Ante el gran entusiasmo del público, Toquinho transitó durante el show sus más de 50 años de carrera, contando anécdotas, compartiendo sus sentimientos al respecto de aquel movimiento mítico de la Bossa Nova, que lo cobijo en su juventud a partir de su encuentro y su amistad con Vinicius de Moraes.
El show comenzó, como no podía ser de otra manera, con interpretaciones intimas de temas como "Corcobado", "Garota de Ipanema", "Maravilla", matizadas con historias que incluían a otros músicos protagonistas de aquella irrupción como Chico Buarque, Luiz Gonzaga y Doribal Caimi.
Enseguida el artista sumo al escenario a la joven cantante Camilla Faustino (nacida en Goiânia y quien inició su camino a partir de participar en un concurso televisivo de talentos) dueña de una voz potente y deslumbrante y una simpatía y dominio de la escena notable para compartir piezas también icónicas como "Chega de Saudade" y "Eu se que voite amar".
En ese andar estético, Toquinho contó sobre su amistad con Astor Piazzolla y Aníbal "Pichuco" Troilo y cómo el tango es parte de su música, para sorprender regalando una versión "bosanovada" de "Por una cabeza" (Gardel-Lepera), que se convirtió en uno de los momentos altos del show.
Finalmente ingresó en la escena la Orquesta Filarmónica de Rio Negro para compartir otra parte del repertorio, desde canciones para las infancias, la tan celebrada "Aquerela" y otro éxito inolvidable "Tristeza nao tem fin".
La presencia argentina del guitarrista y autor paulista, de 75 años, para celebrar 52 años del álbum que registró junto a Vinicius de Moraes y María Creuza en el local esteño La Fusa, se cerrará hoy a las 20 en el porteño Auditorio de Belgrano.
Ante el gran entusiasmo del público, Toquinho transitó durante el show sus más de 50 años de carrera, contando anécdotas, compartiendo sus sentimientos al respecto de aquel movimiento mítico de la Bossa Nova, que lo cobijo en su juventud a partir de su encuentro y su amistad con Vinicius de Moraes.
El show comenzó, como no podía ser de otra manera, con interpretaciones intimas de temas como "Corcobado", "Garota de Ipanema", "Maravilla", matizadas con historias que incluían a otros músicos protagonistas de aquella irrupción como Chico Buarque, Luiz Gonzaga y Doribal Caimi.
Enseguida el artista sumo al escenario a la joven cantante Camilla Faustino (nacida en Goiânia y quien inició su camino a partir de participar en un concurso televisivo de talentos) dueña de una voz potente y deslumbrante y una simpatía y dominio de la escena notable para compartir piezas también icónicas como "Chega de Saudade" y "Eu se que voite amar".
En ese andar estético, Toquinho contó sobre su amistad con Astor Piazzolla y Aníbal "Pichuco" Troilo y cómo el tango es parte de su música, para sorprender regalando una versión "bosanovada" de "Por una cabeza" (Gardel-Lepera), que se convirtió en uno de los momentos altos del show.
Finalmente ingresó en la escena la Orquesta Filarmónica de Rio Negro para compartir otra parte del repertorio, desde canciones para las infancias, la tan celebrada "Aquerela" y otro éxito inolvidable "Tristeza nao tem fin".
La presencia argentina del guitarrista y autor paulista, de 75 años, para celebrar 52 años del álbum que registró junto a Vinicius de Moraes y María Creuza en el local esteño La Fusa, se cerrará hoy a las 20 en el porteño Auditorio de Belgrano.