Editorial / Brutal, innecesario e injusto

23 DIC 2023 - 19:20 | Actualizado 23 DIC 2023 - 22:34

El país estaba muy mal y ahora hay que pagar la fiesta porque la gente estaba acostumbrada a vivir muy bien. Sólo con una cruel ironía se puede intentar explicar la perversa incoherencia con la que Javier Milei, su equipo de “notables” y muchos de sus votantes que todavía se resisten a admitir que serán víctimas y no beneficiarios, tratan de convencer al resto de los argentinos que el atroz Decreto de Necesidad y ¿Urgencia? siembra las bases para una Argentina mejor. A este paso, ni las fuerzas del cielo van a poder evitar que el país se estrelle contra la pared que hay delante.

Los términos del mega decreto de Milei no configuran un error de cálculo. Tampoco es el producto de la inexperiencia de una fuerza que llegó al gobierno colgada de la botamanga de la bronca e inconsciencia de mucha gente que se hartó de los políticos tradicionales. Ni muchos menos “lo que hay que hacer” como respuesta a la supuesta crisis terminal que dejó el Gobierno de Alberto Fernández.

Los argumentos crípticos del paquetazo de Milei, basados en la presunta herencia recibida, no son más que una sobreactuación para justificar la entrega lisa y llana de negocios desregulados a los amigos del poder de turno. La constelación de directivos de sectores empresarios que empezaron a ocupar cargos en este gobierno, más los exfuncionarios menemistas, cavallistas y macristas que fueron parte del descalabro económico y social que dinamitó el país en 2001 y que ahora pontifican como si una ducha de agua bendita los hubiese exculpado, no volvieron para arreglar la Argentina sino para garantizar sus negocios y prebendas.

Van por tus derechos

En el medio, articularon un artero ataque a la Ley de Contrato de Trabajo modificando más de 40 artículos de una norma que pretende erradicar años y años de conquistas laborales y sociales. Los negocios cierran mejor con los derechos de los trabajadores apretados bajo la suela de la “libertad de mercado”.

Es muy naif pensar que hay que hacer esta salvajada para generar más empleo. El que ya tenía un trabajo precarizado empeorará su situación. Y los que estaban un poco más protegidos, quedarán expuestos.

“Desde el Derecho Laboral, el DNU de Milei hace desaparecer toda efectividad al derecho que protege a la parte más débil del contrato. Tanto en el Derecho Individual como en el Colectivo. Es un decreto hecho por empresarios con una mirada exclusivamente desde sus intereses”, describe el juez laboral de Trelew, Paulo Konig.

La atrocidad que pretenden cometer Milei, “Toto” Caputo y, principalmente, el “ingeniero” de la reforma, el incombustible Federico Sturznegger, no tiene necesidad ni urgencia, salvo para los empresarios que quieren el terreno bien liso para consolidar la brutal transferencia de ingresos que ya viene habiendo.

Innecesario einjusto

La súper devaluación impuesta por Milei y Caputo dos días después de asumir es la más impresionante de los últimos 50 años. “No hay registro estadístico en este período de un aumento deliberado del tipo de cambio oficial de casi 120% en un solo día. Es de una brutalidad impactante, no sólo por la magnitud del ajuste cambiario sino porque no ha habido ni una sola medida compensatoria para los ingresos de la población”, escribió el reconocido periodista y economista Alfredo Zaiat. “El ajuste es de una magnitud innecesaria e injusta”, sentencia.

Si hay algo que se le puede reconocer a Milei es que fue el único que se animó a poner cara de póquer ante semejante intento de avasallamiento. Por inconsciencia, desparpajo o, tal vez, por un exceso apasionado de marionetismo, hizo lo que muchos otros ultraliberales que han pasado por distintos gobiernos en los últimos 40 años no se habían animado a hacer. En resumen, un inconsciente sin límites rodeado de muchos cobardes peligrosos, cumpliendo los deseos de Mauricio Macri y muchos empresarios poderosos. ¿Qué puede salir mal?

La única salida

Ahora, sólo resta que el Congreso o la Justicia –o ambos a la vez- hagan lo que tienen que hacer, que no es otra cosa que frenar el DNU sin más. No se trata de no darle gobernabilidad a Milei sino de marcarle los límites. Aunque no le guste, así funcionan las cosas en democracia.

“La iniciativa constituye una desviación de poder y un abuso de derecho público, por violar el principio republicano, la división de poderes, la democracia y los derechos colectivos de la ciudadanía a participar en la dirección de los asuntos públicos directamente o a través de sus representantes”, dice el amparo presentado por el Observatorio del Derecho de la Ciudad de Buenos Aires junto a varios gremios, que un Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal admitió tratar.

No está mal que muchos argentinos hayan elegido expresarse en contra del DNU batiendo sus cacerolas en las calles. Pero no habría que tensar más la cuerda social ni reclamar que la CGT llame a un paro nacional y ponga a la gente como carne de cañón en las calles. A dos semanas de asumir, lo que Milei debe comprender son los límites que no puede traspasar. Por eso es muy importante que la Justicia actúe con celeridad y los senadores y diputados nacionales se pongan los pantalones largos. Si el Presidente decide chocar de frente contra la pared, que sea por decisión propia –o designio de Conan-, pero no porque “no lo dejan gobernar”.

El error ya está cometido. Ahora sólo queda encontrar la manera menos dolorosa de pasar el mal trago. No hay mal que dure cien años. Ni malos gobiernos que se extiendan más de cuatro.#

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23 DIC 2023 - 19:20

El país estaba muy mal y ahora hay que pagar la fiesta porque la gente estaba acostumbrada a vivir muy bien. Sólo con una cruel ironía se puede intentar explicar la perversa incoherencia con la que Javier Milei, su equipo de “notables” y muchos de sus votantes que todavía se resisten a admitir que serán víctimas y no beneficiarios, tratan de convencer al resto de los argentinos que el atroz Decreto de Necesidad y ¿Urgencia? siembra las bases para una Argentina mejor. A este paso, ni las fuerzas del cielo van a poder evitar que el país se estrelle contra la pared que hay delante.

Los términos del mega decreto de Milei no configuran un error de cálculo. Tampoco es el producto de la inexperiencia de una fuerza que llegó al gobierno colgada de la botamanga de la bronca e inconsciencia de mucha gente que se hartó de los políticos tradicionales. Ni muchos menos “lo que hay que hacer” como respuesta a la supuesta crisis terminal que dejó el Gobierno de Alberto Fernández.

Los argumentos crípticos del paquetazo de Milei, basados en la presunta herencia recibida, no son más que una sobreactuación para justificar la entrega lisa y llana de negocios desregulados a los amigos del poder de turno. La constelación de directivos de sectores empresarios que empezaron a ocupar cargos en este gobierno, más los exfuncionarios menemistas, cavallistas y macristas que fueron parte del descalabro económico y social que dinamitó el país en 2001 y que ahora pontifican como si una ducha de agua bendita los hubiese exculpado, no volvieron para arreglar la Argentina sino para garantizar sus negocios y prebendas.

Van por tus derechos

En el medio, articularon un artero ataque a la Ley de Contrato de Trabajo modificando más de 40 artículos de una norma que pretende erradicar años y años de conquistas laborales y sociales. Los negocios cierran mejor con los derechos de los trabajadores apretados bajo la suela de la “libertad de mercado”.

Es muy naif pensar que hay que hacer esta salvajada para generar más empleo. El que ya tenía un trabajo precarizado empeorará su situación. Y los que estaban un poco más protegidos, quedarán expuestos.

“Desde el Derecho Laboral, el DNU de Milei hace desaparecer toda efectividad al derecho que protege a la parte más débil del contrato. Tanto en el Derecho Individual como en el Colectivo. Es un decreto hecho por empresarios con una mirada exclusivamente desde sus intereses”, describe el juez laboral de Trelew, Paulo Konig.

La atrocidad que pretenden cometer Milei, “Toto” Caputo y, principalmente, el “ingeniero” de la reforma, el incombustible Federico Sturznegger, no tiene necesidad ni urgencia, salvo para los empresarios que quieren el terreno bien liso para consolidar la brutal transferencia de ingresos que ya viene habiendo.

Innecesario einjusto

La súper devaluación impuesta por Milei y Caputo dos días después de asumir es la más impresionante de los últimos 50 años. “No hay registro estadístico en este período de un aumento deliberado del tipo de cambio oficial de casi 120% en un solo día. Es de una brutalidad impactante, no sólo por la magnitud del ajuste cambiario sino porque no ha habido ni una sola medida compensatoria para los ingresos de la población”, escribió el reconocido periodista y economista Alfredo Zaiat. “El ajuste es de una magnitud innecesaria e injusta”, sentencia.

Si hay algo que se le puede reconocer a Milei es que fue el único que se animó a poner cara de póquer ante semejante intento de avasallamiento. Por inconsciencia, desparpajo o, tal vez, por un exceso apasionado de marionetismo, hizo lo que muchos otros ultraliberales que han pasado por distintos gobiernos en los últimos 40 años no se habían animado a hacer. En resumen, un inconsciente sin límites rodeado de muchos cobardes peligrosos, cumpliendo los deseos de Mauricio Macri y muchos empresarios poderosos. ¿Qué puede salir mal?

La única salida

Ahora, sólo resta que el Congreso o la Justicia –o ambos a la vez- hagan lo que tienen que hacer, que no es otra cosa que frenar el DNU sin más. No se trata de no darle gobernabilidad a Milei sino de marcarle los límites. Aunque no le guste, así funcionan las cosas en democracia.

“La iniciativa constituye una desviación de poder y un abuso de derecho público, por violar el principio republicano, la división de poderes, la democracia y los derechos colectivos de la ciudadanía a participar en la dirección de los asuntos públicos directamente o a través de sus representantes”, dice el amparo presentado por el Observatorio del Derecho de la Ciudad de Buenos Aires junto a varios gremios, que un Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal admitió tratar.

No está mal que muchos argentinos hayan elegido expresarse en contra del DNU batiendo sus cacerolas en las calles. Pero no habría que tensar más la cuerda social ni reclamar que la CGT llame a un paro nacional y ponga a la gente como carne de cañón en las calles. A dos semanas de asumir, lo que Milei debe comprender son los límites que no puede traspasar. Por eso es muy importante que la Justicia actúe con celeridad y los senadores y diputados nacionales se pongan los pantalones largos. Si el Presidente decide chocar de frente contra la pared, que sea por decisión propia –o designio de Conan-, pero no porque “no lo dejan gobernar”.

El error ya está cometido. Ahora sólo queda encontrar la manera menos dolorosa de pasar el mal trago. No hay mal que dure cien años. Ni malos gobiernos que se extiendan más de cuatro.#


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