El sereno puso en conocimiento a la policía lo que motivó el rápido accionar de uniformados de la Seccional Segunda, quienes lograron detener a uno de ellos.
Luego se supo que del acto malicioso participaron 3 más quienes lograron esconderse para no ser aprendidos. Cuando la policía se retiró, los 3 sujetos volvieron al museo y amenazaron de muerte al sereno. Como consecuencia de ello, el desafortunado guardián sufrió problemas cardíacos y tuvo que renunciar al tercer día de haber sido contratado.
Principio de incendio
Como si eso fuera poco, un día antes, cuando llegaron Amigos del Museo y empleados del mismo, constataron que nuevamente autores ignorados habían roto los antiguos cristales que aún cubren las ventanas. Según confirmó Jornada, la ruptura de vidrios es algo cotidiano, pero lo grave de todo es que los delincuentes intentaron iniciar llamas sobre la ventana dañada. De milagro los cartones que hacían las veces de vidrios, no llegaron a arder. Sin embargo, aún se pueden ver las maderas de las ventanas quemadas. Por fortuna las llamas se disiparon rápido y las aberturas no alcanzaron a arder plenamente.
Las cosas no han cambiado mucho desde los inicios de las gestiones. Incluso, informaron que desde octubre se aguarda una audiencia con las autoridades competentes para exponerles la delicada situación del emblema trelewense.
Robo
Hace dos meses, autores ignorados lograron ingresar al museo luego de forzar una abertura que da a la repica de la antigua locomotora del viejo expreso patagónico. Allí y en horas de la madrugada, no habiendo un sereno ni sistema de alarma alguno, ingresaron al sector de oficinas donde revolvieron papeles y documentos sin lograr alzarse del lugar con elementos con valor histórico. En aquella oportunidad y tal como publicó este diario, al parecer buscaban dinero pero solo lograron sustraer una radio moderna.
Un escenario cotidiano y lamentable se puede ver cada día cuando se echa vista a las desfiguradas paredes del museo. Los grafitis, inscripciones, raspaduras en los viejos ladrillos, son algunas de las actividades de quienes a diario llegan a los restos de bancos de madera para descansar y de paso a destruir lo que queda de la ex estación del ferrocarril.
Alarma
Luego de extensas gestiones, este año el museo cuenta con un sistema de alarmas que por el momento logra cumplir con la función de alerta ante la escalada de hechos vandálicos. El financiamiento del sistema corre por cuenta de la recaudación del museo y con aportes suministrados por el grupo Amigos del Museo.
El sereno puso en conocimiento a la policía lo que motivó el rápido accionar de uniformados de la Seccional Segunda, quienes lograron detener a uno de ellos.
Luego se supo que del acto malicioso participaron 3 más quienes lograron esconderse para no ser aprendidos. Cuando la policía se retiró, los 3 sujetos volvieron al museo y amenazaron de muerte al sereno. Como consecuencia de ello, el desafortunado guardián sufrió problemas cardíacos y tuvo que renunciar al tercer día de haber sido contratado.
Principio de incendio
Como si eso fuera poco, un día antes, cuando llegaron Amigos del Museo y empleados del mismo, constataron que nuevamente autores ignorados habían roto los antiguos cristales que aún cubren las ventanas. Según confirmó Jornada, la ruptura de vidrios es algo cotidiano, pero lo grave de todo es que los delincuentes intentaron iniciar llamas sobre la ventana dañada. De milagro los cartones que hacían las veces de vidrios, no llegaron a arder. Sin embargo, aún se pueden ver las maderas de las ventanas quemadas. Por fortuna las llamas se disiparon rápido y las aberturas no alcanzaron a arder plenamente.
Las cosas no han cambiado mucho desde los inicios de las gestiones. Incluso, informaron que desde octubre se aguarda una audiencia con las autoridades competentes para exponerles la delicada situación del emblema trelewense.
Robo
Hace dos meses, autores ignorados lograron ingresar al museo luego de forzar una abertura que da a la repica de la antigua locomotora del viejo expreso patagónico. Allí y en horas de la madrugada, no habiendo un sereno ni sistema de alarma alguno, ingresaron al sector de oficinas donde revolvieron papeles y documentos sin lograr alzarse del lugar con elementos con valor histórico. En aquella oportunidad y tal como publicó este diario, al parecer buscaban dinero pero solo lograron sustraer una radio moderna.
Un escenario cotidiano y lamentable se puede ver cada día cuando se echa vista a las desfiguradas paredes del museo. Los grafitis, inscripciones, raspaduras en los viejos ladrillos, son algunas de las actividades de quienes a diario llegan a los restos de bancos de madera para descansar y de paso a destruir lo que queda de la ex estación del ferrocarril.
Alarma
Luego de extensas gestiones, este año el museo cuenta con un sistema de alarmas que por el momento logra cumplir con la función de alerta ante la escalada de hechos vandálicos. El financiamiento del sistema corre por cuenta de la recaudación del museo y con aportes suministrados por el grupo Amigos del Museo.