Distribución del ingreso: la participación de los trabajadores cayó 9 puntos entre 2016 y 2021

Lo asegura un trabajo del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). En el mismo lapso, la de los sectores empresarios creció 7 puntos. Los asalariados perdieron el equivalente a U$S 70.000 millones.

07 AGO 2022 - 14:29 | Actualizado 07 AGO 2022 - 14:32

En los últimos seis años (2016-2021), la participación de los trabajadores argentinos en la distribución del ingreso cayó 9 puntos, mientras que las de los sectores empresarios se incrementó 7 puntos. La cifra -contundente por donde se la analice- es la conclusión más destacada del extenso informe “La Distribución del Ingreso en la Etapa Actual”, realizado por los especialistas Pablo Manzanelli, Leandro Amoretti y Eduardo M. Basualdo, integrantes del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), vinculado a los gremios de la CTA; y del Área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Según el trabajo, entre los años extremos, los cambios más relevantes consisten en un incremento muy significativo en la participación relativa de los empresarios (EEB), que entre 2016 y 2021 alcanza a 7 puntos del valor agregado total; mientras que la de los asalariados registrados y no registrados desciende en casi 9 puntos también sobre el valor agregado.
En términos de los trabajadores en su conjunto, esa acentuada reducción es mitigada por el incremento de la participación de los cuentapropistas (IBM), que mejoraron su participación relativa en prácticamente dos puntos; mientras que la incidencia de los impuestos menos los subsidios (T-S) permanece prácticamente constante entre los años extremos más allá de las fluctuaciones a lo largo del período (su reducción durante el ajuste de 2018-2019 y su aumento durante la pandemia), explican en su informe.

Nacional y popular

La participación de los trabajadores en el ingreso es una de las preocupaciones prioritarias tanto para los gobiernos que se definen como “nacionales y populares” como para los que asumen una identidad neoliberal pero por motivos opuestos, agrega el trabajo.
“Mientras que los primeros se proponen mejorarla, los otros pretenden disminuirla aumentando el excedente en manos del capital y obscurecer la visión de esa situación. De allí, que sea relevante indagar sus características en los años recientes y especialmente durante la trayectoria de la gestión de esa alianza nacional que dio lugar a la gestión actual del Frente de Todos”, señalan los autores del informe.
El fundamento empírico que explica la conclusión general sobre la caída de la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso y el incremento a favor de los empresarios, se explicita analizando la evolución del ingreso según los distintos componentes del valor agregado a precios constantes (2016-2021, en millones de pesos de 2021)
Respecto a la trayectoria general del valor agregado, los autores del informe señalan que “se puede apreciar que luego de un atenuado incremento entre 2016 y el año electoral del 2017 de casi el 3%, disminuye hasta el 2021 en que crece significativamente al superar el 10%. No ocurre lo mismo con los asalariados registrados y no registrados, ya que si bien sus ingresos se elevan también entre 2016 y 2017, posteriormente se reducen sistemáticamente, incluso en el 2021”.
El otro componente de los ingresos de los trabajadores que desagregan las cuentas oficiales, los cuentapropistas (ingreso mixto), encuentra su punto máximo en el año final del gobierno de Cambiemos, ya que en el 2019 crece un significativo 16% respecto al 2016, para luego disminuir en el 2020 pero aumentar un 9% entre el 2020 y el 2021.

Excedente empresario

Entre 2016 y 2021, el excedente empresario tiene cuantitativamente altas y bajas durante el período pero su rasgo más significativo es el considerable incremento que exhibe en 2021, año donde alcanzó el valor máximo del periodo bajo análisis. Finalmente, en términos de la política estatal, lo más destacado es el fuerte incremento de los subsidios al capital y al trabajo durante los dos años del gobierno de Frente de Todos, señala el trabajo.
En este contexto general, es posible realizar un balance final de la evolución de los diferentes componentes del valor agregado considerando su variación entre los años extremos. Los resultados son ciertamente contundentes, ya que indican que en el marco de una retracción del 3,4% del valor agregado, se registra una disminución notable en los ingresos de los trabajadores y un incremento no menos importantes del excedente percibido por los integrantes del capital.
Estas evidencias empíricas permiten apreciar un movimiento contrapuesto en los ingresos de los dos componentes que aluden a los trabajadores. Mientras que los asalariados (registrados y no registrados) disminuyen su masa salarial notablemente (19,7% entre los años extremos), los cuentapropistas (ingreso mixto) los elevaron en prácticamente el 15%.
No obstante, si se tiene en cuenta la importancia relativa de sus ingresos en el valor agregado, se constata que los asalariados son los que marcan la trayectoria de los ingresos percibidos por el conjunto de la clase trabajadora.

Productividad e ingresos

En este nuevo escenario, se puede apreciar claramente que desde 2017, en el contexto de una tendencia declinante de la generación de valor agregado, se registra una disminución sostenida de la productividad (valor agregado/ocupados) que reconoce al año de la pandemia por el coronavirus como su punto culminante, para reaccionar en el 2021 superando levemente el nivel de 2019.
Asimismo, las evidencias disponibles indican que ese no fue el periplo del ingreso del sector laboral y especialmente de los salarios registrados y no registrados. Si bien ambos declinan hasta 2019, se estabilizan en el año 2020 y se desploman en 2021, aunque su caída en este caso es algo menor en términos relativos a la reducción sufrida durante el macrismo entre 2018 y 2019.
De todos modos, la registrada durante el gobierno del Frente de Todos es más compleja porque entre esos años se acrecienta la productividad superando el nivel de 2019 y el valor agregado crece por encima del 10% en ese año, antes de que el acuerdo con el FMI fuera refrendado por el Congreso, señalan los autores del trabajo.
Teniendo en cuenta que cuando el cociente entre la productividad (valor agregado/ocupación) y el ingreso (salario) medio por ocupado es igual a la unidad, la participación de los asalariados se mantiene constante, pero cuando es mayor a uno (1) la misma aumenta, mientras que cuando es menor a 1 disminuye, se puede presumir que paradójicamente la participación de los trabajadores mejoró en el año 2020 -dado que las políticas del gobierno contribuyeron a evitar una caída de la masa salarial comparable a la del PIB- pero se desplomó en el año 2021.
Sin embargo -agrega el informe de los técnicos de CIFRA y FLACSO-, esta afirmación debe refrendarse empíricamente, analizando el diferencial entre la masa salarial determinada a partir de la que efectivamente percibieron los asalariados (los registrados y los no registrados) y la que deberían haber obtenido para mantener la participación que ambos tenían en el año 2016.

Cuánto perdieron

A lo largo del período de referencia (2016-2021), los asalariados perdieron 7,7 billones de pesos de 2021, prácticamente equivalente a 70 mil millones de dólares de diciembre del 2021, los cuales representan el 19,5 % del valor agregado promedio entre 2016/21, habiéndose registrado la mayor la pérdida durante el gobierno actual: poco más del 50% en ambas variables (la incidencia en el valor agregado y el diferencial entre la productividad y los salarios) e inclusive superior a la registrada anualmente durante el gobierno anterior. Esto ocurrió, a pesar de que en el año de la pandemia la pérdida alcanzó su menor cuantía pero fue más que compensada en 2021, ya que más que duplicó su alcance (7,5% vs. 3,3 del valor agregado total).
Históricamente, durante las crisis económicas argentinas tanto los salarios medios como la ocupación disminuyen menos que el valor agregado, es decir tiene una rigidez significativa debido a la acción las entidades sindicales por resguárdalos y a las regulaciones laborales, especialmente en el caso de la ocupación.
En el 2020, además, incidieron sensiblemente las medidas del Frente de Todos para paliar los efectos de la pandemia sobre los salarios y la ocupación de los asalariados, tales como la doble indemnización y la prohibición de los despidos que atemperaron la disminución de la masa salarial, así como los ATP e incluso el IFE en el caso de los no registrados, de allí el incremento en el monto de la diferencia entre los subsidios y los impuestos.
En conjunto todos estos factores mitigaron el nivel de la redistribución en contra de los trabajadores asalariados. No obstante, en el 2021 esa sangría de excedente llegó a niveles impactantes por su monto e incidencia (casi 3 billones de pesos que representan el 7,5% del valor agregado) y, además, porque ocurrió en un contexto expansivo del valor agregado, habiendo sido el proceso inflacionario la variable clave para concretar esa redistribución del ingreso en favor del capital.

Es la política, estúpido

Las cuestiones políticas no son ajenas a estos resultados tan negativos para los trabajadores. Según los autores, la contradicción en el origen mismo dentro del Gobierno nacional (ver “Entre lo nacional...) “constituye la base de los enconados debates internos en la coalición de gobierno, reconociendo como fundamento de la misma la problemática de la participación de los asalariados en el ingreso”.
Estas disputas fueron especialmente profundas desde mediados del 2021 y se redoblaron a principios del 2022 con el acuerdo con el FMI por ese mismo motivo, es decir la pérdida en participación del ingreso por parte de los trabajadores. “En todos los casos -concluye el trabajo. cuestionando que la política económica y social tenga como objetivo central revertir la pérdida en la participación del ingreso por parte de los trabajadores”.#

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07 AGO 2022 - 14:29

En los últimos seis años (2016-2021), la participación de los trabajadores argentinos en la distribución del ingreso cayó 9 puntos, mientras que las de los sectores empresarios se incrementó 7 puntos. La cifra -contundente por donde se la analice- es la conclusión más destacada del extenso informe “La Distribución del Ingreso en la Etapa Actual”, realizado por los especialistas Pablo Manzanelli, Leandro Amoretti y Eduardo M. Basualdo, integrantes del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), vinculado a los gremios de la CTA; y del Área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Según el trabajo, entre los años extremos, los cambios más relevantes consisten en un incremento muy significativo en la participación relativa de los empresarios (EEB), que entre 2016 y 2021 alcanza a 7 puntos del valor agregado total; mientras que la de los asalariados registrados y no registrados desciende en casi 9 puntos también sobre el valor agregado.
En términos de los trabajadores en su conjunto, esa acentuada reducción es mitigada por el incremento de la participación de los cuentapropistas (IBM), que mejoraron su participación relativa en prácticamente dos puntos; mientras que la incidencia de los impuestos menos los subsidios (T-S) permanece prácticamente constante entre los años extremos más allá de las fluctuaciones a lo largo del período (su reducción durante el ajuste de 2018-2019 y su aumento durante la pandemia), explican en su informe.

Nacional y popular

La participación de los trabajadores en el ingreso es una de las preocupaciones prioritarias tanto para los gobiernos que se definen como “nacionales y populares” como para los que asumen una identidad neoliberal pero por motivos opuestos, agrega el trabajo.
“Mientras que los primeros se proponen mejorarla, los otros pretenden disminuirla aumentando el excedente en manos del capital y obscurecer la visión de esa situación. De allí, que sea relevante indagar sus características en los años recientes y especialmente durante la trayectoria de la gestión de esa alianza nacional que dio lugar a la gestión actual del Frente de Todos”, señalan los autores del informe.
El fundamento empírico que explica la conclusión general sobre la caída de la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso y el incremento a favor de los empresarios, se explicita analizando la evolución del ingreso según los distintos componentes del valor agregado a precios constantes (2016-2021, en millones de pesos de 2021)
Respecto a la trayectoria general del valor agregado, los autores del informe señalan que “se puede apreciar que luego de un atenuado incremento entre 2016 y el año electoral del 2017 de casi el 3%, disminuye hasta el 2021 en que crece significativamente al superar el 10%. No ocurre lo mismo con los asalariados registrados y no registrados, ya que si bien sus ingresos se elevan también entre 2016 y 2017, posteriormente se reducen sistemáticamente, incluso en el 2021”.
El otro componente de los ingresos de los trabajadores que desagregan las cuentas oficiales, los cuentapropistas (ingreso mixto), encuentra su punto máximo en el año final del gobierno de Cambiemos, ya que en el 2019 crece un significativo 16% respecto al 2016, para luego disminuir en el 2020 pero aumentar un 9% entre el 2020 y el 2021.

Excedente empresario

Entre 2016 y 2021, el excedente empresario tiene cuantitativamente altas y bajas durante el período pero su rasgo más significativo es el considerable incremento que exhibe en 2021, año donde alcanzó el valor máximo del periodo bajo análisis. Finalmente, en términos de la política estatal, lo más destacado es el fuerte incremento de los subsidios al capital y al trabajo durante los dos años del gobierno de Frente de Todos, señala el trabajo.
En este contexto general, es posible realizar un balance final de la evolución de los diferentes componentes del valor agregado considerando su variación entre los años extremos. Los resultados son ciertamente contundentes, ya que indican que en el marco de una retracción del 3,4% del valor agregado, se registra una disminución notable en los ingresos de los trabajadores y un incremento no menos importantes del excedente percibido por los integrantes del capital.
Estas evidencias empíricas permiten apreciar un movimiento contrapuesto en los ingresos de los dos componentes que aluden a los trabajadores. Mientras que los asalariados (registrados y no registrados) disminuyen su masa salarial notablemente (19,7% entre los años extremos), los cuentapropistas (ingreso mixto) los elevaron en prácticamente el 15%.
No obstante, si se tiene en cuenta la importancia relativa de sus ingresos en el valor agregado, se constata que los asalariados son los que marcan la trayectoria de los ingresos percibidos por el conjunto de la clase trabajadora.

Productividad e ingresos

En este nuevo escenario, se puede apreciar claramente que desde 2017, en el contexto de una tendencia declinante de la generación de valor agregado, se registra una disminución sostenida de la productividad (valor agregado/ocupados) que reconoce al año de la pandemia por el coronavirus como su punto culminante, para reaccionar en el 2021 superando levemente el nivel de 2019.
Asimismo, las evidencias disponibles indican que ese no fue el periplo del ingreso del sector laboral y especialmente de los salarios registrados y no registrados. Si bien ambos declinan hasta 2019, se estabilizan en el año 2020 y se desploman en 2021, aunque su caída en este caso es algo menor en términos relativos a la reducción sufrida durante el macrismo entre 2018 y 2019.
De todos modos, la registrada durante el gobierno del Frente de Todos es más compleja porque entre esos años se acrecienta la productividad superando el nivel de 2019 y el valor agregado crece por encima del 10% en ese año, antes de que el acuerdo con el FMI fuera refrendado por el Congreso, señalan los autores del trabajo.
Teniendo en cuenta que cuando el cociente entre la productividad (valor agregado/ocupación) y el ingreso (salario) medio por ocupado es igual a la unidad, la participación de los asalariados se mantiene constante, pero cuando es mayor a uno (1) la misma aumenta, mientras que cuando es menor a 1 disminuye, se puede presumir que paradójicamente la participación de los trabajadores mejoró en el año 2020 -dado que las políticas del gobierno contribuyeron a evitar una caída de la masa salarial comparable a la del PIB- pero se desplomó en el año 2021.
Sin embargo -agrega el informe de los técnicos de CIFRA y FLACSO-, esta afirmación debe refrendarse empíricamente, analizando el diferencial entre la masa salarial determinada a partir de la que efectivamente percibieron los asalariados (los registrados y los no registrados) y la que deberían haber obtenido para mantener la participación que ambos tenían en el año 2016.

Cuánto perdieron

A lo largo del período de referencia (2016-2021), los asalariados perdieron 7,7 billones de pesos de 2021, prácticamente equivalente a 70 mil millones de dólares de diciembre del 2021, los cuales representan el 19,5 % del valor agregado promedio entre 2016/21, habiéndose registrado la mayor la pérdida durante el gobierno actual: poco más del 50% en ambas variables (la incidencia en el valor agregado y el diferencial entre la productividad y los salarios) e inclusive superior a la registrada anualmente durante el gobierno anterior. Esto ocurrió, a pesar de que en el año de la pandemia la pérdida alcanzó su menor cuantía pero fue más que compensada en 2021, ya que más que duplicó su alcance (7,5% vs. 3,3 del valor agregado total).
Históricamente, durante las crisis económicas argentinas tanto los salarios medios como la ocupación disminuyen menos que el valor agregado, es decir tiene una rigidez significativa debido a la acción las entidades sindicales por resguárdalos y a las regulaciones laborales, especialmente en el caso de la ocupación.
En el 2020, además, incidieron sensiblemente las medidas del Frente de Todos para paliar los efectos de la pandemia sobre los salarios y la ocupación de los asalariados, tales como la doble indemnización y la prohibición de los despidos que atemperaron la disminución de la masa salarial, así como los ATP e incluso el IFE en el caso de los no registrados, de allí el incremento en el monto de la diferencia entre los subsidios y los impuestos.
En conjunto todos estos factores mitigaron el nivel de la redistribución en contra de los trabajadores asalariados. No obstante, en el 2021 esa sangría de excedente llegó a niveles impactantes por su monto e incidencia (casi 3 billones de pesos que representan el 7,5% del valor agregado) y, además, porque ocurrió en un contexto expansivo del valor agregado, habiendo sido el proceso inflacionario la variable clave para concretar esa redistribución del ingreso en favor del capital.

Es la política, estúpido

Las cuestiones políticas no son ajenas a estos resultados tan negativos para los trabajadores. Según los autores, la contradicción en el origen mismo dentro del Gobierno nacional (ver “Entre lo nacional...) “constituye la base de los enconados debates internos en la coalición de gobierno, reconociendo como fundamento de la misma la problemática de la participación de los asalariados en el ingreso”.
Estas disputas fueron especialmente profundas desde mediados del 2021 y se redoblaron a principios del 2022 con el acuerdo con el FMI por ese mismo motivo, es decir la pérdida en participación del ingreso por parte de los trabajadores. “En todos los casos -concluye el trabajo. cuestionando que la política económica y social tenga como objetivo central revertir la pérdida en la participación del ingreso por parte de los trabajadores”.#


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