Recuerdan un nuevo aniversario de la tragedia del Dique Ameghino

El 19 de septiembre de 2002 un grupo de estudiantes bonaerenses llegó a la villa en un viaje de estudio, pero ocho alumnos y la directora de la escuela murieron en el río Chubut tras desplomarse una pasarela. Familiares de las víctimas realizarán hoy un acto en homenaje a los chicos fallecidos.

18 SEP 2014 - 21:57 | Actualizado

Hoy se cumplen doce años de una tragedia que marcó a Chubut, a pesar de que las víctimas no eran habitantes de nuestra provincia. La muerte de un grupo de alumnos y de la directora de una escuela bonaerense en las aguas del río Chubut el 19 de septiembre de 2002 trascendió la geografía y abrió una herida que a pesar de los años perdura, pero que al mismo tiempo une en el dolor a las familias de Merlo que perdieron a sus hijos, con los habitantes de la villa Dique Florentino Ameghino.

Un grupo de familiares de los chicos fallecidos hace más de una década llegaron ayer al mediodía a la zona para realizar un homenaje en el monumento que recuerda a quienes perdieron la vida en el hecho ocurrido hace doce años, quienes eran en su mayoría alumnos y también la directora de la Escuela Nº 39 Fragata Libertad de la localidad de Libertad, partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires.

El grupo que arribó ayer al aeropuerto “El Tehuelche” de Puerto Madryn está compuesto por cuatro padres, una hermana y otros familiares de los alumnos fallecidos, quienes colocarán hoy una escultura en el lugar que recuerda la tragedia, así como también una ofrenda floral y se realizará la ya tradicional ceremonia de arrojar caramelos al río, para recordar a los niños fallecidos en ese lugar.

La denominada “Tragedia del Dique Ameghino” ocurrió en la mañana del 19 de septiembre de 2002 cuando un contingente de alumnos de la Escuela Nº 39 de Libertad llegó a esa villa, en el marco de un viaje de estudios que realizaban a la provincia del Chubut. Alumnos y docentes subieron a un puente colgante con el aparente fin de sacarse una fotografía, pero la estructura cedió y la pasarela cayó a las aguas del río Chubut. Algunos de los alumnos y profesores fueron rescatados por lugareños, pero otros fallecieron pese a los esfuerzos realizados. En la tragedia murieron Matías Béliz, Daiana Ontivero, Gabriel Mendoza, Tomás Acosta, Walter Caballero, Esteban Bernacia, Jhonatan La Rosa y Valeria Moreno, todos chicos de entre 11 y 13 años de edad, que concurrían a quinto y séptimo grado de esa escuela. También falleció la directora del establecimiento, Graciela Antinucci.

“El alma de nuestros hijos está acá”

Miguel Bernachia es papá de Esteban, uno de los chicos fallecidos en el dique. Hoy su hijo tendría 24 años, pero desde que ocurrió la tragedia, Miguel no deja de venir a Chubut en esta fecha para recordarlo y se ha convertido en un referente del grupo de padres. “Es difícil a veces explicarlo, hay sentimiento de padre, de madre, de abuelos, sacando fuerzas para volver al lugar donde están nuestros hijos, porque lo tomamos así, mucha gente por ahí no nos entiende, pero yo tengo el cuerpo de mi hijo acá, en Buenos Aires, pero el alma está allá y somos varios los papás que pensamos igual”.

Bernachia dijo que la tragedia es “una herida que no cierra, muchos dicen que el tiempo cierra las heridas, pero en nuestro caso no es así, lo vivimos día a día, año a año, mañana se cumplen doce años y la herida está vigente como si fuera el primer día”. Al hablar de su hijo y de la tragedia, comenta que en la actualidad ven “a los compañeros de él, que son padres de familia, son chicos que han estudiado, algunos son profesores de gimnasia, otros han seguido otras carreras y a qué padre no le hubiera gustado ver a su hijo crecer y estudiar; y hay que recordar que ellos vinieron por un viaje de estudios, que era merecido porque eran chicos inteligentes, no como se dijo por ahí que eran negritos de Merlo, eran muy inteligentes e iban a una escuela pública”. Al ser consultado cómo imagina hubiera sido la vida de su hijo hoy, si la tragedia del dique no hubiera truncado su vida, Bernachia dijo: “venimos de una familia policial, tengo algunas fotos, a él le gustaba mucho ser policía, quizás hoy no se qué hubiera elegido, pero él apuntaba mucho para eso, le gustaba la fuerza, el uniforme, ayudar a la gente, era muy amable, seguramente hubiera tenido esa vocación de ser un hombre sano, limpio y de corazón amplio”.

18 SEP 2014 - 21:57

Hoy se cumplen doce años de una tragedia que marcó a Chubut, a pesar de que las víctimas no eran habitantes de nuestra provincia. La muerte de un grupo de alumnos y de la directora de una escuela bonaerense en las aguas del río Chubut el 19 de septiembre de 2002 trascendió la geografía y abrió una herida que a pesar de los años perdura, pero que al mismo tiempo une en el dolor a las familias de Merlo que perdieron a sus hijos, con los habitantes de la villa Dique Florentino Ameghino.

Un grupo de familiares de los chicos fallecidos hace más de una década llegaron ayer al mediodía a la zona para realizar un homenaje en el monumento que recuerda a quienes perdieron la vida en el hecho ocurrido hace doce años, quienes eran en su mayoría alumnos y también la directora de la Escuela Nº 39 Fragata Libertad de la localidad de Libertad, partido de Merlo, Provincia de Buenos Aires.

El grupo que arribó ayer al aeropuerto “El Tehuelche” de Puerto Madryn está compuesto por cuatro padres, una hermana y otros familiares de los alumnos fallecidos, quienes colocarán hoy una escultura en el lugar que recuerda la tragedia, así como también una ofrenda floral y se realizará la ya tradicional ceremonia de arrojar caramelos al río, para recordar a los niños fallecidos en ese lugar.

La denominada “Tragedia del Dique Ameghino” ocurrió en la mañana del 19 de septiembre de 2002 cuando un contingente de alumnos de la Escuela Nº 39 de Libertad llegó a esa villa, en el marco de un viaje de estudios que realizaban a la provincia del Chubut. Alumnos y docentes subieron a un puente colgante con el aparente fin de sacarse una fotografía, pero la estructura cedió y la pasarela cayó a las aguas del río Chubut. Algunos de los alumnos y profesores fueron rescatados por lugareños, pero otros fallecieron pese a los esfuerzos realizados. En la tragedia murieron Matías Béliz, Daiana Ontivero, Gabriel Mendoza, Tomás Acosta, Walter Caballero, Esteban Bernacia, Jhonatan La Rosa y Valeria Moreno, todos chicos de entre 11 y 13 años de edad, que concurrían a quinto y séptimo grado de esa escuela. También falleció la directora del establecimiento, Graciela Antinucci.

“El alma de nuestros hijos está acá”

Miguel Bernachia es papá de Esteban, uno de los chicos fallecidos en el dique. Hoy su hijo tendría 24 años, pero desde que ocurrió la tragedia, Miguel no deja de venir a Chubut en esta fecha para recordarlo y se ha convertido en un referente del grupo de padres. “Es difícil a veces explicarlo, hay sentimiento de padre, de madre, de abuelos, sacando fuerzas para volver al lugar donde están nuestros hijos, porque lo tomamos así, mucha gente por ahí no nos entiende, pero yo tengo el cuerpo de mi hijo acá, en Buenos Aires, pero el alma está allá y somos varios los papás que pensamos igual”.

Bernachia dijo que la tragedia es “una herida que no cierra, muchos dicen que el tiempo cierra las heridas, pero en nuestro caso no es así, lo vivimos día a día, año a año, mañana se cumplen doce años y la herida está vigente como si fuera el primer día”. Al hablar de su hijo y de la tragedia, comenta que en la actualidad ven “a los compañeros de él, que son padres de familia, son chicos que han estudiado, algunos son profesores de gimnasia, otros han seguido otras carreras y a qué padre no le hubiera gustado ver a su hijo crecer y estudiar; y hay que recordar que ellos vinieron por un viaje de estudios, que era merecido porque eran chicos inteligentes, no como se dijo por ahí que eran negritos de Merlo, eran muy inteligentes e iban a una escuela pública”. Al ser consultado cómo imagina hubiera sido la vida de su hijo hoy, si la tragedia del dique no hubiera truncado su vida, Bernachia dijo: “venimos de una familia policial, tengo algunas fotos, a él le gustaba mucho ser policía, quizás hoy no se qué hubiera elegido, pero él apuntaba mucho para eso, le gustaba la fuerza, el uniforme, ayudar a la gente, era muy amable, seguramente hubiera tenido esa vocación de ser un hombre sano, limpio y de corazón amplio”.


NOTICIAS RELACIONADAS