Testigos que trabajan muy cerca de los seis ministros y nunca vieron agresiones de Panizzi

Lo que quedó de los relatos en el juicio político al ministro del STJ.

30 AGO 2013 - 22:34 | Actualizado

Los testimonios de María Carolina Arrigone, titular de la Oficina de la Mujer, y de la fiscal de Rawson Silvia Pereira, se llevaron todas las miradas el jueves, último día de testigos en el juicio político a Alejandro Panizzi en Legislatura. Pero hubo otros empleados que ese día dieron su visión acerca de los problemas en el Superior Tribunal de Justicia.

Por ejemplo José Maidana, secretario del Superior, se definió “amigo” de Panizzi. El testigo participa de los plenos de los ministros y escuchó el debate por la Oficina de la Mujer. Confirmó las opiniones encontradas con Pasutti, Royer y Caneo por cómo designar a la titular. “Pero no vi nada raro, sólo algunas discusiones acaloradas luego de ese acuerdo”.

Reveló que en la semana del 11 al 15 de noviembre, el acusado disintió con varias resoluciones administrativas. Y que la denuncia pública de Panizzi “provocó efectos y en lo personal me afectó porque trabajo muy cerca de los 6”. Maidana supo del mismo ministro que se había separado de su esposa y había alquilado un dúplex en Playa Unión. “Conocí su relación con Arrigone porque hablaba con él temas personales, me lo comentó y la única vez que fui al dúplex estaba ella. Se daban un trato de una pareja”.

Fabián Da Fonseca, empleado del máximo tribunal, relató ante la Sala de Juzgar que su último ascenso fue en setiembre. “Se me notificó que había una disidencia de Panizzi. Luego en su despacho me pidió disculpas y me dijo que el problema no era conmigo sino con otros, y que él estaba firmando todo en disidencia”. Para el empleado, la crisis institucional “no es favorable y a los empleados no nos gusta en absoluto”.

Mariela González es jueza en Esquel y amiga de Panizzi y de su familia. Aseguró que mientras compartieron el Juzgado Universal de Sarmiento con el acusado “siempre fue respetuoso, sobre todo intelectualmente y en el intercambio de ideas”. Panizzi “siempre fomentó que yo pudiese incursionar en otras áreas”. Tal como Arrigone, González quedó embarazada. Pero no tuvo problemas con el entonces juez.

La testigo le dijo a los diputados que los dichos de Panizzi acerca de la necesidad de transparentar y controlar los gastos del Poder Judicial “son absolutamente veraces; tuvimos muchísimas conversaciones acerca de sus vivencias como magistrado y si tengo que describirlo, es una persona austera y absolutamente honesta entre su pensamiento y su quehacer”.

“Arrigone me comentó contenta que sabía que Panizzi me había contado de la relación entre ellos. Me dio cierta cosa porque soy amiga de su esposa Marcela. Y mi respuesta fue: `Quedáte tranquila que todo va a estar bien”. Su alegría me pareció muy prematura”.

En otra ocasión, González charla con el ministro en su despacho y entró Jean Gerber. “Panizzi le preguntó si se había solucionado el tema Arrigone; le pregunté qué había pasado y me dijo ´No me habla, está muy enojada y la verdad que así no se puede trabajar”. Pero nunca lo escuchó hablar mal de su exrelatora. “Evidentemente hubo un quiebre de la relación”.

A su turno, José Ferreyra, jerárquico de trato frecuente con los 6 ministros, dejó de lado su “habitual parquedad” –como le pidió el defensor Alfredo Pérez Galimberti-, y contó de su “muy buena relación con Panizzi”. El testigo admitió que según el ministro, la relación con su relatora “no era buena y era tirante”. En tal sentido, “no llevarse bien se traslada a la relación laboral. Evidentemente algo había dejado de funcionar, la situación no sería placentera y dificultaría la tarea de ambos”. El testigo nunca oyó nada acerca de un presunto acoso laboral.

Por último, Jean Gerber, secretario electoral del Superior, dijo que su trato con el enjuiciado siempre fue “muy cordial”. Un día Panizzi lo llamó: “Me dijo que se había roto la relación de confianza con su relatora, y pensé que un enroque era una alternativa para aflojar la tensión. Pero Arrigone me mencionó un maltrato laboral ni presencié ninguna pelea”.

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30 AGO 2013 - 22:34

Los testimonios de María Carolina Arrigone, titular de la Oficina de la Mujer, y de la fiscal de Rawson Silvia Pereira, se llevaron todas las miradas el jueves, último día de testigos en el juicio político a Alejandro Panizzi en Legislatura. Pero hubo otros empleados que ese día dieron su visión acerca de los problemas en el Superior Tribunal de Justicia.

Por ejemplo José Maidana, secretario del Superior, se definió “amigo” de Panizzi. El testigo participa de los plenos de los ministros y escuchó el debate por la Oficina de la Mujer. Confirmó las opiniones encontradas con Pasutti, Royer y Caneo por cómo designar a la titular. “Pero no vi nada raro, sólo algunas discusiones acaloradas luego de ese acuerdo”.

Reveló que en la semana del 11 al 15 de noviembre, el acusado disintió con varias resoluciones administrativas. Y que la denuncia pública de Panizzi “provocó efectos y en lo personal me afectó porque trabajo muy cerca de los 6”. Maidana supo del mismo ministro que se había separado de su esposa y había alquilado un dúplex en Playa Unión. “Conocí su relación con Arrigone porque hablaba con él temas personales, me lo comentó y la única vez que fui al dúplex estaba ella. Se daban un trato de una pareja”.

Fabián Da Fonseca, empleado del máximo tribunal, relató ante la Sala de Juzgar que su último ascenso fue en setiembre. “Se me notificó que había una disidencia de Panizzi. Luego en su despacho me pidió disculpas y me dijo que el problema no era conmigo sino con otros, y que él estaba firmando todo en disidencia”. Para el empleado, la crisis institucional “no es favorable y a los empleados no nos gusta en absoluto”.

Mariela González es jueza en Esquel y amiga de Panizzi y de su familia. Aseguró que mientras compartieron el Juzgado Universal de Sarmiento con el acusado “siempre fue respetuoso, sobre todo intelectualmente y en el intercambio de ideas”. Panizzi “siempre fomentó que yo pudiese incursionar en otras áreas”. Tal como Arrigone, González quedó embarazada. Pero no tuvo problemas con el entonces juez.

La testigo le dijo a los diputados que los dichos de Panizzi acerca de la necesidad de transparentar y controlar los gastos del Poder Judicial “son absolutamente veraces; tuvimos muchísimas conversaciones acerca de sus vivencias como magistrado y si tengo que describirlo, es una persona austera y absolutamente honesta entre su pensamiento y su quehacer”.

“Arrigone me comentó contenta que sabía que Panizzi me había contado de la relación entre ellos. Me dio cierta cosa porque soy amiga de su esposa Marcela. Y mi respuesta fue: `Quedáte tranquila que todo va a estar bien”. Su alegría me pareció muy prematura”.

En otra ocasión, González charla con el ministro en su despacho y entró Jean Gerber. “Panizzi le preguntó si se había solucionado el tema Arrigone; le pregunté qué había pasado y me dijo ´No me habla, está muy enojada y la verdad que así no se puede trabajar”. Pero nunca lo escuchó hablar mal de su exrelatora. “Evidentemente hubo un quiebre de la relación”.

A su turno, José Ferreyra, jerárquico de trato frecuente con los 6 ministros, dejó de lado su “habitual parquedad” –como le pidió el defensor Alfredo Pérez Galimberti-, y contó de su “muy buena relación con Panizzi”. El testigo admitió que según el ministro, la relación con su relatora “no era buena y era tirante”. En tal sentido, “no llevarse bien se traslada a la relación laboral. Evidentemente algo había dejado de funcionar, la situación no sería placentera y dificultaría la tarea de ambos”. El testigo nunca oyó nada acerca de un presunto acoso laboral.

Por último, Jean Gerber, secretario electoral del Superior, dijo que su trato con el enjuiciado siempre fue “muy cordial”. Un día Panizzi lo llamó: “Me dijo que se había roto la relación de confianza con su relatora, y pensé que un enroque era una alternativa para aflojar la tensión. Pero Arrigone me mencionó un maltrato laboral ni presencié ninguna pelea”.


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