El 19 de marzo se fue Gustavo, con la integridad y fortaleza que lo caracterizó en su vida. Este hombre que se supo ganar un espacio en la política local y provincial, murió como vivió, militando, hasta el último día de su vida.
No puedo negar los desencuentros y diferencias, muchas casi imposible de superar, pero frente a la adversidad siento que eso va quedando atrás, en un segundo plano, con menos importancia, mucha menos importancia que el afecto que se supo ganar.
Gustavo ha ocupado muchos e importantes cargos, pero debo destacar en especial su gestión como intendente a partir del año 1991, porque supo representar no solo la innovación en materia de gestión, sino también la incorporación de muchos jóvenes en cargos relevantes.
Recuerdo con afecto a quienes llevaron adelante esa gestión, todos se despiden hoy de “el Gordo” como sus amigos.
En los últimos meses tuve la suerte de reencontrarme con Gustavo y dejar atrás diferencias, tuve la satisfacción personal de despedirlo hace pocos días, conversar y sentirlo íntegro preparando su partida.
Quiero quedarme con parte de esa despedida. Me disculpé por el tono utilizado en alguna discusión, y su respuesta “me voy sin ningún rencor”.
Adiós Gustavo.#
El 19 de marzo se fue Gustavo, con la integridad y fortaleza que lo caracterizó en su vida. Este hombre que se supo ganar un espacio en la política local y provincial, murió como vivió, militando, hasta el último día de su vida.
No puedo negar los desencuentros y diferencias, muchas casi imposible de superar, pero frente a la adversidad siento que eso va quedando atrás, en un segundo plano, con menos importancia, mucha menos importancia que el afecto que se supo ganar.
Gustavo ha ocupado muchos e importantes cargos, pero debo destacar en especial su gestión como intendente a partir del año 1991, porque supo representar no solo la innovación en materia de gestión, sino también la incorporación de muchos jóvenes en cargos relevantes.
Recuerdo con afecto a quienes llevaron adelante esa gestión, todos se despiden hoy de “el Gordo” como sus amigos.
En los últimos meses tuve la suerte de reencontrarme con Gustavo y dejar atrás diferencias, tuve la satisfacción personal de despedirlo hace pocos días, conversar y sentirlo íntegro preparando su partida.
Quiero quedarme con parte de esa despedida. Me disculpé por el tono utilizado en alguna discusión, y su respuesta “me voy sin ningún rencor”.
Adiós Gustavo.#