Federico Otero, un rebelde con causa acusado de estafa a quien ni la Policía puede encontrar

Apareció en escena como el salvador de Alpesca. Nunca puso un peso y los trabajadores casi lo linchan. Lo investigan por fraude pero no pueden encontrarlo.

15 JUN 2014 - 21:49 | Actualizado

Por Dario Roberts

Como un actor tras bambalinas, que espera el momento para salir a escena, Federico Otero logró aparecer y desaparecer de la historia de Alpesca de un modo sibilino. Y tras afirmar a quien se lo cruzase en el camino que era el dueño de la pesquera más importante de la Patagonia, poco se sabe de él, al punto que la Fiscalía de Puerto Madryn pidió detención y declaración en rebeldía para quien hasta no hace muchos meses se promocionaba como un empresario “con respaldo” para sacar de la crisis a la firma.

A Otero se lo acusa de estafa, en una causa que también investiga el empresario Omar “Cura” Segundo y su hijo Juan Paulo. Participó de la audiencia de apertura de investigación pero no se supo más de él desde esa fecha. La Policía no logró ubicarlo en el domicilio declarado para notificarlo sobre la continuidad del proceso. También está desaparecida Rosa Chico, la madre de Otero, quien ni pudo ser localizada.

Fiscalía reiteraría en las próximas horas el pedido de detención y declaración de reincidencia, ya que el juez Horacio Yangüela no hizo lugar al pedido de rebeldía y captura por lo que consideró un “tecnicismo”. Fiscalía entiende que una vez subsanado, insistirá con que comparezca por la fuerza pública. La Policía intentó notificar en al menos una decena de veces a Otero en Nahuelpán al 443 de Playa Unión. Nunca lo halló.

La justicia investiga a Otero y a otras tres personas por una supuesta venta simulada de Alpesca. En marzo el juez Marcelo Orlando abrió la investigación por un plazo de seis meses por presunta estafa. Según la acusación fiscal, los imputados “habrían simulado la venta del paquete accionario. Segundo no recibió pago alguno por parte de Otero y además el monto de la venta resulta irrisorio”.

La investigación se originó en una denuncia de trabajadores de Alpesca afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación y operarios sin afiliación. Los trabajadores revelaron una serie de hechos realizados por los involucrados. De la pesquisa se desprende que “se habría desarrollado a través de la simulación de una venta, en la que supuestamente Federico Otero y Rosa Chico le adquirieron el paquete accionario de Alpesca SA y AP Holding SA (empresa controladora del paquete accionario de Alpesca), a Omar Segundo y Juan Paulo Segundo por cinco millones y medio de pesos”, monto considerado irrisorio.

Otero saltó a la escena a fines de 2013, cuando Alpesca vivía su final anunciado. En las horas previas al Año Nuevo y en una asamblea, los trabajadores de la pesquera se anoticiaban de la existencia de un interesado en adquirir la planta. Los pocos datos hablaban de un empresario ligado al sector exportador.

Ante el fracaso de las oportunidades que se había intentado transferir la planta, en pocos días y con un par de reuniones Otero logró que todos los sectores que se ocupaban del tema lo habilitaran a recibir en transferencia directa de Omar Segundo las acciones de la empresa. La operatoria fue poco clara y mientras Otero decía tener el dinero para pagar las deudas en bancos de Buenos Aires y Mar del Plata, los trabajadores se seguían movilizando en Puerto Madryn.

Su ausencia en la zona ante el requerimiento del STIA, el SOMU y los propios trabajadores generó tensión. Y su aparición en Rawson en una improvisada conferencia de prensa le costó varios moretones por el ataque de un grupo. En los medios acusó de amenazas y hostigamiento al líder sindical Luis Núñez, pero al mismo tiempo no comparecía en las citaciones que hacía la Secretaría de Trabajo, al punto que nombró a un abogado del fuero local, quien debió ser asistido tras descompensarse en medio de una audiencia por la presión de los trabajadores que reclamaban el pago de deudas.

Dos meses después de firmar la transferencia de acciones, Segundo lo denunció por la sustracción de los libros contables de la empresa. Pero la justicia ya había puesto el ojo sobre todas las personas vinculadas a la supuesta operación.

Lejos de pasar desapercibido, en marzo un grupo de reconocidos abogados porteños con el auxilio del letrado local Oscar Romero se presentó en Legislatura y afirmaron que representaban a Otero, de quien decían era legalmente el propietario de la pesquera. “Tiene toda la documentación debidamente certificada. La relación jurídica entre privados está debidamente realizada”, aseveró el abogado Héctor Yrimia, ante legisladores, funcionarios y sindicalistas. Ya varios en Provincia cuestionaban sus dichos. Pero Otero redoblaba su apuesta y se presentó en el Juzgado Federal de Rawson con un amparo para declarar la inconstitucional del decreto que permitió la ocupación preventiva de Alpesca en Madryn. Pedía que le devolvieran Alpesca y reafirmaba que era su dueño. Hasta ofertó el pago de toda la deuda a cambio de que se diera marcha atrás con la expropiación.

A principios de mayo se conocieron detalles del paso de Otero como accionista de Alpesca. Por ejemplo, al frente del directorio se había nombrado a una moza y a un empleado público.

La aprobación de un proyecto de expropiación de Alpesca no modificaría la situación judicial de Otero, imputado por estafa. Pero su ausencia despierta interrogantes sobre su verdadero rol en todo el proceso.

Tras la apertura de investigación, Fiscalía pidió “la necesidad de la identificación prontuarial de los imputados”. Los acusados fueron notificados: los Segundo se presentaron a la requisitoria. La Policía nunca halló a Otero en el domicilio que declaró ante la justicia. Según Fiscalía, “a pesar de habérselo intentado notificar que debía presentarse, no se pudo lograr ya que en el domicilio aportado nunca se lo pudo ubicar”. Además, ante la renuncia de su defensor Romero, se lo intentó notificar para que designe nuevo abogado. Tampoco fue posible.

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15 JUN 2014 - 21:49

Por Dario Roberts

Como un actor tras bambalinas, que espera el momento para salir a escena, Federico Otero logró aparecer y desaparecer de la historia de Alpesca de un modo sibilino. Y tras afirmar a quien se lo cruzase en el camino que era el dueño de la pesquera más importante de la Patagonia, poco se sabe de él, al punto que la Fiscalía de Puerto Madryn pidió detención y declaración en rebeldía para quien hasta no hace muchos meses se promocionaba como un empresario “con respaldo” para sacar de la crisis a la firma.

A Otero se lo acusa de estafa, en una causa que también investiga el empresario Omar “Cura” Segundo y su hijo Juan Paulo. Participó de la audiencia de apertura de investigación pero no se supo más de él desde esa fecha. La Policía no logró ubicarlo en el domicilio declarado para notificarlo sobre la continuidad del proceso. También está desaparecida Rosa Chico, la madre de Otero, quien ni pudo ser localizada.

Fiscalía reiteraría en las próximas horas el pedido de detención y declaración de reincidencia, ya que el juez Horacio Yangüela no hizo lugar al pedido de rebeldía y captura por lo que consideró un “tecnicismo”. Fiscalía entiende que una vez subsanado, insistirá con que comparezca por la fuerza pública. La Policía intentó notificar en al menos una decena de veces a Otero en Nahuelpán al 443 de Playa Unión. Nunca lo halló.

La justicia investiga a Otero y a otras tres personas por una supuesta venta simulada de Alpesca. En marzo el juez Marcelo Orlando abrió la investigación por un plazo de seis meses por presunta estafa. Según la acusación fiscal, los imputados “habrían simulado la venta del paquete accionario. Segundo no recibió pago alguno por parte de Otero y además el monto de la venta resulta irrisorio”.

La investigación se originó en una denuncia de trabajadores de Alpesca afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación y operarios sin afiliación. Los trabajadores revelaron una serie de hechos realizados por los involucrados. De la pesquisa se desprende que “se habría desarrollado a través de la simulación de una venta, en la que supuestamente Federico Otero y Rosa Chico le adquirieron el paquete accionario de Alpesca SA y AP Holding SA (empresa controladora del paquete accionario de Alpesca), a Omar Segundo y Juan Paulo Segundo por cinco millones y medio de pesos”, monto considerado irrisorio.

Otero saltó a la escena a fines de 2013, cuando Alpesca vivía su final anunciado. En las horas previas al Año Nuevo y en una asamblea, los trabajadores de la pesquera se anoticiaban de la existencia de un interesado en adquirir la planta. Los pocos datos hablaban de un empresario ligado al sector exportador.

Ante el fracaso de las oportunidades que se había intentado transferir la planta, en pocos días y con un par de reuniones Otero logró que todos los sectores que se ocupaban del tema lo habilitaran a recibir en transferencia directa de Omar Segundo las acciones de la empresa. La operatoria fue poco clara y mientras Otero decía tener el dinero para pagar las deudas en bancos de Buenos Aires y Mar del Plata, los trabajadores se seguían movilizando en Puerto Madryn.

Su ausencia en la zona ante el requerimiento del STIA, el SOMU y los propios trabajadores generó tensión. Y su aparición en Rawson en una improvisada conferencia de prensa le costó varios moretones por el ataque de un grupo. En los medios acusó de amenazas y hostigamiento al líder sindical Luis Núñez, pero al mismo tiempo no comparecía en las citaciones que hacía la Secretaría de Trabajo, al punto que nombró a un abogado del fuero local, quien debió ser asistido tras descompensarse en medio de una audiencia por la presión de los trabajadores que reclamaban el pago de deudas.

Dos meses después de firmar la transferencia de acciones, Segundo lo denunció por la sustracción de los libros contables de la empresa. Pero la justicia ya había puesto el ojo sobre todas las personas vinculadas a la supuesta operación.

Lejos de pasar desapercibido, en marzo un grupo de reconocidos abogados porteños con el auxilio del letrado local Oscar Romero se presentó en Legislatura y afirmaron que representaban a Otero, de quien decían era legalmente el propietario de la pesquera. “Tiene toda la documentación debidamente certificada. La relación jurídica entre privados está debidamente realizada”, aseveró el abogado Héctor Yrimia, ante legisladores, funcionarios y sindicalistas. Ya varios en Provincia cuestionaban sus dichos. Pero Otero redoblaba su apuesta y se presentó en el Juzgado Federal de Rawson con un amparo para declarar la inconstitucional del decreto que permitió la ocupación preventiva de Alpesca en Madryn. Pedía que le devolvieran Alpesca y reafirmaba que era su dueño. Hasta ofertó el pago de toda la deuda a cambio de que se diera marcha atrás con la expropiación.

A principios de mayo se conocieron detalles del paso de Otero como accionista de Alpesca. Por ejemplo, al frente del directorio se había nombrado a una moza y a un empleado público.

La aprobación de un proyecto de expropiación de Alpesca no modificaría la situación judicial de Otero, imputado por estafa. Pero su ausencia despierta interrogantes sobre su verdadero rol en todo el proceso.

Tras la apertura de investigación, Fiscalía pidió “la necesidad de la identificación prontuarial de los imputados”. Los acusados fueron notificados: los Segundo se presentaron a la requisitoria. La Policía nunca halló a Otero en el domicilio que declaró ante la justicia. Según Fiscalía, “a pesar de habérselo intentado notificar que debía presentarse, no se pudo lograr ya que en el domicilio aportado nunca se lo pudo ubicar”. Además, ante la renuncia de su defensor Romero, se lo intentó notificar para que designe nuevo abogado. Tampoco fue posible.


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