Cambios con mucho ruido y algunas nueces

El editorial de “El Día G”, por Esteban Gallo.

06 SEP 2016 - 20:06 | Actualizado

Diez días necesitó el gobernador Mario Das Neves para evaluar la performance de sus principales colaboradores y resolver su continuidad. Su regreso al gobierno el 21 de mayo no pasó desapercibido y sorprendió cuando pidió la renuncia de todos los funcionarios de primera y segunda línea.
Decenas de versiones se instalaron hasta que el mandatario empezó a ratificar cargos y a confirmar salidas.
Hay en todas las acciones del dasnevismo un sentido de la espectacularidad que impacta con fuerza en la sociedad. Es la manera en que el gobernador comparte sus anuncios, enfrenta a sus adversarios o sacude la modorra de su propia estructura. Y este fue el camino elegido para “ajustar clavijas” y “despabilar” a los que estaban “durmiendo la siesta”.
Con las cartas sobre la mesa, es más sencillo arribar a algunas conclusiones. Das Neves apostó fuerte a los jóvenes de su proyecto político, ratificando a los que ya estaban y sumando valores que se perfilan como potenciales figuras. No es casual que el primer ratificado haya sido el secretario de Pesca provincial, Alberto Gilardino, un dirigente que exhibe logros indiscutidos en un área sensible y castigada del gobierno, después de los desaciertos cometidos por la inefable Gabriela Dufour y su ballet.
Tampoco es fortuito que haya designado al frente de las subsecretarías de Industria y Gobierno a dos jóvenes promesas del dasnevismo trelewense como Pablo Mamet y Juan Chachero, quienes pueden aportar la fuerza de la sangre nueva pero también sus innegables capacidades en el campo de la abogacía, el comercio y el deporte.
Se suman a otros integrantes de la guardia nueva como Gonzalo Carpintero, Mariví y Pablo Das Neves, Pablo Korn, Gonzalo Mondillo, Diego Martínez Zapata y Pablo Oca, entre otros.  Das Neves apuesta al cambio generacional y sus decisiones apuntan a eso.
Sin embargo, los cambios fueron menos de los que se esperaban. Muchos pensaban que la delicada situación en salud podía precipitar la partida del ministro de Salud, Leandro González, un funcionario de muy bajo perfil. Otros consideraban que los vaivenes de la crisis educativa, podían desembocar en la partida de Fernando Menchi. Algunos medios bien informados del Valle daban por descontado que el ingeniero Alejandro Pagani, al que se ve “apagado” en esta etapa de su gestión, podía dejar su oficina del Ministerio de Infraestructura. Pero nada de eso ha ocurrido.
No tuvo la misma suerte la exministra de Turismo de la Provincia, Cecilia Torrejón, la única funcionaria de primerísima línea a la que se le aceptó la renuncia. La madrynense aceptó respetuosamente e incluso se puso a disposición para seguir trabajando a favor del proyecto desde otro lugar. Su salida hizo ruido en las redes sociales donde familiares y algunas figuras nacionales cercanas a la exfuncionaria manifestaron su desagrado pero no provocó ninguna queja de los sectores del turismo de la provincia, lo que pone en evidencia que la profesional del turismo no supo o no pudo generar relaciones entre sus pares, algo que está atado al éxito de la función pública. Más curioso todavía es el camino del  silencio que eligieron transitar los actores de la actividad turística de Madryn, lo que parecería abonar la idea de los que piensan que hubo una suerte de  complot para “llevarse puesta” a la dirigente madrynense. No es fácil de digerir que los mismos que hace nueve meses decían que Torrejón estaba destinada a ser la mejor ministra de Turismo de la historia, hayan  “operado” con cuchillo y serrucho  para que se la corriera. El episodio pone en el tapete una vez más, el comportamiento histérico de un sector de la dirigencia empresarial y política de Madryn y la situación de endeblez en la queda parada, frente a ciudades que manejan al dedillo las cuestiones de representatividad. Trelew o Comodoro Rivadavia, acostumbradas a ganar y cuidar espacios de poder, no se darían el lujo de perder ningún lugar clave.
La gran sorpresa fue la continuidad de Rafael Williams, al frente del Ministerio de Gobierno. Incapaz de resolver la inseguridad que aqueja a los chubutenses, con escasa presencia en los lugares de mayor conflictividad, sin un ápice de energía para liderar la lucha contra la delincuencia, era una fija su regreso a Esquel o su traslado a otra área del gobierno que no le quedara grande. La idea no es faltarle el respeto a un hombre honesto, de trayectoria intachable, varias veces elegido por su comunidad, pero estamos hablando de otra cosa. Eficacia, de resultados concretos, de estar preparado para una función. Es un cargo complejo que requiere de un conductor impetuoso y comprometido. No es una falta de respeto decir que Rafael Williams no ha estado a la altura de esa obligación. Disfrazar la realidad o utilizar un eufemismo para defender lo indefendible, eso sería una falta de respeto. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.#

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06 SEP 2016 - 20:06

Diez días necesitó el gobernador Mario Das Neves para evaluar la performance de sus principales colaboradores y resolver su continuidad. Su regreso al gobierno el 21 de mayo no pasó desapercibido y sorprendió cuando pidió la renuncia de todos los funcionarios de primera y segunda línea.
Decenas de versiones se instalaron hasta que el mandatario empezó a ratificar cargos y a confirmar salidas.
Hay en todas las acciones del dasnevismo un sentido de la espectacularidad que impacta con fuerza en la sociedad. Es la manera en que el gobernador comparte sus anuncios, enfrenta a sus adversarios o sacude la modorra de su propia estructura. Y este fue el camino elegido para “ajustar clavijas” y “despabilar” a los que estaban “durmiendo la siesta”.
Con las cartas sobre la mesa, es más sencillo arribar a algunas conclusiones. Das Neves apostó fuerte a los jóvenes de su proyecto político, ratificando a los que ya estaban y sumando valores que se perfilan como potenciales figuras. No es casual que el primer ratificado haya sido el secretario de Pesca provincial, Alberto Gilardino, un dirigente que exhibe logros indiscutidos en un área sensible y castigada del gobierno, después de los desaciertos cometidos por la inefable Gabriela Dufour y su ballet.
Tampoco es fortuito que haya designado al frente de las subsecretarías de Industria y Gobierno a dos jóvenes promesas del dasnevismo trelewense como Pablo Mamet y Juan Chachero, quienes pueden aportar la fuerza de la sangre nueva pero también sus innegables capacidades en el campo de la abogacía, el comercio y el deporte.
Se suman a otros integrantes de la guardia nueva como Gonzalo Carpintero, Mariví y Pablo Das Neves, Pablo Korn, Gonzalo Mondillo, Diego Martínez Zapata y Pablo Oca, entre otros.  Das Neves apuesta al cambio generacional y sus decisiones apuntan a eso.
Sin embargo, los cambios fueron menos de los que se esperaban. Muchos pensaban que la delicada situación en salud podía precipitar la partida del ministro de Salud, Leandro González, un funcionario de muy bajo perfil. Otros consideraban que los vaivenes de la crisis educativa, podían desembocar en la partida de Fernando Menchi. Algunos medios bien informados del Valle daban por descontado que el ingeniero Alejandro Pagani, al que se ve “apagado” en esta etapa de su gestión, podía dejar su oficina del Ministerio de Infraestructura. Pero nada de eso ha ocurrido.
No tuvo la misma suerte la exministra de Turismo de la Provincia, Cecilia Torrejón, la única funcionaria de primerísima línea a la que se le aceptó la renuncia. La madrynense aceptó respetuosamente e incluso se puso a disposición para seguir trabajando a favor del proyecto desde otro lugar. Su salida hizo ruido en las redes sociales donde familiares y algunas figuras nacionales cercanas a la exfuncionaria manifestaron su desagrado pero no provocó ninguna queja de los sectores del turismo de la provincia, lo que pone en evidencia que la profesional del turismo no supo o no pudo generar relaciones entre sus pares, algo que está atado al éxito de la función pública. Más curioso todavía es el camino del  silencio que eligieron transitar los actores de la actividad turística de Madryn, lo que parecería abonar la idea de los que piensan que hubo una suerte de  complot para “llevarse puesta” a la dirigente madrynense. No es fácil de digerir que los mismos que hace nueve meses decían que Torrejón estaba destinada a ser la mejor ministra de Turismo de la historia, hayan  “operado” con cuchillo y serrucho  para que se la corriera. El episodio pone en el tapete una vez más, el comportamiento histérico de un sector de la dirigencia empresarial y política de Madryn y la situación de endeblez en la queda parada, frente a ciudades que manejan al dedillo las cuestiones de representatividad. Trelew o Comodoro Rivadavia, acostumbradas a ganar y cuidar espacios de poder, no se darían el lujo de perder ningún lugar clave.
La gran sorpresa fue la continuidad de Rafael Williams, al frente del Ministerio de Gobierno. Incapaz de resolver la inseguridad que aqueja a los chubutenses, con escasa presencia en los lugares de mayor conflictividad, sin un ápice de energía para liderar la lucha contra la delincuencia, era una fija su regreso a Esquel o su traslado a otra área del gobierno que no le quedara grande. La idea no es faltarle el respeto a un hombre honesto, de trayectoria intachable, varias veces elegido por su comunidad, pero estamos hablando de otra cosa. Eficacia, de resultados concretos, de estar preparado para una función. Es un cargo complejo que requiere de un conductor impetuoso y comprometido. No es una falta de respeto decir que Rafael Williams no ha estado a la altura de esa obligación. Disfrazar la realidad o utilizar un eufemismo para defender lo indefendible, eso sería una falta de respeto. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.#


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