Caso Espinosa: las claves del juicio por el crimen

El juicio oral y público por el crimen de Raúl “Cacho” Espinosa llegó a su fin. Solo falta la resolución de los jueces, que se conocerá el próximo jueves. Las claves de un juicio polémico. Los acusados por un homicidio de hace doce años son Ademar Araujo y Juan Domingo Segundo.

A doce años del asesinato, los tres imputados aguardan una resolución de la justicia provincial.
02 MAY 2015 - 22:30 | Actualizado

El próximo mediodía del jueves se podría llegar a saber quién mató de un balazo al empresario pesquero Raúl Rubén Espinosa hace ya más de 12 años. Los acusados son Ademar Araujo y Juan Domingo Segundo.

“Cacho” Espinosa fue asesinado de un balazo cuando cerraba el portón del garaje de la casa de sus suegros. Ocurrió la noche del 30 de enero de 2003. Lo llamaron por su apodo y, al girar, recibió un disparo calibre 9 milímetros que le atravesó el corazón. A pesar de eso, logró luchar contra su agresor. A sus pies quedó la billetera del sicario, caída durante el forcejeo.

Espinosa murió en el Hospital pero antes alcanzó a decirle a un policía: “Esto lo arreglo yo cuando me cure”. Excéntrico y extrovertido, tenía 52 años y era socio de la pesquera San Isidro junto a Carlos Rocca y Guillermo Schmid, fallecido en 2010. La única testigo del crimen fue Lorena Gabarrús, quien era su pareja y estaba embarazada de mellizos.

El juicio

Tras una prolongada investigación y un fallido juicio en 2011, la presunta responsabilidad del crimen recayó sobre tres imputados: Ademar Araujo, José Domingo Segundo y José Remigio Guevara.

La Fiscalía acusó a Araujo y pidió 18 años de cárcel. La querella de Gabarrús, por su parte, acusó a Segundo, Araujo y Guevara como coautores y solicitó perpetua. El dato es que en la elevación a juicio solamente había presentado cargos contra Segundo y por lo tanto su acusación podría ser declarada nula. En cambio, la querella de Alicia Martinez, primera mujer de Espinosa, quien también solamente había acusado inicialmente a Segundo, en el juicio no presentó cargos por considerar que no hay pruebas.

Las claves

Según las pruebas del expediente, el 24 de enero de 2003 Araujo viajó desde Morón a Puerto Madryn. Se hospedó en el hotel La Posta con un nombre falso, junto a otras dos personas. Y huyeron raudamente la noche del 30 de enero. Según los fiscales, Araujo realizó la inteligencia criminal.

Araujo estaba en Madryn y la billetera con su DNI fue encontrada en el lugar del crimen, bajo el talón derecho de Espinosa. Este hallazgo de pertenencias de Araujo en la escena del crimen fue una de las claves de la acusación efectuada por el fiscal Daniel Báez. “Se alojó en un hospedaje transitorio en Madryn con una identidad falsa y salió intempestivamente la noche del crimen; realizó evidentes tareas de vigilancia, ratificado por las fotos de la vivienda y la empresa de Espinosa secuestradas en su domicilio, junto al testimonio del taxista que indicó que lo llevó a recorrer la zona. Esto, junto a los dichos de los policías a los cuales les reconoció el crimen, son elementos que indudablemente marcan su participación”, indicaron fuentes de la fiscalía.

El abogado de la viuda de Espinosa, Matías Cimadevilla, defendió el testimonio de Gabarrús, quien estaba cerca de Espinosa cuando lo balean y sindicó a Segundo. Pero los defensores la cuestionaron y se preguntaron si realmente Gabarrús vio al agresor de Espinosa. Y argumentan que cambió cuatro veces su declaración en el marco de la causa. En el mismo sentido, incluso el querellante Victorio Fassio, alegó que Gabarrús pudo haber sido “inducida” para culpar a Segundo.

Párrafo aparte merece la actuación de los investigadores iniciales del caso, quienes recibieron duras críticas durante el juicio: testigos falsos, armas plantadas y aprietes fueron algunas de las irregularidades que se ventilaron.

Claudio Corvelli, testigo de la causa, dijo que le pagaron dinero y que hasta le daban drogas para que atestigue falsamente en la etapa de instrucción. El concejal Miguel Antin también indicó irregularidades. Héctor Cuello sumó en estas presuntas irregularidades a Carlos Rocca, exsocio de Espinosa, asegurando que el empresario le ofreció 50 mil dólares para que busque a alguien que acuse a Segundo.#

Enterate de las noticias de POLICIALES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
A doce años del asesinato, los tres imputados aguardan una resolución de la justicia provincial.
02 MAY 2015 - 22:30

El próximo mediodía del jueves se podría llegar a saber quién mató de un balazo al empresario pesquero Raúl Rubén Espinosa hace ya más de 12 años. Los acusados son Ademar Araujo y Juan Domingo Segundo.

“Cacho” Espinosa fue asesinado de un balazo cuando cerraba el portón del garaje de la casa de sus suegros. Ocurrió la noche del 30 de enero de 2003. Lo llamaron por su apodo y, al girar, recibió un disparo calibre 9 milímetros que le atravesó el corazón. A pesar de eso, logró luchar contra su agresor. A sus pies quedó la billetera del sicario, caída durante el forcejeo.

Espinosa murió en el Hospital pero antes alcanzó a decirle a un policía: “Esto lo arreglo yo cuando me cure”. Excéntrico y extrovertido, tenía 52 años y era socio de la pesquera San Isidro junto a Carlos Rocca y Guillermo Schmid, fallecido en 2010. La única testigo del crimen fue Lorena Gabarrús, quien era su pareja y estaba embarazada de mellizos.

El juicio

Tras una prolongada investigación y un fallido juicio en 2011, la presunta responsabilidad del crimen recayó sobre tres imputados: Ademar Araujo, José Domingo Segundo y José Remigio Guevara.

La Fiscalía acusó a Araujo y pidió 18 años de cárcel. La querella de Gabarrús, por su parte, acusó a Segundo, Araujo y Guevara como coautores y solicitó perpetua. El dato es que en la elevación a juicio solamente había presentado cargos contra Segundo y por lo tanto su acusación podría ser declarada nula. En cambio, la querella de Alicia Martinez, primera mujer de Espinosa, quien también solamente había acusado inicialmente a Segundo, en el juicio no presentó cargos por considerar que no hay pruebas.

Las claves

Según las pruebas del expediente, el 24 de enero de 2003 Araujo viajó desde Morón a Puerto Madryn. Se hospedó en el hotel La Posta con un nombre falso, junto a otras dos personas. Y huyeron raudamente la noche del 30 de enero. Según los fiscales, Araujo realizó la inteligencia criminal.

Araujo estaba en Madryn y la billetera con su DNI fue encontrada en el lugar del crimen, bajo el talón derecho de Espinosa. Este hallazgo de pertenencias de Araujo en la escena del crimen fue una de las claves de la acusación efectuada por el fiscal Daniel Báez. “Se alojó en un hospedaje transitorio en Madryn con una identidad falsa y salió intempestivamente la noche del crimen; realizó evidentes tareas de vigilancia, ratificado por las fotos de la vivienda y la empresa de Espinosa secuestradas en su domicilio, junto al testimonio del taxista que indicó que lo llevó a recorrer la zona. Esto, junto a los dichos de los policías a los cuales les reconoció el crimen, son elementos que indudablemente marcan su participación”, indicaron fuentes de la fiscalía.

El abogado de la viuda de Espinosa, Matías Cimadevilla, defendió el testimonio de Gabarrús, quien estaba cerca de Espinosa cuando lo balean y sindicó a Segundo. Pero los defensores la cuestionaron y se preguntaron si realmente Gabarrús vio al agresor de Espinosa. Y argumentan que cambió cuatro veces su declaración en el marco de la causa. En el mismo sentido, incluso el querellante Victorio Fassio, alegó que Gabarrús pudo haber sido “inducida” para culpar a Segundo.

Párrafo aparte merece la actuación de los investigadores iniciales del caso, quienes recibieron duras críticas durante el juicio: testigos falsos, armas plantadas y aprietes fueron algunas de las irregularidades que se ventilaron.

Claudio Corvelli, testigo de la causa, dijo que le pagaron dinero y que hasta le daban drogas para que atestigue falsamente en la etapa de instrucción. El concejal Miguel Antin también indicó irregularidades. Héctor Cuello sumó en estas presuntas irregularidades a Carlos Rocca, exsocio de Espinosa, asegurando que el empresario le ofreció 50 mil dólares para que busque a alguien que acuse a Segundo.#


NOTICIAS RELACIONADAS