Por Rolando Tobarez
Tantas veces acusado de esconder datos clave para la causa, ayer se supo que el Ministerio de Defensa de la Nación le envió al tribunal que juzga la Masacre de Trelew material con información inédita acerca del 22 de agosto de 1972. Se trata de 6 expedientes que rescató la Armada Argentina de sus archivos generales luego de un pedido del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia. Contienen material recolectado por esa fuerza y vinculado a los 19 fusilamientos.
El dato revelador es que los papeles incluirían un sobre con vainas servidas de algunos de los proyectiles disparados esa madrugada. Se trataría de parte de los casquillos que Jorge Bautista –que realizó el sumario militar- recogió en la Base Naval Almirante Zar y envió para ser peritados fuera de Chubut. En este caso serían los restos de dos de los balazos que recibió María Antonia Berger, una de las tres sobrevivientes del fuego militar.
El resto serían papeles vinculados a los juicios civiles que algunos de los familiares iniciaron contra la Armada y que no prosperaron. Cabe recordar que para enfrentar esos procesos, la fuerza designó abogados. Parte de ese material es el que resistió el paso del tiempo.
Muy vieja
La documentación es voluminosa y tiene una antigüedad de 40 años. Por eso recién hoy los querellantes y los defensores tendrán su fotocopia, de modo de no arruinar los originales amarillentos. La mayoría de los abogados se mostraron sorprendidos por la novedad, que se conoció al cierre de la audiencia de ayer, en el Cine Teatro “José Hernández” de Rawson. Y hubo muchas especulaciones acerca del contenido, que según fuentes consultadas por este diario pueden ser reveladoras para la marcha del juicio que juzga a 5 marinos. Las carpetas llegaron a manos de los jueces el 13 de junio.
Otra confirmación sobre el final del día fue que la causa civil original que Alicia Bonet abrió contra el Estado Nacional por el crimen de su esposo, Rubén Pedro, fue destruida por el tiempo que pasó, tal cual marca la ley. Se trata de una comunicación del Archivo General del Poder Judicial de la Nación que llegó al tribunal el 21 de junio. Aquel expediente contenía datos clave, como la autopsia que probaría el tiro de gracia en el cráneo de Bonet. Su viuda conserva copias pero no está claro que sirvan como evidencia para el juicio.
Duhalde grabado
La última parte de la audiencia la ocupó el testimonio grabado del fallecido Luis Eduardo Duhalde. El ex secretario de Derechos Humanos de la Nación fue abogado de presos políticos de la Unidad 6 de Rawson y uno de los impulsores centrales de la reapertura de la causa. En el recinto estuvo su hermano, Marcelo Duhalde, quien escuchó el relato sentado en primera fila.
“Para mí fue muy emotivo y muy fuerte escuchar el testimonio. Viví estos hechos como colaborador de mi hermano pero verlo a él con esa firmeza fue sin ninguna duda muy importante porque es uno de los testimonios más claros que se pueden aportar para esta causa”, le dijo a Jornada. Costó escuchar la mayoría de la grabación de Duhalde por la poca nitidez de los micrófonos que se usaron para el registro. Aún así, su versión fue que los fusilamientos fueron una orden del presidente de facto Agustín Lanusse, tras un 21 de agosto plagado de reuniones en la Casa Rosada para decidir qué hacer con los 19 militantes de organizaciones armadas. “La decisión se tomó en el marco de una dictadura desgastada en la que Perón quería regresar y Lanusse decía que no le daba el cuero”, dijo en el testimonio que se escuchó.
Según Duhalde, la fuga de la U-6 de Rawson “puso en ridículo al gobierno, que había dicho que se trataba de una cárcel de máxima seguridad de la que nadie se ponía escapar”. El 22 agosto, en este sentido, “era una intento de reafirmar su autoridad y un escarmiento por ese escape”.
Duhalde recordó que en 1970 comenzó una escalada de violencia estatal que “ya hacía presumir que se marchaba hacia el terrorismo de Estado”. Describió un escenario de represión y desapariciones forzadas, “una completa degradación del sistema jurídico, en el cual los abogados de presos políticos teníamos una absoluta impotencia y una imposibilidad física de ser recibidos por las autoridades para defender los derechos más elementales de los detenidos”.
En cuanto a la Masacre, repasó las 3 versiones oficiales contradictorias entre sí y la protección de la Marina para los imputados en el juicio de Rawson. “Si se suma que los sobrevivientes desaparecieron, se entiende que el temor de los abogados y de las familias no era arbitrario sino por la lógica de la dictadura”. #
Por Rolando Tobarez
Tantas veces acusado de esconder datos clave para la causa, ayer se supo que el Ministerio de Defensa de la Nación le envió al tribunal que juzga la Masacre de Trelew material con información inédita acerca del 22 de agosto de 1972. Se trata de 6 expedientes que rescató la Armada Argentina de sus archivos generales luego de un pedido del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia. Contienen material recolectado por esa fuerza y vinculado a los 19 fusilamientos.
El dato revelador es que los papeles incluirían un sobre con vainas servidas de algunos de los proyectiles disparados esa madrugada. Se trataría de parte de los casquillos que Jorge Bautista –que realizó el sumario militar- recogió en la Base Naval Almirante Zar y envió para ser peritados fuera de Chubut. En este caso serían los restos de dos de los balazos que recibió María Antonia Berger, una de las tres sobrevivientes del fuego militar.
El resto serían papeles vinculados a los juicios civiles que algunos de los familiares iniciaron contra la Armada y que no prosperaron. Cabe recordar que para enfrentar esos procesos, la fuerza designó abogados. Parte de ese material es el que resistió el paso del tiempo.
Muy vieja
La documentación es voluminosa y tiene una antigüedad de 40 años. Por eso recién hoy los querellantes y los defensores tendrán su fotocopia, de modo de no arruinar los originales amarillentos. La mayoría de los abogados se mostraron sorprendidos por la novedad, que se conoció al cierre de la audiencia de ayer, en el Cine Teatro “José Hernández” de Rawson. Y hubo muchas especulaciones acerca del contenido, que según fuentes consultadas por este diario pueden ser reveladoras para la marcha del juicio que juzga a 5 marinos. Las carpetas llegaron a manos de los jueces el 13 de junio.
Otra confirmación sobre el final del día fue que la causa civil original que Alicia Bonet abrió contra el Estado Nacional por el crimen de su esposo, Rubén Pedro, fue destruida por el tiempo que pasó, tal cual marca la ley. Se trata de una comunicación del Archivo General del Poder Judicial de la Nación que llegó al tribunal el 21 de junio. Aquel expediente contenía datos clave, como la autopsia que probaría el tiro de gracia en el cráneo de Bonet. Su viuda conserva copias pero no está claro que sirvan como evidencia para el juicio.
Duhalde grabado
La última parte de la audiencia la ocupó el testimonio grabado del fallecido Luis Eduardo Duhalde. El ex secretario de Derechos Humanos de la Nación fue abogado de presos políticos de la Unidad 6 de Rawson y uno de los impulsores centrales de la reapertura de la causa. En el recinto estuvo su hermano, Marcelo Duhalde, quien escuchó el relato sentado en primera fila.
“Para mí fue muy emotivo y muy fuerte escuchar el testimonio. Viví estos hechos como colaborador de mi hermano pero verlo a él con esa firmeza fue sin ninguna duda muy importante porque es uno de los testimonios más claros que se pueden aportar para esta causa”, le dijo a Jornada. Costó escuchar la mayoría de la grabación de Duhalde por la poca nitidez de los micrófonos que se usaron para el registro. Aún así, su versión fue que los fusilamientos fueron una orden del presidente de facto Agustín Lanusse, tras un 21 de agosto plagado de reuniones en la Casa Rosada para decidir qué hacer con los 19 militantes de organizaciones armadas. “La decisión se tomó en el marco de una dictadura desgastada en la que Perón quería regresar y Lanusse decía que no le daba el cuero”, dijo en el testimonio que se escuchó.
Según Duhalde, la fuga de la U-6 de Rawson “puso en ridículo al gobierno, que había dicho que se trataba de una cárcel de máxima seguridad de la que nadie se ponía escapar”. El 22 agosto, en este sentido, “era una intento de reafirmar su autoridad y un escarmiento por ese escape”.
Duhalde recordó que en 1970 comenzó una escalada de violencia estatal que “ya hacía presumir que se marchaba hacia el terrorismo de Estado”. Describió un escenario de represión y desapariciones forzadas, “una completa degradación del sistema jurídico, en el cual los abogados de presos políticos teníamos una absoluta impotencia y una imposibilidad física de ser recibidos por las autoridades para defender los derechos más elementales de los detenidos”.
En cuanto a la Masacre, repasó las 3 versiones oficiales contradictorias entre sí y la protección de la Marina para los imputados en el juicio de Rawson. “Si se suma que los sobrevivientes desaparecieron, se entiende que el temor de los abogados y de las familias no era arbitrario sino por la lógica de la dictadura”. #