“El vidente nos dice que están vivos y los tiene una familia”
La historia de dos mujeres de Gaiman y Rawson, que se unieron por la pérdida de sus mascotas más queridas: Rocco y Ragnar. Ambas consultaron a un vidente que les aseguró que los perros están vivos y alguien los tiene cautivos
Anabella y Nadia probablemente nunca se hubieran cruzado si no fuera porque perdieron a dos seres muy especiales: Rocco y Ragnar. Las mascotas que desaparecieron por la misma fecha, una en Gaiman y la otra entre Trelew y Rawson, y un vidente les dijo que están vivas y las tienen dos familias.
Las dos mujeres no se conocían, y ahora hablan por teléfono hasta tarde para darse apoyo. “Lloramos juntas, hablamos todos los días, a toda hora, es un acompañamiento”, cuentan. Están dispuestas a pagar a quien les devuelva sus mascotas o les pueda aportar algún dato que ayude a encontrarlas.
En los estudios de Cadena Tiempo, en el programa Primera Vuelta, contaron cómo les ha afectado a sus familias estas pérdidas que son más duras de sobrellevar de lo que parece.
Anabella, dueña de Rocco, es de Gaiman, y el viernes 18 de agosto, cerca de las 13,15, vio cómo el perro se iba junto contra perrita para el lado del Cementerio y no regresó más. Tenía una reunión en una escuela, los dejó solos unos diez minutos, y perdió a uno de ellos. La perrita volvió sola, unas horas después, y todavía buscan a su compañero.
Rocco es un Cane corso gris ceniza de los que no abundan en la zona. “La colita se enorsca, pata de atrás blanca en la punta, es más alto que una labradora”, describe Anabella. Ella lo siente como si se hubiera ido una parte de la familia. La nena, de solo 3 años, ahora pregunta todo el tiempo por él.
La pérdida insondable les hizo ver que tenían algo más en común: la clarividencia, un sexto sentido, una corazonada que las guía y les da fuerza para seguir adelante. Anabella y Diana consultaron a un vidente para saber si Rocco y Ragnar están vivos.
“Consulté si estaba vivo para tener una guía, está vivo, lo tiene una familia que no tiene intenciones de devolverlo. Me dice que vamos a encontrarlo buscándolo”, cuenta Anabella.
En este tiempo de ausencia, ella ha sabido entrenar ese sexto sentido para separar a aquellos que la llaman por la recompensa, alimentando ilusiones, de las guías que le marcan el camino hasta la verdad.
RAGNAR NO SE FUE SOLO
Ragnar se perdió en la Ruta 7, en la zona de Chacras, camino a Rawson. Nadia apenas lo nombra se le quiebra la voz. “Es una tristeza enorme para la familia. Lo extraño muchísimo”. Ella tiene una hija adolescente y un niño de diez años que lo sufren.
El caso de Ragnar es aún más extraño. Es un dogo de burdeos, de dos años y tres meses; los rasgos distintivos son una cicatriz abajo del ojo en el lado derecho, y un remolino de pelo detrás de la nuca.
Ragnar se escapó con "Congo", un Golden que a los pocos días apareció muerto. No tenía ningún signo de violencia, ni sangre, solo estaba un poco hinchado, describió Nadia.
“Lo enterramos, pero no lo pude ver”, dijo la mujer sobre esa noche terible en que hallaron su cuerpo embarrado, después de las lluvias, y lo enterraron. De Ragnar, su fiel compañero, no había ni rastros.
“Me vio desesperada, creo mucho en esas cosas, le dije pásame el número del vidente. Necesitaba saber si Ragnar estaba vivió; si no se hubiese quedado al lado del cuerpo de Congo, se criaron juntos.
La familia ofrece 100.000 pesos de recompensa a quien pueda acercar algún dato fidedigno del paradero del perro.
Una visión del vidente le devolvió las esperanzas de recentrarse con Ragnar. “Lo tiene una familia, está en una casa grande y linda, lo ve bien, lo voy a encontrar o me lo van a devolver”, dice Nadia.
Ambas siguen hablando, aferrándose a la última esperanza, la visión que les dice que los perros están cautivos en el patio de una casa, lejos de sus familias o cerca.
El vidente no pudo decirle más nada.
Ahora depende de ellas encontrarlos.
Anabella y Nadia probablemente nunca se hubieran cruzado si no fuera porque perdieron a dos seres muy especiales: Rocco y Ragnar. Las mascotas que desaparecieron por la misma fecha, una en Gaiman y la otra entre Trelew y Rawson, y un vidente les dijo que están vivas y las tienen dos familias.
Las dos mujeres no se conocían, y ahora hablan por teléfono hasta tarde para darse apoyo. “Lloramos juntas, hablamos todos los días, a toda hora, es un acompañamiento”, cuentan. Están dispuestas a pagar a quien les devuelva sus mascotas o les pueda aportar algún dato que ayude a encontrarlas.
En los estudios de Cadena Tiempo, en el programa Primera Vuelta, contaron cómo les ha afectado a sus familias estas pérdidas que son más duras de sobrellevar de lo que parece.
Anabella, dueña de Rocco, es de Gaiman, y el viernes 18 de agosto, cerca de las 13,15, vio cómo el perro se iba junto contra perrita para el lado del Cementerio y no regresó más. Tenía una reunión en una escuela, los dejó solos unos diez minutos, y perdió a uno de ellos. La perrita volvió sola, unas horas después, y todavía buscan a su compañero.
Rocco es un Cane corso gris ceniza de los que no abundan en la zona. “La colita se enorsca, pata de atrás blanca en la punta, es más alto que una labradora”, describe Anabella. Ella lo siente como si se hubiera ido una parte de la familia. La nena, de solo 3 años, ahora pregunta todo el tiempo por él.
La pérdida insondable les hizo ver que tenían algo más en común: la clarividencia, un sexto sentido, una corazonada que las guía y les da fuerza para seguir adelante. Anabella y Diana consultaron a un vidente para saber si Rocco y Ragnar están vivos.
“Consulté si estaba vivo para tener una guía, está vivo, lo tiene una familia que no tiene intenciones de devolverlo. Me dice que vamos a encontrarlo buscándolo”, cuenta Anabella.
En este tiempo de ausencia, ella ha sabido entrenar ese sexto sentido para separar a aquellos que la llaman por la recompensa, alimentando ilusiones, de las guías que le marcan el camino hasta la verdad.
RAGNAR NO SE FUE SOLO
Ragnar se perdió en la Ruta 7, en la zona de Chacras, camino a Rawson. Nadia apenas lo nombra se le quiebra la voz. “Es una tristeza enorme para la familia. Lo extraño muchísimo”. Ella tiene una hija adolescente y un niño de diez años que lo sufren.
El caso de Ragnar es aún más extraño. Es un dogo de burdeos, de dos años y tres meses; los rasgos distintivos son una cicatriz abajo del ojo en el lado derecho, y un remolino de pelo detrás de la nuca.
Ragnar se escapó con "Congo", un Golden que a los pocos días apareció muerto. No tenía ningún signo de violencia, ni sangre, solo estaba un poco hinchado, describió Nadia.
“Lo enterramos, pero no lo pude ver”, dijo la mujer sobre esa noche terible en que hallaron su cuerpo embarrado, después de las lluvias, y lo enterraron. De Ragnar, su fiel compañero, no había ni rastros.
“Me vio desesperada, creo mucho en esas cosas, le dije pásame el número del vidente. Necesitaba saber si Ragnar estaba vivió; si no se hubiese quedado al lado del cuerpo de Congo, se criaron juntos.
La familia ofrece 100.000 pesos de recompensa a quien pueda acercar algún dato fidedigno del paradero del perro.
Una visión del vidente le devolvió las esperanzas de recentrarse con Ragnar. “Lo tiene una familia, está en una casa grande y linda, lo ve bien, lo voy a encontrar o me lo van a devolver”, dice Nadia.
Ambas siguen hablando, aferrándose a la última esperanza, la visión que les dice que los perros están cautivos en el patio de una casa, lejos de sus familias o cerca.
El vidente no pudo decirle más nada.
Ahora depende de ellas encontrarlos.