La Sala de Juzgar votó contra la destitución 8 a 5

La votación terminó 8 a 5 a favor del juez, que hoy vuelve a su despacho. Además de los tres dasnevistas, lo apoyaron tres diputados del FPV, uno del PJ y el Polo Social. Hubo varios pedidos de renuncia tras un proceso caliente.

04 SEP 2013 - 22:52 | Actualizado

Por Rolando Tobarez

Hay mucho trabajo por hacer”. Así el ministro del Superior Tribunal de Justicia, Alejandro Panizzi, confirmó que hoy volverá a su despacho en Rawson para intentar enfriar la tensión con sus pares de la Sala Civil, Fernando Royer y José Luis Pasutti. Recién terminaba la audiencia en Legislatura, donde por 8 votos a 5 la Sala de Juzgar rechazó los tres cargos para destituirlo, tras un juicio político escandaloso cuyos efectos institucionales seguirán: varios diputados exigieron la renuncia inmediata de los ministros del STJ.

El rumor tempranero era que el Frente para la Victoria no tenía los 9 votos para sacar al juez. De sombrero, el diputado radical Roberto Risso se quedó cerca del recinto hasta las 10. No entró. Sólo estuvieron Argentina “Ika” Martínez y Ana María Llanes, del Frente para la Victoria. Se leyó que el vocero de los fiscales olía el resultado. Pero fue una cuestión familiar.

La votación iba 4 a 2 a favor de Panizzi. La ventaja indescontable la dio el diputado del Partido Justicialista, José Karamarko. El único abogado de los juzgadores escribió un voto más literario que jurídico. “Romántico”, diría el defensor Alfredo Pérez Galimberti. “Es la hora señalada y tengo frente a mí a Panizzi, de rostro angustiado y las huellas del tiempo que debe vivir”, leyó.

“Pienso en su familia y sus hijos. No me pongo sentimental pero no me puedo separar de mi condición humana”. El legislador recordó otros juicios a hombres del Poder Judicial donde intervino: Colabelli, Luque, Giménez, Samamé. “No es fácil abstraerse, mi mujer me enseñó que siempre debo ponerme en el lugar del otro y trato; no es simple cuando las responsabilidades políticas son tan exigentes”. Karamarko reivindicó su independencia al definirse como “dueño absoluto de mi voto y con acierto o error, sienta que fui coherente y responsable”.

Recordó al socialista Ángel Gabriel Borlenghi, ministro de Juan Perón 9 años: “Hay que hacer el bien pero no sólo por no hacer el mal sino por combatirlo”. Karamarako afirmó que Panizzi “no es la causa de los males del Poder Judicial, tienen que ver con la forma de proceder de muchos”.

Incluyó a Roberto Fontanarrosa y las malas palabras. “No existen, son todas palabras, nada más”. Por eso, el funcionamiento judicial “no puede verse afectado por las palabras de Panizzi, sino lo único que mostraría es su propia debilidad”. Consideró que hubo “un enfrentamiento entre un ministro joven y los que representan el conservadurismo anquilosado del Poder Judicial".

“Esto por lo que algunos sienten vergüenza sucedió en todos los tiempos. La frase de muletilla de algunos de ´Esto no se vio nunca´ es falsa: quedaba tapado bajo la alfombra, como la basura”. Karamarko recordó que en su testimonio, el mismo Royer admitió haber pedido “salvar las apariencias”.

“Pienso si Panizzi es el responsable de todos los males que se le endilgan o es una víctima de esa maquinaria anquilosada que es el Superior, que quiere seguir haciendo cosas al margen de las reglas”, añadió. “¿La denuncia de juicio político se hizo porque lo que dicen pasó o porque denunció públicamente licencias, viáticos y vehículos?”.

Sorprendido, Karamarko advirtió que no comparte como los jueces delegan facultades en los relatores, como se escuchó en el juicio. “Quien debe escribir el borrador de la sentencia es el ministro”, exigió. “Para que eso suceda, menos viajes con viáticos, más presencia en su real lugar de trabajo y dedicarle tiempo a dictar sentencias”.

Defendió a la fiscal de Rawson, Silvia Pereira. “La felicito por su inteligencia, coraje y firmeza", en referencia a la discusión con el diputado Roberto Risso. “Panizzi no renegó de sus dichos, los reconoció y su atrevimiento fue decir qué pasaba en el STJ. Es parte de la evolución democrática".

De la designación de María Carolina Arrigone en la Oficina de la Mujer, Karamarko aseguró que “funcionó la dedocracia” y sugirió: “Parece que tenía dificultades con la escritura porque no le gustaba tener que repetir lo hecho”. Y respaldó a Mariana Ripa, “defensora todo terreno de la mujer, que estaría entre las mejores concursantes”.

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04 SEP 2013 - 22:52

Por Rolando Tobarez

Hay mucho trabajo por hacer”. Así el ministro del Superior Tribunal de Justicia, Alejandro Panizzi, confirmó que hoy volverá a su despacho en Rawson para intentar enfriar la tensión con sus pares de la Sala Civil, Fernando Royer y José Luis Pasutti. Recién terminaba la audiencia en Legislatura, donde por 8 votos a 5 la Sala de Juzgar rechazó los tres cargos para destituirlo, tras un juicio político escandaloso cuyos efectos institucionales seguirán: varios diputados exigieron la renuncia inmediata de los ministros del STJ.

El rumor tempranero era que el Frente para la Victoria no tenía los 9 votos para sacar al juez. De sombrero, el diputado radical Roberto Risso se quedó cerca del recinto hasta las 10. No entró. Sólo estuvieron Argentina “Ika” Martínez y Ana María Llanes, del Frente para la Victoria. Se leyó que el vocero de los fiscales olía el resultado. Pero fue una cuestión familiar.

La votación iba 4 a 2 a favor de Panizzi. La ventaja indescontable la dio el diputado del Partido Justicialista, José Karamarko. El único abogado de los juzgadores escribió un voto más literario que jurídico. “Romántico”, diría el defensor Alfredo Pérez Galimberti. “Es la hora señalada y tengo frente a mí a Panizzi, de rostro angustiado y las huellas del tiempo que debe vivir”, leyó.

“Pienso en su familia y sus hijos. No me pongo sentimental pero no me puedo separar de mi condición humana”. El legislador recordó otros juicios a hombres del Poder Judicial donde intervino: Colabelli, Luque, Giménez, Samamé. “No es fácil abstraerse, mi mujer me enseñó que siempre debo ponerme en el lugar del otro y trato; no es simple cuando las responsabilidades políticas son tan exigentes”. Karamarko reivindicó su independencia al definirse como “dueño absoluto de mi voto y con acierto o error, sienta que fui coherente y responsable”.

Recordó al socialista Ángel Gabriel Borlenghi, ministro de Juan Perón 9 años: “Hay que hacer el bien pero no sólo por no hacer el mal sino por combatirlo”. Karamarako afirmó que Panizzi “no es la causa de los males del Poder Judicial, tienen que ver con la forma de proceder de muchos”.

Incluyó a Roberto Fontanarrosa y las malas palabras. “No existen, son todas palabras, nada más”. Por eso, el funcionamiento judicial “no puede verse afectado por las palabras de Panizzi, sino lo único que mostraría es su propia debilidad”. Consideró que hubo “un enfrentamiento entre un ministro joven y los que representan el conservadurismo anquilosado del Poder Judicial".

“Esto por lo que algunos sienten vergüenza sucedió en todos los tiempos. La frase de muletilla de algunos de ´Esto no se vio nunca´ es falsa: quedaba tapado bajo la alfombra, como la basura”. Karamarko recordó que en su testimonio, el mismo Royer admitió haber pedido “salvar las apariencias”.

“Pienso si Panizzi es el responsable de todos los males que se le endilgan o es una víctima de esa maquinaria anquilosada que es el Superior, que quiere seguir haciendo cosas al margen de las reglas”, añadió. “¿La denuncia de juicio político se hizo porque lo que dicen pasó o porque denunció públicamente licencias, viáticos y vehículos?”.

Sorprendido, Karamarko advirtió que no comparte como los jueces delegan facultades en los relatores, como se escuchó en el juicio. “Quien debe escribir el borrador de la sentencia es el ministro”, exigió. “Para que eso suceda, menos viajes con viáticos, más presencia en su real lugar de trabajo y dedicarle tiempo a dictar sentencias”.

Defendió a la fiscal de Rawson, Silvia Pereira. “La felicito por su inteligencia, coraje y firmeza", en referencia a la discusión con el diputado Roberto Risso. “Panizzi no renegó de sus dichos, los reconoció y su atrevimiento fue decir qué pasaba en el STJ. Es parte de la evolución democrática".

De la designación de María Carolina Arrigone en la Oficina de la Mujer, Karamarko aseguró que “funcionó la dedocracia” y sugirió: “Parece que tenía dificultades con la escritura porque no le gustaba tener que repetir lo hecho”. Y respaldó a Mariana Ripa, “defensora todo terreno de la mujer, que estaría entre las mejores concursantes”.


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