Este fin de semana fue sepultado el cuerpo deAtriel. Tenía cuatro años, y era hijo de una madre que, cuando lo llevó al hospital, dijo escuetamente:"Le pegué demasiado". La madre tiene 21, yvivía con un hombre violento, que golpeaba a su hijo y la golpeaba a ella.Había sido denunciado, el caso, en las redes digitales. "Para que no haya otro caso Lucio (Dupuy)", escribieron. Pero sí, hubo.Otra vez no se hizo nada para proteger a un niño. En contra de las leyes, de la Constitución, de tanto que se habla.
Después de la muerte de Atriel cobró especial relevancia una denuncia que había hecho en las redes socialesun vecino de Oberá, en la que exponía los maltratos que sufría la víctima por parte de su mamá y su padrastro.“Todos ven, nadie hace nada”, escribió el usuario en Facebook. También escribió que “La advertencia está hecha, ojalá que esos padres no maten al niño de un mal golpe”.
“Quiero hacer pública esta triste historia. El señor de la foto,Darío René Romero,es un maltratador de un niño inocente.Es su hijastro, él y su mamá le golpean salvajemente con cables, varas, palos, piñas en la espalda. Tendrá unos 3 añitos ese bebé”,advirtió el denunciante, junto a una foto del denunciado, en la que se lo ve empinándose una botella.
Pero las redes tal vez sirvan para otra cosa. No para impedir la muerte de un niño. Como aquel caso tremendo, que conmocionó a todo el país, el deLucio Dupuy, asesinado por su madre y su pareja,el caso de Atriel replica semejanzas y horrores. Por el caso Dupuy, hubo juicio y condena.Sus dos asesinas están en la cárcel, con prisión perpetua.Pero hay que aprender, no solo penalizar. Hay que avanzar decididamenteen la tutela rápida del Estado cuando se manifiestan signos de violencia contra un niño. Esperar, es evidente, no sirve.
Este fin de semana fue sepultado el cuerpo deAtriel. Tenía cuatro años, y era hijo de una madre que, cuando lo llevó al hospital, dijo escuetamente:"Le pegué demasiado". La madre tiene 21, yvivía con un hombre violento, que golpeaba a su hijo y la golpeaba a ella.Había sido denunciado, el caso, en las redes digitales. "Para que no haya otro caso Lucio (Dupuy)", escribieron. Pero sí, hubo.Otra vez no se hizo nada para proteger a un niño. En contra de las leyes, de la Constitución, de tanto que se habla.
Después de la muerte de Atriel cobró especial relevancia una denuncia que había hecho en las redes socialesun vecino de Oberá, en la que exponía los maltratos que sufría la víctima por parte de su mamá y su padrastro.“Todos ven, nadie hace nada”, escribió el usuario en Facebook. También escribió que “La advertencia está hecha, ojalá que esos padres no maten al niño de un mal golpe”.
“Quiero hacer pública esta triste historia. El señor de la foto,Darío René Romero,es un maltratador de un niño inocente.Es su hijastro, él y su mamá le golpean salvajemente con cables, varas, palos, piñas en la espalda. Tendrá unos 3 añitos ese bebé”,advirtió el denunciante, junto a una foto del denunciado, en la que se lo ve empinándose una botella.
Pero las redes tal vez sirvan para otra cosa. No para impedir la muerte de un niño. Como aquel caso tremendo, que conmocionó a todo el país, el deLucio Dupuy, asesinado por su madre y su pareja,el caso de Atriel replica semejanzas y horrores. Por el caso Dupuy, hubo juicio y condena.Sus dos asesinas están en la cárcel, con prisión perpetua.Pero hay que aprender, no solo penalizar. Hay que avanzar decididamenteen la tutela rápida del Estado cuando se manifiestan signos de violencia contra un niño. Esperar, es evidente, no sirve.