Según informaron voceros de la institución sanitaria, el pequeño que ingresó el domingo Hospital de Niños, "continúa en terapia intensiva, con pronóstico reservado”.
“El chico llegó en estado crítico y hubo que reanimarlo, se le hizo el dosaje de orina y dio positivo a cocaína”, dijo a los medios Inés Gramajo, subdirectora del Hospital de Niños, quien además precisó que el paciente "está en terapia intensiva y con respirador”.
En tanto, los padres del menor fueron aprendidos por contradicciones que se presentaron en sus declaraciones con respecto a la forma en la que el niño podría haber ingerido la droga, y fueron acusados por la Fiscalía Criminal II, a cargo de José Augusto Zapata, por el delito de "abandono de persona agravado por el vínculo".
“Dadas las contradicciones que había entre la madre y el padre del menor, procedimos a la aprehensión y los pusimos a disposición de la Justicia”, señaló el comisario Fabio Ferreyra, de la Unidad Regional Este.
De acuerdo a las pesquisas, la madre del niño (de 28 años), al ser interrogada por la policía declaró que el domingo pasado se encontraba cocinado en la casa donde vive con el menor y su pareja -padre del pequeño-, ubicada en el barrio El Palomar, cuando vio que su hijo convulsionaba en el piso.
La mujer contó que al intentar reanimarlo, se dio cuenta que al lado de su hijo había un envoltorio vacío que se usa para cubrir una fracción de cocaína, por lo que lo llevaron a un centro médico de la zona, y los médicos que lo atendieron decidieron derivarlo al Hospital de Niños debido a la complejidad del caso.
El pequeño ingresó al hospital con paro cardiorrespiratorio y pudo ser reanimado por el personal de salud.
Según la madre, el niño pudo haber ingerido accidentalmente la dosis de esa sustancia que pertenecía a su hermano, quien había ido a su casa a realizar un trabajo y se le pudo haber caído.
No obstante, el padre del menor (29) también declaró y su versión no coincidió con la de su pareja.
El hombre primero responsabilizó a su cuñado, pero luego habló de otros tres sujetos que ingresaron a su vivienda a cortar leña, a quienes -dijo- podría pertenecer la dosis que ingirió el bebé, y después reconoció que él también es adicto.
Debido a esta situación, el auxiliar del fiscal, Gonzalo Guerra, tuvo en cuenta estas contradicciones a las que incurrieron los padres en sus relatos y ordenó la detención de ambos.
Asimismo, Guerra ordenó que personal policial preserve el lugar de los hechos y dispuso que se realizara una inspección de la vivienda, medida que fue concretada ayer por la tarde por peritos de criminalística, del Equipo Científico Fiscal (ECIF) y de la Policía provincial.
También estuvo presente la División de Drogas Peligrosas, ya que se investiga la posibilidad de que en esa casa se haya comercializado drogas.
Ante la complejidad del caso, los funcionarios analizan girar todas las actuaciones a la Unidad Fiscal de Graves Atentados contra las Personas que es conducida por Pedro Gallo.
Según informaron voceros de la institución sanitaria, el pequeño que ingresó el domingo Hospital de Niños, "continúa en terapia intensiva, con pronóstico reservado”.
“El chico llegó en estado crítico y hubo que reanimarlo, se le hizo el dosaje de orina y dio positivo a cocaína”, dijo a los medios Inés Gramajo, subdirectora del Hospital de Niños, quien además precisó que el paciente "está en terapia intensiva y con respirador”.
En tanto, los padres del menor fueron aprendidos por contradicciones que se presentaron en sus declaraciones con respecto a la forma en la que el niño podría haber ingerido la droga, y fueron acusados por la Fiscalía Criminal II, a cargo de José Augusto Zapata, por el delito de "abandono de persona agravado por el vínculo".
“Dadas las contradicciones que había entre la madre y el padre del menor, procedimos a la aprehensión y los pusimos a disposición de la Justicia”, señaló el comisario Fabio Ferreyra, de la Unidad Regional Este.
De acuerdo a las pesquisas, la madre del niño (de 28 años), al ser interrogada por la policía declaró que el domingo pasado se encontraba cocinado en la casa donde vive con el menor y su pareja -padre del pequeño-, ubicada en el barrio El Palomar, cuando vio que su hijo convulsionaba en el piso.
La mujer contó que al intentar reanimarlo, se dio cuenta que al lado de su hijo había un envoltorio vacío que se usa para cubrir una fracción de cocaína, por lo que lo llevaron a un centro médico de la zona, y los médicos que lo atendieron decidieron derivarlo al Hospital de Niños debido a la complejidad del caso.
El pequeño ingresó al hospital con paro cardiorrespiratorio y pudo ser reanimado por el personal de salud.
Según la madre, el niño pudo haber ingerido accidentalmente la dosis de esa sustancia que pertenecía a su hermano, quien había ido a su casa a realizar un trabajo y se le pudo haber caído.
No obstante, el padre del menor (29) también declaró y su versión no coincidió con la de su pareja.
El hombre primero responsabilizó a su cuñado, pero luego habló de otros tres sujetos que ingresaron a su vivienda a cortar leña, a quienes -dijo- podría pertenecer la dosis que ingirió el bebé, y después reconoció que él también es adicto.
Debido a esta situación, el auxiliar del fiscal, Gonzalo Guerra, tuvo en cuenta estas contradicciones a las que incurrieron los padres en sus relatos y ordenó la detención de ambos.
Asimismo, Guerra ordenó que personal policial preserve el lugar de los hechos y dispuso que se realizara una inspección de la vivienda, medida que fue concretada ayer por la tarde por peritos de criminalística, del Equipo Científico Fiscal (ECIF) y de la Policía provincial.
También estuvo presente la División de Drogas Peligrosas, ya que se investiga la posibilidad de que en esa casa se haya comercializado drogas.
Ante la complejidad del caso, los funcionarios analizan girar todas las actuaciones a la Unidad Fiscal de Graves Atentados contra las Personas que es conducida por Pedro Gallo.