“Espero que la Universidad cambie los planes de estudio y se incorpore perspectiva de Género”

“La cuestión de Género obliga a desandar prácticas que teníamos naturalizadas. Los hombres muchas veces sienten que pierden poder cuando cuestionamos al patriarcado. Tienen que pensar que al ver las nuevas masculinidades que estamos trayendo los beneficia como varones”

Bárbara Quintana es secretaria académica y piensa en una Universidad en que la perspectiva sea transversal
19 JUN 2022 - 19:48 | Actualizado 21 JUN 2022 - 10:55

Por Lorena Lemming

Espero que en el corto plazo podamos cambiar los planes de estudio. Que todos tengan Género como unidad transversal” resumió la delegada académica de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNPSJB sede Trelew Bárbara Quintana en una entrevista con Jornada. Bárbara además de ser la máxima autoridad administrativa, es una joven comprometida con la formación de las personas en lo relativo a la Diversidad, los Derechos Humanos y la incorporación desde la institución de los conceptos relacionados a la temática “Género”, se involucra de lleno en la temática. Impulsó junto a otras facultades actividades de formación sobre el abordaje de las nuevas prácticas y los nuevos conceptos. La respuesta de la sociedad fue multitudinaria. Primero fue una diplomatura, ahora van por más.

Bárbara es una convencida que discutir la cuestión de Género es complejo porque “tenemos que pensar el Género de manera transversal en la Universidad y eso implica discutirlo en los planes de estudios, en las prácticas docentes, como estudiantes, como funcionarios y funcionarias públicas. Realmente es hacer de nuevo la universidad y ver qué tipo de institución queremos crear de aquí para adelante”, remarcó.

Fue a los números: “Hace poco se hizo un relevamiento de la cantidad de extensiones en los últimos 10 años y solo el 3% de la actividad extensionista de nuestros docentes está vinculada a la cuestión de Género y sobre todo, ha estado centrada en los últimos dos años”, apuntó.

Las acciones a implementar son urgentes. La comunidad exige entender nuevos cuestionamientos, nuevos conceptos y por sobre todo, entender que han quedado en desuso prácticas alguna vez naturalizadas. “Pensando en la necesidad que tenemos: lo que están en boga las temáticas pero lo poco abordadas que se encuentran, es que hemos ido impulsando distintas políticas para poder formar a profesionales dentro de la universidad y también para el afuera”, sostuvo.

Reveló que en conversaciones que mantuvieron el año pasado con la facultad de Ciencias Jurídicas “hablamos de cómo podíamos darles herramientas a docentes y nos pareció bien poder llegar al Poder Judicial. Porque sabemos que hay estructuras patriarcales: la educación al lado del Poder Judicial queda pequeña. Entonces, surgió la oportunidad de hacer una diplomatura en conjunto en donde intentamos darle una formación integral a personas del Poder Judicial, docentes, Salud, Administración, etcétera y nos pareció fundamental para poder empezar a intercambiar entre facultades pero también, para llegar a esas esferas donde aún las feministas no estamos llegando”.

El cambio lleva tiempo, quizás años, pero vale la pena hacer el intento. Y que los nuevos profesionales puedan dar respuesta a la demanda que la sociedad está teniendo atento a un cambio por nadie ignorado. “Dentro de la Universidad es un camino larguísimo. Nuestra facultad tiene un protocolo para poder abordar violencias pero no lo tiene nuestra universidad. El borrador que se estuvo discutiendo fue uno de los pioneros en el país y ahí quedó. Ahora, quedamos atrás de otras universidades. Es una discusión que estamos llevando al Consejo Superior y que en realidad todos los claustros tienen un consenso porque es necesario empezar a abordar prácticas porque la cuestión de género nos obliga a desandar mencionadas prácticas que teníamos naturalizadas y que a esta altura no podemos seguir permitiendo”.

Insistió Barbara Quintana que una de las acciones importantes que debe llevar a cabo la universidad es “modificar los planes de estudio. Todas las universidades tienen autonomía a diferencia de los Institutos que sí tienen la ESI, nuestros rectorados no lo tienen. Una de las primeras reuniones que tuvimos con el cuerpo docente a este año, fue para solicitarle perspectiva de genero en los nuevos planes de estudios. Estamos cambiando reglamentaciones para eso, estamos impulsando este tipo de ofertas académicas, venimos pensando una especialización en Género para el año que viene y hay varias actividades y perspectiva que venimos llevando a cabo. Solemos ser pocas las personas con formación y estamos ocupando muchos espacios en simultáneo y hace que todo sea un poco más pesado”.

Los Derechos Humanos en este contexto son esenciales. Poner la lupa sobre las personas y la necesidad de erradicar ciertas prácticas es urgente. “Es imposible hablar de temáticas relacionadas al Género si no nos replanteamos cómo lo vivimos como personas porque es la única forma de hacerlo transversal. A veces como docentes veo que intentan tener de 10 clases, 1 con perspectiva de Género y no funciona de esa manera”, explicó.

Bárbara dio ejemplos. “Yo soy historiadora. Tenemos que contar la otra historia. En la que había mujeres. La historia machista y hegemónica no solo se encargó de hablar de los varones. Se encargó de hablar de los varones blancos y de clase alta. No habló de varones pobres o que formaban parte de alguna disidencia. Hablar de Género nos invita a hablar de la interseccionalidad, de lo que pasó con las mujeres, las indígenas, las pobres, una cantidad importante de actores y actoras que en realidad quedaron eliminados de nuestros planes de estudio, de nuestra historia”.

Argumentó la delegada académica que “justamente hablar de Género nos invita a pensarnos como seres sociales, como facultad, lo que hacemos constantemente es pensarnos como sujetos/as sociales y de cambio. El Género es pensarnos con construcciones, implica no centrarnos en lo biológico solamente sino en cómo nos fuimos constituyendo y cómo nos creamos constantemente como mujeres, como varones, como disidencias y nos invita a un abanico enorme”, sostuvo.

Admitió Bárbara que “actualmente se le tiene miedo a este cambio socialmente, a estas palabras que estamos incorporando. Pero le estamos poniendo nombre a una realidad que existió desde siempre. No estamos creando figuras nuevas. Son personas que siempre existieron, siempre existimos desde el principio de la historia pero no se nos estaba nominando y lo que tenemos que hacer como sociedad es perderle el miedo a esa nominación y empezar a aprender a vivir en un mundo diverso que es mucho más rico”, sostuvo.

Las iniciativas de la universidad para capacitar personas de distintos sectores sociales en materia de género han sido multitudinarias. Hizo un análisis sobre este fenómeno. “Es masiva la concurrencia cuando organizamos actividades. Además nos convoca permanente el Estado, desde la Municipalidad por la Ley Micaela, nos consultan desde el Ministerio de Educación, nos buscan docentes para ver si se pueden reabrir propuestas que ya llegaron a su cupo. Hay un amplio sector de la sociedad que necesitan formarse. Además, tenemos legislaciones que nos obligan justamente a formarnos. Falta eso. Por ese camino, es que vamos como universidad y esperamos poder poner a disposición nuestros recursos del pueblo. Somos públicas y gratuitas porque el pueblo realmente nos respalda y esperamos poder responderle”.

Hombres

Aclaró que hablar de Género y Feminismo no es estar contra los hombres, no incluir a los varones, todo lo contrario. “Los hombres muchas veces sienten que pierden poder cuando cuestionamos al patriarcado. Si bien es cierto que como grupo que ostentó el poder, en algún punto se van a sentir perjudicados también tienen que pensar que ver las nuevas masculinidades y otros debates que estamos trayendo los beneficia como varones. Pensar en esto de que los varones sí pueden llorar, que no tienen que ser el único sostén, que no tienen que formar parte de esta masculinidad sostenida todo tiempo”.

Y agregó: “En general los espacios que hay muy pocos pero existen, que invitan a replantearse las nuevas masculinidades .Vemos que hay problemas específicos de los varones, y el feminismo los invita también a poder replantearse prácticas nocivas”.

El planteo no quedó ahí, Quintana lo ejemplificó: “Nos pasó en una capacitación que estoy dando para docentes. Estábamos viendo cómo abordar las efemérides desde distintas perspectivas nos plantemos Malvinas desde la cuestión de Género. Se les pedía firmeza a varones de 18 años que eran adolescentes porque el varón tiene que ser duro, ir a la guerra, defender a las mujeres con el tema de la Patria, con todo lo que significa esa palabra y les comentaba lo de Taiana que hoy es mujer trans y fue como varón a Malvinas. Tuvo que dar una lucha muy grande para poder tener su reasignación de género y nombre con el que se percibe en su DNI para obtener sus condecoraciones y demás. Pensar una educación feminista es también pensar en Malvinas desde esta perspectiva pero no implica no pelear por soberanía y no olvidarnos de las demandas históricas, implica hacer más rico el debate y los varones tiene que salir fortalecidos en términos de identidad”.

Sociedad ligualitaria

Quintana fue específica y clara. “Suele pasar que cuando piensan que las feministas queremos es alterar el orden para quedar encima, no pasa por ahí. Soñamos con una sociedad más igualitaria, una sociedad sin asimetría, donde ser varón o mujer no tenga que llevar a la muerte. Más libre. Como universidad tenemos una responsabilidad enorme al formar profesionales e intelectuales para ver cómo podemos llegar a ese cambio”.
Ante la consulta de nuevas propuestas como las diplomaturas, Bárbara Quintana indicó que “en esta primera diplomatura que llevamos a cabo meses, tuvimos en cuenta las demandas pensamos en un primer módulo para abordar el Género desde todas perspectivas. La primera unidad fue bastante conceptual, trabajar la desnaturalización del Género, fue un primer pantallazo. Luego se trabajó desde la parte educativa, fui docente del módulo que abordaba la ESI (Educación Sexual Integral) junto con una abogada que trabajó de lo legislativo. Lo hicimos como equipos de cátedras. Fuimos trabajando lo pedagógico y didáctico y luego un módulo para trabajar cuestiones legales, de salud y desde las luchas”, remarcó.

Destacó además la delegada académica que “somos conscientes que si desde el 87 hasta acá hemos avanzado en legislaciones tienen que ver cómo el movimiento de mujeres y las disidencias se han organizado por las calles y han demostrado que cuando se habla de minorías al fin no éramos tan minorías, que podíamos organizarnos, que teníamos profesionales y mujeres de distintos sectores sociales pidiendo por determinados derechos y nos hicimos eco como sociedad: el Estado y las universidades”.

Hizo hincapié a cómo se imagina la institución universitaria en el futuro. “Espero que en el corto plazo podamos cambiar los planes de estudio. Que todos los planes de estudio tengan el Género como unidad transversal. Que todas las materias lo tengan. No solo una sola para abordar la ESI que es necesario sino que cuando se de cada materia se tenga en cuenta la perspectiva de género. Esperemos también que las nuevas reglamentaciones y los antecedentes institucionales que estamos teniemdo nos ayuden a revertir las prácticas de violencia que se ven en las cátedras”.

Plantó la situación con un ejemplo tácito. “Tenemos un antecedente de esta última semana de un docente que fue expulsado por prácticas violentas, prácticas que muchos y muchas teníamos naturalizadas porque entendíamos que personas que tenían determinados espacios de poder podían ejercerlas, así que esperamos que con este tipo de antecedentes y las personas que las ejercen, de a poco vayan abandonando nuestras instituciones porque la educación es una practica de libertad, de amor y es el último lugar donde debería haber violencia”, aseveró.

Para finalizar, Bárbara Quintana manifestó que “esperamos poder tener ofertas de posgrado para que nuestros graduados puedan formarse para todos los campos: la comunicación, la educación, el derecho, en todos los campos necesitamos personas con perspectiva de género para hacer una sociedad más igualitaria, más humana”, concluyó.#

Bárbara Quintana es secretaria académica y piensa en una Universidad en que la perspectiva sea transversal
19 JUN 2022 - 19:48

Por Lorena Lemming

Espero que en el corto plazo podamos cambiar los planes de estudio. Que todos tengan Género como unidad transversal” resumió la delegada académica de la facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNPSJB sede Trelew Bárbara Quintana en una entrevista con Jornada. Bárbara además de ser la máxima autoridad administrativa, es una joven comprometida con la formación de las personas en lo relativo a la Diversidad, los Derechos Humanos y la incorporación desde la institución de los conceptos relacionados a la temática “Género”, se involucra de lleno en la temática. Impulsó junto a otras facultades actividades de formación sobre el abordaje de las nuevas prácticas y los nuevos conceptos. La respuesta de la sociedad fue multitudinaria. Primero fue una diplomatura, ahora van por más.

Bárbara es una convencida que discutir la cuestión de Género es complejo porque “tenemos que pensar el Género de manera transversal en la Universidad y eso implica discutirlo en los planes de estudios, en las prácticas docentes, como estudiantes, como funcionarios y funcionarias públicas. Realmente es hacer de nuevo la universidad y ver qué tipo de institución queremos crear de aquí para adelante”, remarcó.

Fue a los números: “Hace poco se hizo un relevamiento de la cantidad de extensiones en los últimos 10 años y solo el 3% de la actividad extensionista de nuestros docentes está vinculada a la cuestión de Género y sobre todo, ha estado centrada en los últimos dos años”, apuntó.

Las acciones a implementar son urgentes. La comunidad exige entender nuevos cuestionamientos, nuevos conceptos y por sobre todo, entender que han quedado en desuso prácticas alguna vez naturalizadas. “Pensando en la necesidad que tenemos: lo que están en boga las temáticas pero lo poco abordadas que se encuentran, es que hemos ido impulsando distintas políticas para poder formar a profesionales dentro de la universidad y también para el afuera”, sostuvo.

Reveló que en conversaciones que mantuvieron el año pasado con la facultad de Ciencias Jurídicas “hablamos de cómo podíamos darles herramientas a docentes y nos pareció bien poder llegar al Poder Judicial. Porque sabemos que hay estructuras patriarcales: la educación al lado del Poder Judicial queda pequeña. Entonces, surgió la oportunidad de hacer una diplomatura en conjunto en donde intentamos darle una formación integral a personas del Poder Judicial, docentes, Salud, Administración, etcétera y nos pareció fundamental para poder empezar a intercambiar entre facultades pero también, para llegar a esas esferas donde aún las feministas no estamos llegando”.

El cambio lleva tiempo, quizás años, pero vale la pena hacer el intento. Y que los nuevos profesionales puedan dar respuesta a la demanda que la sociedad está teniendo atento a un cambio por nadie ignorado. “Dentro de la Universidad es un camino larguísimo. Nuestra facultad tiene un protocolo para poder abordar violencias pero no lo tiene nuestra universidad. El borrador que se estuvo discutiendo fue uno de los pioneros en el país y ahí quedó. Ahora, quedamos atrás de otras universidades. Es una discusión que estamos llevando al Consejo Superior y que en realidad todos los claustros tienen un consenso porque es necesario empezar a abordar prácticas porque la cuestión de género nos obliga a desandar mencionadas prácticas que teníamos naturalizadas y que a esta altura no podemos seguir permitiendo”.

Insistió Barbara Quintana que una de las acciones importantes que debe llevar a cabo la universidad es “modificar los planes de estudio. Todas las universidades tienen autonomía a diferencia de los Institutos que sí tienen la ESI, nuestros rectorados no lo tienen. Una de las primeras reuniones que tuvimos con el cuerpo docente a este año, fue para solicitarle perspectiva de genero en los nuevos planes de estudios. Estamos cambiando reglamentaciones para eso, estamos impulsando este tipo de ofertas académicas, venimos pensando una especialización en Género para el año que viene y hay varias actividades y perspectiva que venimos llevando a cabo. Solemos ser pocas las personas con formación y estamos ocupando muchos espacios en simultáneo y hace que todo sea un poco más pesado”.

Los Derechos Humanos en este contexto son esenciales. Poner la lupa sobre las personas y la necesidad de erradicar ciertas prácticas es urgente. “Es imposible hablar de temáticas relacionadas al Género si no nos replanteamos cómo lo vivimos como personas porque es la única forma de hacerlo transversal. A veces como docentes veo que intentan tener de 10 clases, 1 con perspectiva de Género y no funciona de esa manera”, explicó.

Bárbara dio ejemplos. “Yo soy historiadora. Tenemos que contar la otra historia. En la que había mujeres. La historia machista y hegemónica no solo se encargó de hablar de los varones. Se encargó de hablar de los varones blancos y de clase alta. No habló de varones pobres o que formaban parte de alguna disidencia. Hablar de Género nos invita a hablar de la interseccionalidad, de lo que pasó con las mujeres, las indígenas, las pobres, una cantidad importante de actores y actoras que en realidad quedaron eliminados de nuestros planes de estudio, de nuestra historia”.

Argumentó la delegada académica que “justamente hablar de Género nos invita a pensarnos como seres sociales, como facultad, lo que hacemos constantemente es pensarnos como sujetos/as sociales y de cambio. El Género es pensarnos con construcciones, implica no centrarnos en lo biológico solamente sino en cómo nos fuimos constituyendo y cómo nos creamos constantemente como mujeres, como varones, como disidencias y nos invita a un abanico enorme”, sostuvo.

Admitió Bárbara que “actualmente se le tiene miedo a este cambio socialmente, a estas palabras que estamos incorporando. Pero le estamos poniendo nombre a una realidad que existió desde siempre. No estamos creando figuras nuevas. Son personas que siempre existieron, siempre existimos desde el principio de la historia pero no se nos estaba nominando y lo que tenemos que hacer como sociedad es perderle el miedo a esa nominación y empezar a aprender a vivir en un mundo diverso que es mucho más rico”, sostuvo.

Las iniciativas de la universidad para capacitar personas de distintos sectores sociales en materia de género han sido multitudinarias. Hizo un análisis sobre este fenómeno. “Es masiva la concurrencia cuando organizamos actividades. Además nos convoca permanente el Estado, desde la Municipalidad por la Ley Micaela, nos consultan desde el Ministerio de Educación, nos buscan docentes para ver si se pueden reabrir propuestas que ya llegaron a su cupo. Hay un amplio sector de la sociedad que necesitan formarse. Además, tenemos legislaciones que nos obligan justamente a formarnos. Falta eso. Por ese camino, es que vamos como universidad y esperamos poder poner a disposición nuestros recursos del pueblo. Somos públicas y gratuitas porque el pueblo realmente nos respalda y esperamos poder responderle”.

Hombres

Aclaró que hablar de Género y Feminismo no es estar contra los hombres, no incluir a los varones, todo lo contrario. “Los hombres muchas veces sienten que pierden poder cuando cuestionamos al patriarcado. Si bien es cierto que como grupo que ostentó el poder, en algún punto se van a sentir perjudicados también tienen que pensar que ver las nuevas masculinidades y otros debates que estamos trayendo los beneficia como varones. Pensar en esto de que los varones sí pueden llorar, que no tienen que ser el único sostén, que no tienen que formar parte de esta masculinidad sostenida todo tiempo”.

Y agregó: “En general los espacios que hay muy pocos pero existen, que invitan a replantearse las nuevas masculinidades .Vemos que hay problemas específicos de los varones, y el feminismo los invita también a poder replantearse prácticas nocivas”.

El planteo no quedó ahí, Quintana lo ejemplificó: “Nos pasó en una capacitación que estoy dando para docentes. Estábamos viendo cómo abordar las efemérides desde distintas perspectivas nos plantemos Malvinas desde la cuestión de Género. Se les pedía firmeza a varones de 18 años que eran adolescentes porque el varón tiene que ser duro, ir a la guerra, defender a las mujeres con el tema de la Patria, con todo lo que significa esa palabra y les comentaba lo de Taiana que hoy es mujer trans y fue como varón a Malvinas. Tuvo que dar una lucha muy grande para poder tener su reasignación de género y nombre con el que se percibe en su DNI para obtener sus condecoraciones y demás. Pensar una educación feminista es también pensar en Malvinas desde esta perspectiva pero no implica no pelear por soberanía y no olvidarnos de las demandas históricas, implica hacer más rico el debate y los varones tiene que salir fortalecidos en términos de identidad”.

Sociedad ligualitaria

Quintana fue específica y clara. “Suele pasar que cuando piensan que las feministas queremos es alterar el orden para quedar encima, no pasa por ahí. Soñamos con una sociedad más igualitaria, una sociedad sin asimetría, donde ser varón o mujer no tenga que llevar a la muerte. Más libre. Como universidad tenemos una responsabilidad enorme al formar profesionales e intelectuales para ver cómo podemos llegar a ese cambio”.
Ante la consulta de nuevas propuestas como las diplomaturas, Bárbara Quintana indicó que “en esta primera diplomatura que llevamos a cabo meses, tuvimos en cuenta las demandas pensamos en un primer módulo para abordar el Género desde todas perspectivas. La primera unidad fue bastante conceptual, trabajar la desnaturalización del Género, fue un primer pantallazo. Luego se trabajó desde la parte educativa, fui docente del módulo que abordaba la ESI (Educación Sexual Integral) junto con una abogada que trabajó de lo legislativo. Lo hicimos como equipos de cátedras. Fuimos trabajando lo pedagógico y didáctico y luego un módulo para trabajar cuestiones legales, de salud y desde las luchas”, remarcó.

Destacó además la delegada académica que “somos conscientes que si desde el 87 hasta acá hemos avanzado en legislaciones tienen que ver cómo el movimiento de mujeres y las disidencias se han organizado por las calles y han demostrado que cuando se habla de minorías al fin no éramos tan minorías, que podíamos organizarnos, que teníamos profesionales y mujeres de distintos sectores sociales pidiendo por determinados derechos y nos hicimos eco como sociedad: el Estado y las universidades”.

Hizo hincapié a cómo se imagina la institución universitaria en el futuro. “Espero que en el corto plazo podamos cambiar los planes de estudio. Que todos los planes de estudio tengan el Género como unidad transversal. Que todas las materias lo tengan. No solo una sola para abordar la ESI que es necesario sino que cuando se de cada materia se tenga en cuenta la perspectiva de género. Esperemos también que las nuevas reglamentaciones y los antecedentes institucionales que estamos teniemdo nos ayuden a revertir las prácticas de violencia que se ven en las cátedras”.

Plantó la situación con un ejemplo tácito. “Tenemos un antecedente de esta última semana de un docente que fue expulsado por prácticas violentas, prácticas que muchos y muchas teníamos naturalizadas porque entendíamos que personas que tenían determinados espacios de poder podían ejercerlas, así que esperamos que con este tipo de antecedentes y las personas que las ejercen, de a poco vayan abandonando nuestras instituciones porque la educación es una practica de libertad, de amor y es el último lugar donde debería haber violencia”, aseveró.

Para finalizar, Bárbara Quintana manifestó que “esperamos poder tener ofertas de posgrado para que nuestros graduados puedan formarse para todos los campos: la comunicación, la educación, el derecho, en todos los campos necesitamos personas con perspectiva de género para hacer una sociedad más igualitaria, más humana”, concluyó.#


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