El 5 de junio Elena Estremador denunciaba públicamente que su hija de 11 años estaba siendo víctima de “bullying” por un grupo de compañeras que asistían al mismo grado que ella en la Escuela 196 de barrio Luz y Fuerza. Ayer, debido a la denuncia policial efectuada, la llamaron del Servicio de Asistencia a la Víctima (SAV). Luego de hablar con la nena, asegura que le sugirieron que “no pierda tiempo ni plata. Que no se puede hacer nada. Son menores”. Hoy, su hija concurre a otra escuela. Esta semana la cambió. “A mí tiempo me sobra, no voy a dejar las cosas así. No puede ser que traten a mi hija como trapo de piso”.
Así lo expresó Estremador en declaraciones a Jornada luego de la entrevista que ella y su hija menor mantuvieron con profesionales del SAV. Días atrás, Claudia Williams –una docente que se capacita en temas de acoso escolar y grooming – calificó lo que le estaba sucediendo a la niña como “un verdadero caso de bullying” que en inglés significa hostigamiento prolongado. Maltrato permanente. A la chica la llamaban “cabezona” y se burlaban todo el tiempo amenazando con agredirla. Esto pasó durante un año. La situación agotó a los padres y decidieron hacer público el caso y radicar la denuncia en la Seccional Segunda.
Elena informó sobre lo sucedido ayer. “La psicóloga tuvo una charla con ella. Una abogada también intervino. En pocas palabras me dijo que no se podía hacer nada porque las agresoras son menores. Que no me conviene gastar ni plata ni tiempo porque no llego a ningún lado”, confirmó con lágrimas en los ojos.
Habló sobre los fundamentos citados por la profesional para sugerirle el procedimiento. “Dice que es más la bronca del adulto que el hecho en sí. Me dijeron que no gaste tiempo. Como tiempo me sobra, no lo voy a dejar así. Veré un abogado particular”, disparó la mujer.
No obstante aseguró que la convocatoria del Servicio de Asistencia a la Víctima fue porque “yo denuncié lo que pasó en la Seccional Segunda. Me dijeron que la denuncia pasó a Fiscalía que por eso me llamaron”, dijo, a la vez que reiteró: “No voy a dejar las cosas como están. Que se hagan cargo de todo lo que pasó”.
Desde el día que tomó la decisión de hacer público el caso hasta la semana pasada, nada había cambiado. Su hija soportando las agresiones y burlas y desde la dirección diciéndole que el problema entre las jóvenes “iba a seguir afuera”. Entonces tomaron la decisión de cambiar de escuela a la niña. “La directora dijo que no se podía hacer nada. Ahora está mejor. Se adaptó bien. Nunca tuvo problemas. El problema venía porque no intervinieron en la escuela. Nunca se sancionó a las agresoras”, apuntó.
El 5 de junio Elena Estremador denunciaba públicamente que su hija de 11 años estaba siendo víctima de “bullying” por un grupo de compañeras que asistían al mismo grado que ella en la Escuela 196 de barrio Luz y Fuerza. Ayer, debido a la denuncia policial efectuada, la llamaron del Servicio de Asistencia a la Víctima (SAV). Luego de hablar con la nena, asegura que le sugirieron que “no pierda tiempo ni plata. Que no se puede hacer nada. Son menores”. Hoy, su hija concurre a otra escuela. Esta semana la cambió. “A mí tiempo me sobra, no voy a dejar las cosas así. No puede ser que traten a mi hija como trapo de piso”.
Así lo expresó Estremador en declaraciones a Jornada luego de la entrevista que ella y su hija menor mantuvieron con profesionales del SAV. Días atrás, Claudia Williams –una docente que se capacita en temas de acoso escolar y grooming – calificó lo que le estaba sucediendo a la niña como “un verdadero caso de bullying” que en inglés significa hostigamiento prolongado. Maltrato permanente. A la chica la llamaban “cabezona” y se burlaban todo el tiempo amenazando con agredirla. Esto pasó durante un año. La situación agotó a los padres y decidieron hacer público el caso y radicar la denuncia en la Seccional Segunda.
Elena informó sobre lo sucedido ayer. “La psicóloga tuvo una charla con ella. Una abogada también intervino. En pocas palabras me dijo que no se podía hacer nada porque las agresoras son menores. Que no me conviene gastar ni plata ni tiempo porque no llego a ningún lado”, confirmó con lágrimas en los ojos.
Habló sobre los fundamentos citados por la profesional para sugerirle el procedimiento. “Dice que es más la bronca del adulto que el hecho en sí. Me dijeron que no gaste tiempo. Como tiempo me sobra, no lo voy a dejar así. Veré un abogado particular”, disparó la mujer.
No obstante aseguró que la convocatoria del Servicio de Asistencia a la Víctima fue porque “yo denuncié lo que pasó en la Seccional Segunda. Me dijeron que la denuncia pasó a Fiscalía que por eso me llamaron”, dijo, a la vez que reiteró: “No voy a dejar las cosas como están. Que se hagan cargo de todo lo que pasó”.
Desde el día que tomó la decisión de hacer público el caso hasta la semana pasada, nada había cambiado. Su hija soportando las agresiones y burlas y desde la dirección diciéndole que el problema entre las jóvenes “iba a seguir afuera”. Entonces tomaron la decisión de cambiar de escuela a la niña. “La directora dijo que no se podía hacer nada. Ahora está mejor. Se adaptó bien. Nunca tuvo problemas. El problema venía porque no intervinieron en la escuela. Nunca se sancionó a las agresoras”, apuntó.