Alpesca: las mujeres que defienden la fuente laboral

La otra cara del reclamo.

23 SEP 2013 - 22:40 | Actualizado

Ellas son parte de la lucha, parte de los 700 empleados y empleadas que la firma Alpesca mantiene a la deriva desde hace meses, aunque el camino recorrido lleva años. Nancy Espinoza es operaria hace 15 años en Alpesca y Celina Ríos operaria y delegada del sindicato dentro de la firma. Ambas son parte del grupo de mujeres que defiende la fuente laboral, del grupo que acampa hace más de un mes en la puerta de ingreso a la planta de procesamiento, de trabajadores y trabajadoras que esperan llevar soluciones a sus hogares lo más pronto posible.

La lucha no comenzó hoy, y eso lo saben, lo remarcan y expresan con gran convicción, esa que les da el camino recorrido. “Hemos tenido varias de estas luchas, pero hoy es diferente porque está muriendo nuestra fuente de trabajo”. Nancy trabaja hace 15 años en Alpesca: “Pasamos por muchos dueños; los africanos, después se vendió esta empresa no sabemos a quién y después llegaron los Baldino a hacerse cargo… Empezamos desde hace dos años con esta lucha de los malos empresarios que vinieron”, relata en relación a cómo llegaron a la situación actual.

Celina Ríos, delegada de Alpesca, también se encuentra con las compañeras defendiendo lo que queda del patrimonio de la empresa. “Nosotros estamos cuidando que no se lleven nada porque si la empresa se viene abajo, acá hay patrimonio de donde podemos llegar a cobrar algo de lo que nos corresponde”, dice, y comenta cómo se organizan para quedarse en el campamento, ese que montaron hace más de un mes en el ingreso a la planta: “Los delegados nos vamos turnando, en turnos de a dos, mañana tarde y noche. Todos nos quedamos acá, hay cocineros oficiales en cada turno, si hay que hacer tortas fritas o lo que sea, cada uno sabe lo que tiene que hacer”, dice Celina.

Todas las trabajadoras, ahora son cuatro las que se acercan a contar su postura, sostienen que la lucha dignifica: “esto es para tener un trabajo digno, estamos defendiendo la fuente laboral, eso nos da energía para seguir a pesar de que algunos tienen problemas en sus casas por estar acá, porque hay que estar muchas horas, pero esto no podemos dejar que se vaya y que quede como Harengus, por eso la lucha”, dice otra de las trabajadoras.

Todas piden lo mismo, no bajar los brazos y sumarse a la lucha, que es de todos. “Les pedimos a los compañeros que no están, a aquellos que no han venido, que se acerquen, que tenemos que estar unidos porque todos tenemos problemas y sufrimos al dejar a nuestros hijos, a la familia, por pasar muchas horas acá; pero tenemos que estar todos juntos, sin política en medio, acá somos todos operarios y sabemos que no es lindo estar acá pero es nuestro trabajo y lo tenemos que defender”, expresan.

Celina señala que actualmente “somos 700 trabajadores de los cuales estarán viniendo unos 300 desde hace un mes, hay más mujeres que hombres, con los nenes que también vienen a acompañar, preguntan por qué estamos acá, qué hacemos y les gusta estar acompañando, jugando y entienden que estamos acá por nuestro trabajo”.

El pedido es general, tanto los trabajadores como las trabajadoras de Alpesca piden lo mismo: respuestas. “Con estos nuevos empresarios que aparecieron, nosotros no le creemos más a nadie; desde que se fueron los sudafricanos esta empresa se vino a pique y no tenemos respuestas, todos se esconden, nadie da la cara, hay muertos, figuritas que ponen para seguir jugando con la gente”, dicen entre todas, pidiendo que las soluciones lleguen porque necesitan saber concretamente qué pasa. “Compran y no dan la cara, no tenemos certezas de nada, no es algo serio; a las horas de que se supo que se firmaba el fideicomiso apareció la firma para comprar la empresa, y como eso se cayó ahora no tienen esa plata, esto es lo que estamos viviendo, nadie nos da respuestas ni da la cara”. El pedido de las mujeres que forman parte de Alpesca es mantener la fuente laboral, una fuente laboral digna con la que puedan mantener a sus familias, respuestas concretas y caras visibles porque “estamos cansadas de las mentiras”.

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23 SEP 2013 - 22:40

Ellas son parte de la lucha, parte de los 700 empleados y empleadas que la firma Alpesca mantiene a la deriva desde hace meses, aunque el camino recorrido lleva años. Nancy Espinoza es operaria hace 15 años en Alpesca y Celina Ríos operaria y delegada del sindicato dentro de la firma. Ambas son parte del grupo de mujeres que defiende la fuente laboral, del grupo que acampa hace más de un mes en la puerta de ingreso a la planta de procesamiento, de trabajadores y trabajadoras que esperan llevar soluciones a sus hogares lo más pronto posible.

La lucha no comenzó hoy, y eso lo saben, lo remarcan y expresan con gran convicción, esa que les da el camino recorrido. “Hemos tenido varias de estas luchas, pero hoy es diferente porque está muriendo nuestra fuente de trabajo”. Nancy trabaja hace 15 años en Alpesca: “Pasamos por muchos dueños; los africanos, después se vendió esta empresa no sabemos a quién y después llegaron los Baldino a hacerse cargo… Empezamos desde hace dos años con esta lucha de los malos empresarios que vinieron”, relata en relación a cómo llegaron a la situación actual.

Celina Ríos, delegada de Alpesca, también se encuentra con las compañeras defendiendo lo que queda del patrimonio de la empresa. “Nosotros estamos cuidando que no se lleven nada porque si la empresa se viene abajo, acá hay patrimonio de donde podemos llegar a cobrar algo de lo que nos corresponde”, dice, y comenta cómo se organizan para quedarse en el campamento, ese que montaron hace más de un mes en el ingreso a la planta: “Los delegados nos vamos turnando, en turnos de a dos, mañana tarde y noche. Todos nos quedamos acá, hay cocineros oficiales en cada turno, si hay que hacer tortas fritas o lo que sea, cada uno sabe lo que tiene que hacer”, dice Celina.

Todas las trabajadoras, ahora son cuatro las que se acercan a contar su postura, sostienen que la lucha dignifica: “esto es para tener un trabajo digno, estamos defendiendo la fuente laboral, eso nos da energía para seguir a pesar de que algunos tienen problemas en sus casas por estar acá, porque hay que estar muchas horas, pero esto no podemos dejar que se vaya y que quede como Harengus, por eso la lucha”, dice otra de las trabajadoras.

Todas piden lo mismo, no bajar los brazos y sumarse a la lucha, que es de todos. “Les pedimos a los compañeros que no están, a aquellos que no han venido, que se acerquen, que tenemos que estar unidos porque todos tenemos problemas y sufrimos al dejar a nuestros hijos, a la familia, por pasar muchas horas acá; pero tenemos que estar todos juntos, sin política en medio, acá somos todos operarios y sabemos que no es lindo estar acá pero es nuestro trabajo y lo tenemos que defender”, expresan.

Celina señala que actualmente “somos 700 trabajadores de los cuales estarán viniendo unos 300 desde hace un mes, hay más mujeres que hombres, con los nenes que también vienen a acompañar, preguntan por qué estamos acá, qué hacemos y les gusta estar acompañando, jugando y entienden que estamos acá por nuestro trabajo”.

El pedido es general, tanto los trabajadores como las trabajadoras de Alpesca piden lo mismo: respuestas. “Con estos nuevos empresarios que aparecieron, nosotros no le creemos más a nadie; desde que se fueron los sudafricanos esta empresa se vino a pique y no tenemos respuestas, todos se esconden, nadie da la cara, hay muertos, figuritas que ponen para seguir jugando con la gente”, dicen entre todas, pidiendo que las soluciones lleguen porque necesitan saber concretamente qué pasa. “Compran y no dan la cara, no tenemos certezas de nada, no es algo serio; a las horas de que se supo que se firmaba el fideicomiso apareció la firma para comprar la empresa, y como eso se cayó ahora no tienen esa plata, esto es lo que estamos viviendo, nadie nos da respuestas ni da la cara”. El pedido de las mujeres que forman parte de Alpesca es mantener la fuente laboral, una fuente laboral digna con la que puedan mantener a sus familias, respuestas concretas y caras visibles porque “estamos cansadas de las mentiras”.


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