Editorial / Vivir en Disney

Leé el tradicional análisis de la semana política del país y la provincia.

Imágenes del naufragio. Un ratón Mickey de entrecasa levantando un "Mileidólar".
13 ABR 2024 - 11:46 | Actualizado 13 ABR 2024 - 22:55

“¿11%? Parece que la inflación de marzo la midió el Bot de Jumbo….”. A veces, no es necesario apelar a los analistas políticos y económicos más lúcidos para entender por dónde pasan las cosas en la Argentina y alcanza con una irónica frase de una cuenta en Twitter. Es que en la misma semana, el gobierno de Javier Milei pasó de cometer un error de principiante, al confundir una falsa cuenta que presuntamente medía el índice de precios en una cadena de supermercados, a publicar el nuevo índice de inflación que -según el INDEC- se ubicó en el 11% en marzo. Las dos cosas parecen difíciles de creer.



El show de las torpezas
La primera situación no deja de ser graciosa, además de que expone -una vez más, por si hiciera falta- la falta de tino del presidente y de casi todos los integrantes de su gobierno: cometen torpezas políticas infantiles; censuran periodistas del canal oficial Diputados TV y sale el propio Milei a amenazar a otros periodistas con bajarlos de la presunta “torre de marfil”; se pelean a cielo abierto dentro del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados; aseguran que la epidemia de dengue es un invento o, peor aun, que es una consecuencia del kirchnerismo.

O viaja a Estados Unidos a recibir la distinción de “embajador de la luz” de la siempre polémica organización ultraortodoxa judía Jabad Lubavitch, y a reunirse con el magnate Elon Musk, que ya desembarcó en la Argentina con uno de sus negocios más importantes, la empresa de telecomunicaciones Starlink. Los gestos corporales de Milei con Musk, al que el argentino trata como si fuera su ídolo, no ameritan mayores comentarios.

Elon Musk y Javier Milei. Negocios y placer que no serán gratuitos para el país.


Todo esto en una misma semana. Podría haber sido superada por la excursión europea que planeó Milei paravisitar Dinamarca, en donde ansiaba subirsea un avión de combate y volarhasta romper la barrera del sonido. Detrás de ese relato épico que iba a incluirfotos del Presidente en el aire y sin papada, también hay negocios: la compra de 24 aviones de combate de fabricación danesa pero con tecnología norteamericana. Al final, por razones no comunicadas adecuadamente, el Presidente y su comitiva cambiaron de planes y regresaron este domingo a Buenos Aires, dejando plantada Mette Frederiksen, la primera ministra danesa que ya había comunicado su beneplácito por recibir al libertario argentino. Otra vez será.

Nada es gratis en la gestión de Milei, ni siquiera sus actitudes payasescas que casi siempre terminan con el jefe de Estado sacudiéndose el jopo, poniendo los pulgares hacia arriba y bajando la cabeza para que su abultamiento carnoso ubicado debajo de la barbilla no sobresalga en las imágenes.

Con una ínfima parte de todo este carrousel de papelones en continuado, cualquier otro gobierno debería dar explicaciones a cada hora. Sin embargo, en la era libertaria, muchos argentinos siguen adormecidos padeciendo las políticas del gobierno y tratando de justificar lo injustificable. A esta altura del partido, apenas cuatro meses después de asumir, nadie se puede permitir dudar de la incapacidad de Milei para gobernar el país, ni que sus recetas vayan a ser la solución a ningún problema y pidiéndose paciencia.

Lo que es más complejo aún es de explicar o mensurar, es la aceptación por ahora mayoritaria de que era necesario dar semejante paso al vacío para evitar la continuidad de los errores anteriores. El riesgo es que como dice el viejo dicho, que el remedio termine siendo peor que la enfermedad.

Lo peor está por venir
De todas las decisiones económicas que han venido tomando el presidente Milei y su inefable ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, los aumentos de tarifas parecen empezar a ser el Talón de Aquiles que podría causarles más problemas. La inflación descontrolada de estos cuatro meses, la devaluación de 118% en diciembre,los salarios planchados yla obra pública paralizada todavía no han tocado en profundidad a la clase media, la base de sustenciación de cualquier gobierno, incluido el de Milei.

En ese amplio grupo social hay muchos votos y apoyo a Milei, a pesar de todo. Pero en el mismo Gobierno nacional empiezan a dudar de este estado de “Disney” en el que viven y apuran los acuerdos parlamentarios para que la Ley Bases modificada pase los filtros de los diputados y los senadores, y que el tratamiento del DNU 70 siga demorado en Diputados.

Lo peor no llegó. En mayo se empezará sentir con mayor dureza y en el invierno se hará insostenible para muchos argentinos de bien. Las tarifas desreguladas de electricidad y gas, más de otros servicios como la salud privada, las telecomunicaciones o el transporte público, se configurarán como una combinación perfecta para hacer detonar la economía.

El mismo INDEC dio un dato que es apenas un indicio de lo que viene: en marzo, una familia tipo (dos adultos, dos menores) necesitó más de $ 773.000 para no ser pobre. Con los aumentos de servicios públicos esenciales que se vienen en los próximos meses, ese número podría mucho ser mayor aún y lesionar gravemente a la red de contención social que, aun con errores, se vino tejiendo en los últimos años.

Gas lacrimógeno
En Chubut, por ejemplo, mientras todos miran con atención y enojo a flor de piel los tarifazos de la luz, casi nadie advierte que se viene una situación igual o mucho peor con la tarifa del gas. Agravado porque se vienen los meses más fríos del año.

El nuevo cuadro tarifario de Camuzzi Gas del Sur, el conglomerado empresario distribuye de manera monopólica el fluido a más de 2 millones de clientes ubicados en la Patagonia, La Pampa y sectores de la Provincia de Buenos Aires, anticipa que las facturas promedio de los consumidores domiciliarios aumentarán entre siete y nueve veces en los próximos meses, y muy por encima de eso para los consumidores comerciales.

Una factura de Camuzzi en blanco. Lo que se viene es negro.

Si cada vez más gente va a tener serias dificultades para pagar sus facturas de luz, gas, el boleto de colectivo y ni hablar de los alimentos básicos, ¿cómo se imaginan en el Gobierno nacional que van a contener los reclamos sociales que se multiplicarán?

Por ahora, lo que se ve es a una parte de la clase media reclamando que la CGT -esa a la que tanto cuestionan desde hace años- haga lo que los partidos políticos de la oposición no se animan o no están capacitados para hacer. Tal vez, lo que el país esté necesitando es una mayor conciencia social sobre los riesgos que implica esta aventura libertaria y no exigiéndosele a la CGT -por debajo- un cronograma de paros.

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Imágenes del naufragio. Un ratón Mickey de entrecasa levantando un "Mileidólar".
13 ABR 2024 - 11:46

“¿11%? Parece que la inflación de marzo la midió el Bot de Jumbo….”. A veces, no es necesario apelar a los analistas políticos y económicos más lúcidos para entender por dónde pasan las cosas en la Argentina y alcanza con una irónica frase de una cuenta en Twitter. Es que en la misma semana, el gobierno de Javier Milei pasó de cometer un error de principiante, al confundir una falsa cuenta que presuntamente medía el índice de precios en una cadena de supermercados, a publicar el nuevo índice de inflación que -según el INDEC- se ubicó en el 11% en marzo. Las dos cosas parecen difíciles de creer.



El show de las torpezas
La primera situación no deja de ser graciosa, además de que expone -una vez más, por si hiciera falta- la falta de tino del presidente y de casi todos los integrantes de su gobierno: cometen torpezas políticas infantiles; censuran periodistas del canal oficial Diputados TV y sale el propio Milei a amenazar a otros periodistas con bajarlos de la presunta “torre de marfil”; se pelean a cielo abierto dentro del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados; aseguran que la epidemia de dengue es un invento o, peor aun, que es una consecuencia del kirchnerismo.

O viaja a Estados Unidos a recibir la distinción de “embajador de la luz” de la siempre polémica organización ultraortodoxa judía Jabad Lubavitch, y a reunirse con el magnate Elon Musk, que ya desembarcó en la Argentina con uno de sus negocios más importantes, la empresa de telecomunicaciones Starlink. Los gestos corporales de Milei con Musk, al que el argentino trata como si fuera su ídolo, no ameritan mayores comentarios.

Elon Musk y Javier Milei. Negocios y placer que no serán gratuitos para el país.


Todo esto en una misma semana. Podría haber sido superada por la excursión europea que planeó Milei paravisitar Dinamarca, en donde ansiaba subirsea un avión de combate y volarhasta romper la barrera del sonido. Detrás de ese relato épico que iba a incluirfotos del Presidente en el aire y sin papada, también hay negocios: la compra de 24 aviones de combate de fabricación danesa pero con tecnología norteamericana. Al final, por razones no comunicadas adecuadamente, el Presidente y su comitiva cambiaron de planes y regresaron este domingo a Buenos Aires, dejando plantada Mette Frederiksen, la primera ministra danesa que ya había comunicado su beneplácito por recibir al libertario argentino. Otra vez será.

Nada es gratis en la gestión de Milei, ni siquiera sus actitudes payasescas que casi siempre terminan con el jefe de Estado sacudiéndose el jopo, poniendo los pulgares hacia arriba y bajando la cabeza para que su abultamiento carnoso ubicado debajo de la barbilla no sobresalga en las imágenes.

Con una ínfima parte de todo este carrousel de papelones en continuado, cualquier otro gobierno debería dar explicaciones a cada hora. Sin embargo, en la era libertaria, muchos argentinos siguen adormecidos padeciendo las políticas del gobierno y tratando de justificar lo injustificable. A esta altura del partido, apenas cuatro meses después de asumir, nadie se puede permitir dudar de la incapacidad de Milei para gobernar el país, ni que sus recetas vayan a ser la solución a ningún problema y pidiéndose paciencia.

Lo que es más complejo aún es de explicar o mensurar, es la aceptación por ahora mayoritaria de que era necesario dar semejante paso al vacío para evitar la continuidad de los errores anteriores. El riesgo es que como dice el viejo dicho, que el remedio termine siendo peor que la enfermedad.

Lo peor está por venir
De todas las decisiones económicas que han venido tomando el presidente Milei y su inefable ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, los aumentos de tarifas parecen empezar a ser el Talón de Aquiles que podría causarles más problemas. La inflación descontrolada de estos cuatro meses, la devaluación de 118% en diciembre,los salarios planchados yla obra pública paralizada todavía no han tocado en profundidad a la clase media, la base de sustenciación de cualquier gobierno, incluido el de Milei.

En ese amplio grupo social hay muchos votos y apoyo a Milei, a pesar de todo. Pero en el mismo Gobierno nacional empiezan a dudar de este estado de “Disney” en el que viven y apuran los acuerdos parlamentarios para que la Ley Bases modificada pase los filtros de los diputados y los senadores, y que el tratamiento del DNU 70 siga demorado en Diputados.

Lo peor no llegó. En mayo se empezará sentir con mayor dureza y en el invierno se hará insostenible para muchos argentinos de bien. Las tarifas desreguladas de electricidad y gas, más de otros servicios como la salud privada, las telecomunicaciones o el transporte público, se configurarán como una combinación perfecta para hacer detonar la economía.

El mismo INDEC dio un dato que es apenas un indicio de lo que viene: en marzo, una familia tipo (dos adultos, dos menores) necesitó más de $ 773.000 para no ser pobre. Con los aumentos de servicios públicos esenciales que se vienen en los próximos meses, ese número podría mucho ser mayor aún y lesionar gravemente a la red de contención social que, aun con errores, se vino tejiendo en los últimos años.

Gas lacrimógeno
En Chubut, por ejemplo, mientras todos miran con atención y enojo a flor de piel los tarifazos de la luz, casi nadie advierte que se viene una situación igual o mucho peor con la tarifa del gas. Agravado porque se vienen los meses más fríos del año.

El nuevo cuadro tarifario de Camuzzi Gas del Sur, el conglomerado empresario distribuye de manera monopólica el fluido a más de 2 millones de clientes ubicados en la Patagonia, La Pampa y sectores de la Provincia de Buenos Aires, anticipa que las facturas promedio de los consumidores domiciliarios aumentarán entre siete y nueve veces en los próximos meses, y muy por encima de eso para los consumidores comerciales.

Una factura de Camuzzi en blanco. Lo que se viene es negro.

Si cada vez más gente va a tener serias dificultades para pagar sus facturas de luz, gas, el boleto de colectivo y ni hablar de los alimentos básicos, ¿cómo se imaginan en el Gobierno nacional que van a contener los reclamos sociales que se multiplicarán?

Por ahora, lo que se ve es a una parte de la clase media reclamando que la CGT -esa a la que tanto cuestionan desde hace años- haga lo que los partidos políticos de la oposición no se animan o no están capacitados para hacer. Tal vez, lo que el país esté necesitando es una mayor conciencia social sobre los riesgos que implica esta aventura libertaria y no exigiéndosele a la CGT -por debajo- un cronograma de paros.


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