Se viene el año de las grandes definiciones

Leé La Columna del Domingo, la tradicional editorial de la edición dominical de Jornada, con la mejor información política de Chubut.

27 DIC 2014 - 22:21 | Actualizado

El gobernador Martín Buzzi termina su año político mejor de lo que lo comenzó. Inclusive, mejor de lo que propios y extraños presagiaron.

Cuando muchos creían que iba a cerrar 2014 con saldo negativo, el gobernador abrochó varios acuerdos políticos y logró imponer sus posiciones en tres temas claves en la última etapa del año: minería, PASO y democratización de comunas rurales.

Sin que casi nadie lo anticipara, le asestó a la oposición tres golpes políticos contundentes en la Legislatura provincial, esa que siempre le fue esquiva porque el bloque del Frente para la Victoria nunca terminó de convencerse de que era “el oficialismo” y en donde el dasnevismo se había movido siempre de manera inteligente, a pesar de nunca tener la mayoría.

Además, la situación de la economía provincial transcurrió por carriles normales y aunque la baja del petróleo y la puja salarial con los gremios estatales encendió luces amarillas en el tablero, logró surfear las olas más complicadas.

Sin dudas, la crisis en el sector de la Salud es el punto más negativo del año. Aunque cuesta creer que luego del histórico logro del Convenio Colectivo de Trabajo haya volado todo por los aires, lo cierto es que el déficit del servicio sanitario se hizo sentir. La gente necesita mejor servicio de salud y, evidentemente, los responsables de la cartera sanitaria nunca estuvieron totalmente a la altura de las circunstancias. No por nada hubo cuatro ministros en tres años de gestión y ninguno la tuvo fácil. Ni con los gremios ni con los profesionales.

Una mochila pesada

A Buzzi nada le ha resultado sencillo en estos tres años de gestión. Ni su apretado triunfo electoral de 2011, cuando todavía caminaba de la mano con Mario Das Neves, ni ninguno de los casi 1.100 días de gobierno que lleva acumulados, han sido un trámite.

Con el dasnevismo contándole todas y cada una de las costillas desde el primer día, y con buena parte del kirchnerismo local –varios de sus dirigentes, principalmente- mirándolo como sapo de otro pozo, el gobernador ha debido dar exámenes de pertenencia desde el primer día. Y deberá seguir dándolos hasta el 10 de diciembre de 2015.

Tras la dura derrota electoral del Frente para la Victoria en las elecciones legislativas de 2013, no fueron pocos los que preanunciaron un 2014 muy complicado para Buzzi. No faltaron, tampoco, los opositores que echaron a correr la peligrosa versión de una salida anticipada.

Sin embargo, el gobernador echó mano a su mejor arma política: el pragmatismo. Puso y echó a más de cincuenta funcionarios y nunca le tembló la mano. Hizo de su presunta debilidad, una fortaleza. Buzzi ha venido construyendo poder con él mismo y con sus aliados circunstanciales. Una herejía para la política tradicional pero una forma de sobrevivir para un dirigente al que todo le ha costado el triple.

Cambio de clima

Hace un año, pocos veían posible la reelección de Buzzi. Hoy, aunque el poderío electoral de Das Neves sigue dando la impresión de ser invencible, no son pocos los que le asignan chances al gobernador. Al menos, de achicar la brecha y pelearle más de cerca a su mentor político.

El fuerte acto político junto a Daniel Scioli en Trelew, realizado la semana pasada, fue la frutilla del postre para Buzzi. El bonaerense es el principal aspirante a suceder a Cristina Fernández de Kirchner, y a ocho meses de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, esa demostración de sintonía fina les marcó la cancha a muchos dirigentes peronistas de Chubut.

Si el peronismo termina cerrando filas con Buzzi, aún a regañadientes, con candidatos a intendentes fuertes en las principales ciudades, las chances de reelección del gobernador parecen ser más sólidas. Hoy no hay otro dirigente político dentro del peronismo que crea tener una base de sustentación electoral suficiente como para intentar darle lucha interna a Buzzi.

Norberto Yauhar fue el único que dijo en su momento que se lanzaría a la competencia, pero por ahora sólo sigue hablando de generar una opción a Buzzi y sumó a su equipo a Adrián Maderna, con el que piensa darle lucha en las PASO a César Gustavo Mac Karthy, que ya está definido que irá por la intendencia de Trelew.

Que el vicegobernador haya aceptado bajar a la intendencia también es un buen dato para Buzzi. No sólo recompusieron su relación sino que tirarán juntos del mismo carro. Mac Karthy sueña con una buena gestión municipal como la que ya tuvo –gobernó la ciudad entre 2005 y 2011- y que eso le sirva de trampolín para la gobernación en 2019. Tiene tiempo y piensa usarlo.

Otro dirigente de peso en el peronismo, como Néstor Di Pierro, tampoco comulga con la reelección de Buzzi, pero ya ha dicho que si finalmente es el candidato, no pondrá obstáculos y se sumará. El “Tano” no piensa en su reelección. Algo desgastado por su estado de salud, piensa en un destino legislativo nacional a partir de 2015. Aspira a que cuando Cristina Fernández de Kirchner arme las listas de legisladores nacionales en todos y cada uno de los distritos, su nombre sea incluido para el Senado. Pero para eso falta.

El desafío de Das Neves

Si las elecciones fuesen hoy, nadie duda que Mario Das Neves sería electo como gobernador de Chubut. Pero las elecciones serán el 25 de octubre y con mucho contexto nacional. Este es el punto que siembra dudas sobre lo que realmente ocurrirá el día que los chubutenses entren al cuarto oscuro.

El exgobernador sigue siendo el político con mejor imagen y mayor intención de voto en Chubut. Pero el 25 de octubre, si no hay cambios en su estrategia electoral, deberá ir en la boleta con Sergio Massa, que hoy no está en su mejor momento y la mayoría de las encuestas a nivel nacional lo ubican tercero, detrás de Scioli y Mauricio Macri. Inclusive en Chubut, en donde una encuesta de hace pocos meses ubicó al candidato del PRO por encima de todos.

Los antikirchneristas parecen inclinarse cada vez más por un candidato de derecha como Macri que por un “marketinero” como Massa. Por ahora, al de Tigre no le alcanza con la campaña ideada por su publicista estrella, Ramiro Agulla, el mismo que utilizó Fernando De la Rúa antes de huir despavoridamente de la Casa Rosada en helicóptero.

Tampoco los cierres locales de Das Neves le están dando los frutos que esperaba. Hoy, ninguno de sus precandidatos a intendentes en las grandes ciudades le garantiza el triunfo. Tanto, que el propio Das Neves debió ponerse al hombro las mochilas de varios y reforzar sus caminatas por todos los rincones de Chubut, algo que nadie sabe hacerlo como él.

Con este panorama, si los números de varios de sus candidatos no cambian, Das Neves deberá esperar que la “ola verde” –tal los colores que eligió para identificarse- logre imponerse a la “ola naranja” o del color que sea. Y para que eso suceda, es posible que además de pulseras haya que repartir tijeras.

De cualquier modo, estos ocho meses hasta las PASO, en las que Das Neves tendrá su primera encuesta en tiempo real para saber qué podrá depararle las generales de octubre, serán claves.

No hay otro político en Chubut que pueda manejar el vínculo con la gente como lo hace Das Neves. Y si hay que remontar alguna cuesta para arrastrar a sus candidatos, lo hará como muchas otras veces, a fondo y caiga quien caiga. Y si alguien quiere ganarle, deberá sudar la camiseta desde el primero hasta el último día.

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27 DIC 2014 - 22:21

El gobernador Martín Buzzi termina su año político mejor de lo que lo comenzó. Inclusive, mejor de lo que propios y extraños presagiaron.

Cuando muchos creían que iba a cerrar 2014 con saldo negativo, el gobernador abrochó varios acuerdos políticos y logró imponer sus posiciones en tres temas claves en la última etapa del año: minería, PASO y democratización de comunas rurales.

Sin que casi nadie lo anticipara, le asestó a la oposición tres golpes políticos contundentes en la Legislatura provincial, esa que siempre le fue esquiva porque el bloque del Frente para la Victoria nunca terminó de convencerse de que era “el oficialismo” y en donde el dasnevismo se había movido siempre de manera inteligente, a pesar de nunca tener la mayoría.

Además, la situación de la economía provincial transcurrió por carriles normales y aunque la baja del petróleo y la puja salarial con los gremios estatales encendió luces amarillas en el tablero, logró surfear las olas más complicadas.

Sin dudas, la crisis en el sector de la Salud es el punto más negativo del año. Aunque cuesta creer que luego del histórico logro del Convenio Colectivo de Trabajo haya volado todo por los aires, lo cierto es que el déficit del servicio sanitario se hizo sentir. La gente necesita mejor servicio de salud y, evidentemente, los responsables de la cartera sanitaria nunca estuvieron totalmente a la altura de las circunstancias. No por nada hubo cuatro ministros en tres años de gestión y ninguno la tuvo fácil. Ni con los gremios ni con los profesionales.

Una mochila pesada

A Buzzi nada le ha resultado sencillo en estos tres años de gestión. Ni su apretado triunfo electoral de 2011, cuando todavía caminaba de la mano con Mario Das Neves, ni ninguno de los casi 1.100 días de gobierno que lleva acumulados, han sido un trámite.

Con el dasnevismo contándole todas y cada una de las costillas desde el primer día, y con buena parte del kirchnerismo local –varios de sus dirigentes, principalmente- mirándolo como sapo de otro pozo, el gobernador ha debido dar exámenes de pertenencia desde el primer día. Y deberá seguir dándolos hasta el 10 de diciembre de 2015.

Tras la dura derrota electoral del Frente para la Victoria en las elecciones legislativas de 2013, no fueron pocos los que preanunciaron un 2014 muy complicado para Buzzi. No faltaron, tampoco, los opositores que echaron a correr la peligrosa versión de una salida anticipada.

Sin embargo, el gobernador echó mano a su mejor arma política: el pragmatismo. Puso y echó a más de cincuenta funcionarios y nunca le tembló la mano. Hizo de su presunta debilidad, una fortaleza. Buzzi ha venido construyendo poder con él mismo y con sus aliados circunstanciales. Una herejía para la política tradicional pero una forma de sobrevivir para un dirigente al que todo le ha costado el triple.

Cambio de clima

Hace un año, pocos veían posible la reelección de Buzzi. Hoy, aunque el poderío electoral de Das Neves sigue dando la impresión de ser invencible, no son pocos los que le asignan chances al gobernador. Al menos, de achicar la brecha y pelearle más de cerca a su mentor político.

El fuerte acto político junto a Daniel Scioli en Trelew, realizado la semana pasada, fue la frutilla del postre para Buzzi. El bonaerense es el principal aspirante a suceder a Cristina Fernández de Kirchner, y a ocho meses de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, esa demostración de sintonía fina les marcó la cancha a muchos dirigentes peronistas de Chubut.

Si el peronismo termina cerrando filas con Buzzi, aún a regañadientes, con candidatos a intendentes fuertes en las principales ciudades, las chances de reelección del gobernador parecen ser más sólidas. Hoy no hay otro dirigente político dentro del peronismo que crea tener una base de sustentación electoral suficiente como para intentar darle lucha interna a Buzzi.

Norberto Yauhar fue el único que dijo en su momento que se lanzaría a la competencia, pero por ahora sólo sigue hablando de generar una opción a Buzzi y sumó a su equipo a Adrián Maderna, con el que piensa darle lucha en las PASO a César Gustavo Mac Karthy, que ya está definido que irá por la intendencia de Trelew.

Que el vicegobernador haya aceptado bajar a la intendencia también es un buen dato para Buzzi. No sólo recompusieron su relación sino que tirarán juntos del mismo carro. Mac Karthy sueña con una buena gestión municipal como la que ya tuvo –gobernó la ciudad entre 2005 y 2011- y que eso le sirva de trampolín para la gobernación en 2019. Tiene tiempo y piensa usarlo.

Otro dirigente de peso en el peronismo, como Néstor Di Pierro, tampoco comulga con la reelección de Buzzi, pero ya ha dicho que si finalmente es el candidato, no pondrá obstáculos y se sumará. El “Tano” no piensa en su reelección. Algo desgastado por su estado de salud, piensa en un destino legislativo nacional a partir de 2015. Aspira a que cuando Cristina Fernández de Kirchner arme las listas de legisladores nacionales en todos y cada uno de los distritos, su nombre sea incluido para el Senado. Pero para eso falta.

El desafío de Das Neves

Si las elecciones fuesen hoy, nadie duda que Mario Das Neves sería electo como gobernador de Chubut. Pero las elecciones serán el 25 de octubre y con mucho contexto nacional. Este es el punto que siembra dudas sobre lo que realmente ocurrirá el día que los chubutenses entren al cuarto oscuro.

El exgobernador sigue siendo el político con mejor imagen y mayor intención de voto en Chubut. Pero el 25 de octubre, si no hay cambios en su estrategia electoral, deberá ir en la boleta con Sergio Massa, que hoy no está en su mejor momento y la mayoría de las encuestas a nivel nacional lo ubican tercero, detrás de Scioli y Mauricio Macri. Inclusive en Chubut, en donde una encuesta de hace pocos meses ubicó al candidato del PRO por encima de todos.

Los antikirchneristas parecen inclinarse cada vez más por un candidato de derecha como Macri que por un “marketinero” como Massa. Por ahora, al de Tigre no le alcanza con la campaña ideada por su publicista estrella, Ramiro Agulla, el mismo que utilizó Fernando De la Rúa antes de huir despavoridamente de la Casa Rosada en helicóptero.

Tampoco los cierres locales de Das Neves le están dando los frutos que esperaba. Hoy, ninguno de sus precandidatos a intendentes en las grandes ciudades le garantiza el triunfo. Tanto, que el propio Das Neves debió ponerse al hombro las mochilas de varios y reforzar sus caminatas por todos los rincones de Chubut, algo que nadie sabe hacerlo como él.

Con este panorama, si los números de varios de sus candidatos no cambian, Das Neves deberá esperar que la “ola verde” –tal los colores que eligió para identificarse- logre imponerse a la “ola naranja” o del color que sea. Y para que eso suceda, es posible que además de pulseras haya que repartir tijeras.

De cualquier modo, estos ocho meses hasta las PASO, en las que Das Neves tendrá su primera encuesta en tiempo real para saber qué podrá depararle las generales de octubre, serán claves.

No hay otro político en Chubut que pueda manejar el vínculo con la gente como lo hace Das Neves. Y si hay que remontar alguna cuesta para arrastrar a sus candidatos, lo hará como muchas otras veces, a fondo y caiga quien caiga. Y si alguien quiere ganarle, deberá sudar la camiseta desde el primero hasta el último día.


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