mal porque el tío la había tocado. Pensé en varias personas de la familia. Somos muchos. No sabía a quien se refería. Quise hablar con ella, al principio no me decía nada pero con el tiempo me dijo que era Aldo Bulfon, en ese momento esposo de mi hermana”, indicó.


Observar conductas

Lo primero que hizo ante esta situación, fue llamar a la psicóloga de su hija. “Varios meses la fui sondeando. La veía bien al principio pero después advertí ciertas conductas que me preocuparon mucho. Empezó el tratamiento con la psicóloga, quien ya me había adelantado que veía signos de un abuso. Antes de año nuevo, la nena se lo confirmó y me dijo que ya lo podía expresar. Que ya estaba preparándola para que lo denuncia”, deslizó.
La mujer advirtió que “cuando tenía 10 años ya le habían sucedido cosas, pero recién a los 11 pudo contarlo, exteriorizarlo. Cuando hice la denuncia en febrero del año pasado, la Policía me preguntó por qué no había ido antes. No es algo que yo podía manejar, fui cuando pude. Siempre lo hablábamos en la mesa: que se tenían que cuidar y no dejar tocarse nunca. Hasta me dio culpa haberles inculcado tanto eso”, admitió.
Agregó al respecto que “cuando ella estuvo lista para la denuncia se inició todo el proceso. Denuncié en febrero. Ella siguió con psicóloga. Una semana antes de la denuncia se enteró mi hermana y se fue automáticamente a vivir con mis padres junto a sus hijos. En ningún momento apareció él, ni siquiera a ver los hijos”, remarcó.
Habló del proceso judicial. “En todo momento nos sentimos acompañamos. No creía que habría sentencia. Siempre decía que no creía en la justicia, pero sí creo en Dios. Hay un Dios” apuntó.
No puede evitar las lágrimas. Verónica asegura que lo que hoy en día transmite a la sociedad ella “lo aprendió a los golpes”. Dio un ejemplo: “Uno siempre les dice a los hijos cuidado, no le hagas caso ni te acerques a los extraños. Y muchas veces los extraños los tenemos adentro de la casa. Cuando ella no me quería decir el nombre yo le insistí: así sea tu propio padre o tu propio abuelo yo lo mato. No es que no voy a creerte, le decía. Hay que creerles siempre. Hay que observar conductas: cambios de humor, pasaba del amor al odio en un segundo, hay que prestarles atención y acompañar. Tratar de ver los cambios. Tratar de hablar mucho”, sugirió.
Dirigiéndose puntualmente al abusador dijo: “hay que tener en cuenta que estas personas son psicópatas. Luego que mi hija contó lo que le sucedió nos enteramos que otros familiares también tuvieron experiencias similares. A él, hace poco tiempo lo echaron de su trabajo”, agregó.


Amenazas

Contó una experiencia particular. “Un día la fue a buscar para traerla a un almuerzo familiar, cuando se sube al auto la nena, él le da un papelito que decía: perdoname, esto no va a volver a pasar. Cuando lo lee temblando, no hace ni media cuadra y le pidió que lo tire para no dejar rastros. Esa situación es muy normal en esa gente. Mi hermana se echaba la culpa también y no es así, nadie de nosotros nos dimos cuenta, era una persona tranquila. Jamás lo ibas a escuchar ponerse mal o violento. Muchas veces, esas personas son las peores”, advirtió.


“Admitió todo”

Verónica aseguró que el condenado “admitió todo antes del juicio. A mi hermana personalmente y por un mensaje. Él le dijo que le había bancado muchos errores, pero esto es mucho más grave. Reconoció todo lo que dice el expediente. Se lo condenó un año y seis meses en suspenso”.
¿Está usted conforme con la sentencia? “Sí. Estoy conforme con la sentencia y con la fiscal que llevó la causa, Silvia Pereira. No tuve ningún problema. Más allá de mi falta de esperanza al inicio, estamos conformes. Al ser abuso simple no tiene prisión efectiva a menos que tuviese alguna sentencia anterior que no tiene”.
Para finalizar, Cepeda deslizó que “la Justica se proclamó y la justicia divina es más poderosa. Hoy mi hija está muy bien, tiene excelentes notas en la escuela. Y es un día a día, aprender a valorarse, quererse y a no callarse la boca. Jamás. Porque estas personas se abusan que los chicos no hablan al ser amenazados. Hay que creerles siempre”.#

Verónica Cepeda habló con Jornada.
16 ABR 2022 - 20:21

Por Lorena Leeming / @loreleeming

El juez Marcelo Nieto Di Biase condenó a un año y medio de prisión condicional a un sujeto de 43 años por el delito de “abuso simple” (tocamientos) mediando además abuso intimidatorio, autoridad o de poder en perjuicio de una de sus sobrinas, una menor de 13 años. Eso sucedió durante al menos 2 años. Verónica Cepeda es la mamá de la víctima y denunciante del hecho. Habló con Jornada. Dijo estar conforme con la actuación de la justicia y emitió un fuerte mensaje: “créanle siempre a sus hijos. Les pedimos que se cuiden de los extraños cuando salen, pero muchas veces los extraños están dentro de la casa. Él admitió todo antes del juicio. Se lo dijo personalmente y por mensaje a mi hermana, de quien era su esposo”.
Verónica es una mujer que transmite fortaleza. La decisión de hacer público lo que en mala hora le tocó vivir a su pequeña hija tiene un objetivo: advertir a los padres sobre la importancia de observar a sus hijos, de hablarles, de estar atentos a las redes sociales. Y por sobre todo, “creerles siempre” lo que les cuentan.


“Tenía 10 años”

Buscó las palabras adecuadas y transmitió lo que vivieron como familia. “Todo empezó en 2020 en plena pandemia. Mi hija en ese momento tenía 10 años. Le habíamos dado un celular. Cada tanto le controlaba las redes. Cerca del mes de junio vi un mensaje a un amigo. Le decía que estaba triste, que se sentía mal porque el tío la había tocado. Pensé en varias personas de la familia. Somos muchos. No sabía a quien se refería. Quise hablar con ella, al principio no me decía nada pero con el tiempo me dijo que era Aldo Bulfon, en ese momento esposo de mi hermana”, indicó.


Observar conductas

Lo primero que hizo ante esta situación, fue llamar a la psicóloga de su hija. “Varios meses la fui sondeando. La veía bien al principio pero después advertí ciertas conductas que me preocuparon mucho. Empezó el tratamiento con la psicóloga, quien ya me había adelantado que veía signos de un abuso. Antes de año nuevo, la nena se lo confirmó y me dijo que ya lo podía expresar. Que ya estaba preparándola para que lo denuncia”, deslizó.
La mujer advirtió que “cuando tenía 10 años ya le habían sucedido cosas, pero recién a los 11 pudo contarlo, exteriorizarlo. Cuando hice la denuncia en febrero del año pasado, la Policía me preguntó por qué no había ido antes. No es algo que yo podía manejar, fui cuando pude. Siempre lo hablábamos en la mesa: que se tenían que cuidar y no dejar tocarse nunca. Hasta me dio culpa haberles inculcado tanto eso”, admitió.
Agregó al respecto que “cuando ella estuvo lista para la denuncia se inició todo el proceso. Denuncié en febrero. Ella siguió con psicóloga. Una semana antes de la denuncia se enteró mi hermana y se fue automáticamente a vivir con mis padres junto a sus hijos. En ningún momento apareció él, ni siquiera a ver los hijos”, remarcó.
Habló del proceso judicial. “En todo momento nos sentimos acompañamos. No creía que habría sentencia. Siempre decía que no creía en la justicia, pero sí creo en Dios. Hay un Dios” apuntó.
No puede evitar las lágrimas. Verónica asegura que lo que hoy en día transmite a la sociedad ella “lo aprendió a los golpes”. Dio un ejemplo: “Uno siempre les dice a los hijos cuidado, no le hagas caso ni te acerques a los extraños. Y muchas veces los extraños los tenemos adentro de la casa. Cuando ella no me quería decir el nombre yo le insistí: así sea tu propio padre o tu propio abuelo yo lo mato. No es que no voy a creerte, le decía. Hay que creerles siempre. Hay que observar conductas: cambios de humor, pasaba del amor al odio en un segundo, hay que prestarles atención y acompañar. Tratar de ver los cambios. Tratar de hablar mucho”, sugirió.
Dirigiéndose puntualmente al abusador dijo: “hay que tener en cuenta que estas personas son psicópatas. Luego que mi hija contó lo que le sucedió nos enteramos que otros familiares también tuvieron experiencias similares. A él, hace poco tiempo lo echaron de su trabajo”, agregó.


Amenazas

Contó una experiencia particular. “Un día la fue a buscar para traerla a un almuerzo familiar, cuando se sube al auto la nena, él le da un papelito que decía: perdoname, esto no va a volver a pasar. Cuando lo lee temblando, no hace ni media cuadra y le pidió que lo tire para no dejar rastros. Esa situación es muy normal en esa gente. Mi hermana se echaba la culpa también y no es así, nadie de nosotros nos dimos cuenta, era una persona tranquila. Jamás lo ibas a escuchar ponerse mal o violento. Muchas veces, esas personas son las peores”, advirtió.


“Admitió todo”

Verónica aseguró que el condenado “admitió todo antes del juicio. A mi hermana personalmente y por un mensaje. Él le dijo que le había bancado muchos errores, pero esto es mucho más grave. Reconoció todo lo que dice el expediente. Se lo condenó un año y seis meses en suspenso”.
¿Está usted conforme con la sentencia? “Sí. Estoy conforme con la sentencia y con la fiscal que llevó la causa, Silvia Pereira. No tuve ningún problema. Más allá de mi falta de esperanza al inicio, estamos conformes. Al ser abuso simple no tiene prisión efectiva a menos que tuviese alguna sentencia anterior que no tiene”.
Para finalizar, Cepeda deslizó que “la Justica se proclamó y la justicia divina es más poderosa. Hoy mi hija está muy bien, tiene excelentes notas en la escuela. Y es un día a día, aprender a valorarse, quererse y a no callarse la boca. Jamás. Porque estas personas se abusan que los chicos no hablan al ser amenazados. Hay que creerles siempre”.#


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