Un artista y un socio de lo cierto

Una charla con el bajista de Los Socios del Desierto, la última banda de Luis Alberto Spinetta. El músico habló con Jornada de la magia y la dinámica de la vida en la música.

30 JUN 2012 - 22:54 | Actualizado

Marcelo Torres pasó por Trelew acompañando a Juan Namuncurá presentando en un proyecto de música étnica. Es uno de los músicos más prolíficos del panorama actual de la música argentina. En su extensa biografía Torres tocó el bajo y contrabajo con artistas de folclore, rock, jazz, tango y otros estilos. Tocó con Spinetta seis años, con Adriana Varela 10 años.Actualmente, toca con el Indio Solari y es músico desde que tiene memoria. En una extensa charla con Jornada, el músico habló de la magia y la dinámica de la vida en la música.

- Te hemos escuchado en una variedad de estilos como el tango , jazz, rock pero lo que estás haciendo ahora es muy distinto. ¿Qué es lo que te está movilizando?

- Lo que estoy haciendo con Juan (Namuncurá) es algo más introspectivo en comparación a lo que hago. Y es que en general los artistas nos vamos movilizando con distintas intensidades. Ya sea músico o pintor todos tenemos distintas intensidades y grados de compromisos. Hay una tendencia tradicional de pensar que todos los músicos son bohemios y no es así. Todos tenemos distintos intereses y la intensidad de nuestra relación con el arte es diferente.

En mi caso particular tengo que decir que la música me salvó la vida. Y no es una metáfora. Literalmente la música me salvó la vida, por que yo vengo de una familia de entorno muy complicado y la música fue un gran alimento espiritual para salir adelante.

Yo soy una persona independiente desde los doce años y a través de la música fui encontrando espacios y luz. Básicamente, podría decir que fue así. Eso me llevó a conectarme y unirme a otras personas de luz como Luis Alberto Spinetta y Ciruelo. Uno nombra a los más conocidos pero en general ese es el tipo de gente con la me conectado a través de la música.

- La gran mayoría del ambiente musical supo de Marcelo Torres, por aquel primer disco de los Socios de Desierto. El de la tapa negra con la cara de Spinetta. ¿cómo se dio tocar con semejante artista?

- Justamente fue a través de Ciruelo. Si bien Spinetta me conocía, el que me conecta con él es Ciruelo. Es en cierta manera una persona que me protege energéticamente, si se quiere. Parte de la energía que tiene (Ciruelo) es poner en contacto a personas que pueden trabajar juntos. Bueno, él sin que yo lo supiera arregló una entrevista con Spinetta.

Nos encontramos, tocamos algunas cositas en bajo y guitarra en su estudio. Él estaba pensando en armar algo pero no sabía qué. Algunos meses después empezamos a tocar, estuvimos un tiempo en un testeo musical con el “Tuerto” Wirtz que fue el baterista del grupo. Y después de seis meses de tocar juntos hicimos el primer concierto en el Velódromo de Buenos Aires. A partir de ahí estuvimos seis años tocando. Fue la banda más estable que tuvo Spinetta. Almendra e Invisible no duraron más de dos años. Los Socios, grabamos seis discos y lo reencuentró a Spinetta con cierta masividad y con un formato de trío rock, con una estética de banda de garage que era lo que quería hacer él en ese momento. Era algo muy básico pero con el pequeño detalle que teníamos a Spinetta como compositor, cantante y guitarrista. Para mí fue una experiencia increíble. Cuando él decidió hacer el concierto de Vélez, el de las Bandas Eternas me convocó. Como ya el “Tuerto” Wirtz había fallecido, Javier Malosetti tocó la batería y tocamos tres temas de los Socios del Desierto. Fue realmente un momento muy gratificante porque unos de los temas que tocamos esa noche fue “San Cristóforo” que es un tema que hicimos juntos con Spinetta. Fue lamentable su pérdida. Culturalmente su pérdida es muy difícil de superar desde el lado de la creatividad que él le daba a la cultura argentina.

Y con el “Tuerto” Wirtz estuvimos durante mucho tiempo merodeándonos. Hace muchos años atrás estuvimos tocando en un experimento con Lito Vitale, antes de que él formara el trío con Baraj y González. Después eso no nos volvimos a juntar hasta que tocamos con Spinetta. Se eso se trata las relaciones entre los músicos estar siempre en una constante búsqueda. Esa es la manera de crecer como músico y persona. Buscando espacios, intercambiando información. En esa búsqueda, en algún momento te vas a encontrar a alguien con quién se coincide desde varios lugares y se va a generar algo que está a la altura, al nivel de lo vos pretendes hacer.

- ¿Cómo es tu relación con tu instrumento y con la música, tanto personal como general?

- Lo importante es que se tenga algo que decir. No es tanto el instrumento. Por ahí se tienen todas las posibilidades y los instrumentos, pero no hay contenido. Desde hace muchos años toco bajos de seis cuerdas. Tengo un endorsmen de Torn, una empresa norteamericana que fabrica los bajos que uso. Las cuerdas son DR que es una marca de EE.UU, también. En mis discos están todas las cosas en las que estoy trabajando. El tratamiento que le doy a mi música tiene al bajo en un rol protagónico. No es el rol convencional. Es un bajo que canta, que dice cosas. Obviamente que acepto todos lo roles, asumo la responsabilidad de ser el bajo en un grupo donde lo primero es cumplir la función de sostener la raíz de los acordes y de la melodía. Mi interés cuando doy clases es promover la visión de que uno principalmente es músico, no bajista o baterista. Ser músico nos compromete con cierto grado de conocimiento. No te digo necesariamente dominar la teoría y el solfeo, sino involucrarse con ciertos elementos de la formación más que nada para poder interactuar con otros músicos. En la medida en uno tenga más elementos y herramientas en el mundo de la música va atener muchísimas posibilidades. Eso significa poder trabajar de músico. Por que eso es la aspiración que tenemos todos. A misma gustaba la música porque era una cosa vital en mi vida. Lo que pasó después fue un milagro un regalo de Dios. La música cambia a las personas y permite que pueda ofrecer la oportunidad de ayudar a otros a través de ella.

- Pensaba en todo lo que me has contado y siento que tu música un catálogo de las vibraciones que te han dejado tantas gratas experiencias, más que desafíos de virtuosismo.

- Sí. Se me viene a la mente la imagen de un arroyo. Mi música es como un arroyo que va corriendo y tocando distintos puntos. Y es eso. Mi música se va alimentando de todo lo que va tocando y es una sumatoria de todas las cosas que toca. Todo lo que hago es genuino y verdadero. #

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30 JUN 2012 - 22:54

Marcelo Torres pasó por Trelew acompañando a Juan Namuncurá presentando en un proyecto de música étnica. Es uno de los músicos más prolíficos del panorama actual de la música argentina. En su extensa biografía Torres tocó el bajo y contrabajo con artistas de folclore, rock, jazz, tango y otros estilos. Tocó con Spinetta seis años, con Adriana Varela 10 años.Actualmente, toca con el Indio Solari y es músico desde que tiene memoria. En una extensa charla con Jornada, el músico habló de la magia y la dinámica de la vida en la música.

- Te hemos escuchado en una variedad de estilos como el tango , jazz, rock pero lo que estás haciendo ahora es muy distinto. ¿Qué es lo que te está movilizando?

- Lo que estoy haciendo con Juan (Namuncurá) es algo más introspectivo en comparación a lo que hago. Y es que en general los artistas nos vamos movilizando con distintas intensidades. Ya sea músico o pintor todos tenemos distintas intensidades y grados de compromisos. Hay una tendencia tradicional de pensar que todos los músicos son bohemios y no es así. Todos tenemos distintos intereses y la intensidad de nuestra relación con el arte es diferente.

En mi caso particular tengo que decir que la música me salvó la vida. Y no es una metáfora. Literalmente la música me salvó la vida, por que yo vengo de una familia de entorno muy complicado y la música fue un gran alimento espiritual para salir adelante.

Yo soy una persona independiente desde los doce años y a través de la música fui encontrando espacios y luz. Básicamente, podría decir que fue así. Eso me llevó a conectarme y unirme a otras personas de luz como Luis Alberto Spinetta y Ciruelo. Uno nombra a los más conocidos pero en general ese es el tipo de gente con la me conectado a través de la música.

- La gran mayoría del ambiente musical supo de Marcelo Torres, por aquel primer disco de los Socios de Desierto. El de la tapa negra con la cara de Spinetta. ¿cómo se dio tocar con semejante artista?

- Justamente fue a través de Ciruelo. Si bien Spinetta me conocía, el que me conecta con él es Ciruelo. Es en cierta manera una persona que me protege energéticamente, si se quiere. Parte de la energía que tiene (Ciruelo) es poner en contacto a personas que pueden trabajar juntos. Bueno, él sin que yo lo supiera arregló una entrevista con Spinetta.

Nos encontramos, tocamos algunas cositas en bajo y guitarra en su estudio. Él estaba pensando en armar algo pero no sabía qué. Algunos meses después empezamos a tocar, estuvimos un tiempo en un testeo musical con el “Tuerto” Wirtz que fue el baterista del grupo. Y después de seis meses de tocar juntos hicimos el primer concierto en el Velódromo de Buenos Aires. A partir de ahí estuvimos seis años tocando. Fue la banda más estable que tuvo Spinetta. Almendra e Invisible no duraron más de dos años. Los Socios, grabamos seis discos y lo reencuentró a Spinetta con cierta masividad y con un formato de trío rock, con una estética de banda de garage que era lo que quería hacer él en ese momento. Era algo muy básico pero con el pequeño detalle que teníamos a Spinetta como compositor, cantante y guitarrista. Para mí fue una experiencia increíble. Cuando él decidió hacer el concierto de Vélez, el de las Bandas Eternas me convocó. Como ya el “Tuerto” Wirtz había fallecido, Javier Malosetti tocó la batería y tocamos tres temas de los Socios del Desierto. Fue realmente un momento muy gratificante porque unos de los temas que tocamos esa noche fue “San Cristóforo” que es un tema que hicimos juntos con Spinetta. Fue lamentable su pérdida. Culturalmente su pérdida es muy difícil de superar desde el lado de la creatividad que él le daba a la cultura argentina.

Y con el “Tuerto” Wirtz estuvimos durante mucho tiempo merodeándonos. Hace muchos años atrás estuvimos tocando en un experimento con Lito Vitale, antes de que él formara el trío con Baraj y González. Después eso no nos volvimos a juntar hasta que tocamos con Spinetta. Se eso se trata las relaciones entre los músicos estar siempre en una constante búsqueda. Esa es la manera de crecer como músico y persona. Buscando espacios, intercambiando información. En esa búsqueda, en algún momento te vas a encontrar a alguien con quién se coincide desde varios lugares y se va a generar algo que está a la altura, al nivel de lo vos pretendes hacer.

- ¿Cómo es tu relación con tu instrumento y con la música, tanto personal como general?

- Lo importante es que se tenga algo que decir. No es tanto el instrumento. Por ahí se tienen todas las posibilidades y los instrumentos, pero no hay contenido. Desde hace muchos años toco bajos de seis cuerdas. Tengo un endorsmen de Torn, una empresa norteamericana que fabrica los bajos que uso. Las cuerdas son DR que es una marca de EE.UU, también. En mis discos están todas las cosas en las que estoy trabajando. El tratamiento que le doy a mi música tiene al bajo en un rol protagónico. No es el rol convencional. Es un bajo que canta, que dice cosas. Obviamente que acepto todos lo roles, asumo la responsabilidad de ser el bajo en un grupo donde lo primero es cumplir la función de sostener la raíz de los acordes y de la melodía. Mi interés cuando doy clases es promover la visión de que uno principalmente es músico, no bajista o baterista. Ser músico nos compromete con cierto grado de conocimiento. No te digo necesariamente dominar la teoría y el solfeo, sino involucrarse con ciertos elementos de la formación más que nada para poder interactuar con otros músicos. En la medida en uno tenga más elementos y herramientas en el mundo de la música va atener muchísimas posibilidades. Eso significa poder trabajar de músico. Por que eso es la aspiración que tenemos todos. A misma gustaba la música porque era una cosa vital en mi vida. Lo que pasó después fue un milagro un regalo de Dios. La música cambia a las personas y permite que pueda ofrecer la oportunidad de ayudar a otros a través de ella.

- Pensaba en todo lo que me has contado y siento que tu música un catálogo de las vibraciones que te han dejado tantas gratas experiencias, más que desafíos de virtuosismo.

- Sí. Se me viene a la mente la imagen de un arroyo. Mi música es como un arroyo que va corriendo y tocando distintos puntos. Y es eso. Mi música se va alimentando de todo lo que va tocando y es una sumatoria de todas las cosas que toca. Todo lo que hago es genuino y verdadero. #


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