El acuerdo con Irán genera mucha esperanza en Occidente

Que se haya firmado un acuerdo preliminar entre Irán y el Grupo 5+1 para que Teherán renuncie a enriquecer uranio con fines militares no significa que el país persa pueda ser tomado como un socio confiable de Occidente.

05 ABR 2015 - 11:31 | Actualizado

Escribe: Alberto Galeano (especial para Télam)

Pero constituye un paso adelante para estabilizar en el futuro el mapa de Medio Oriente y un éxito para la política exterior del presidente estadounidense, Barack Obama, quien ahora deberá enfrentar las críticas de los republicanos y de algunos demócratas en el Congreso controlado por la oposición.

De todos modos, es prematuro saber los alcances que tendrá el documento definitivo que debe firmarse antes del 30 de junio entre Irán y los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, formado por Estados Unidos, Francia, China, Rusia y el Reino Unido, más Alemania, después de más de una década de arduas negociaciones.

El principal critico del acuerdo es el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien sigue dudando de las buenas intenciones del gobierno persa encabezado por el moderado Hassan Rohani, probablemente porque recuerda una polémica declaración del ex presidente Mahmud Ahmadinejad cuando, a fines de octubre de 2005, el ahora ex mandatario sugirió "borrar del mapa a Israel".

Obsesionado con la posibilidad de que Teherán construya una bomba atómica, Netanyahu pidió que cualquier acuerdo incluya un reconocimiento "claro y sin ambigüedades por parte de Irán del derecho de Israel a existir".

Después de advertir ante el Congreso de Estados Unidos sobre los riesgos que implicaría firmar un "mal acuerdo" con Irán, Netanyahu se ha convertido en uno de los principales críticos del presidente Obama.

El primer presidente negro de la Unión parece seguir los pasos de sus antecesores en la Casa Blanca, ya que Ronald Reagan firmó varios acuerdos sobre armas nucleares con la ex Unión Soviética y Richard Nixon restableció las relaciones diplomáticas entre Washington y Beijing.

Las negociaciones entre el Grupo 5+1 e Irán han logrado algo impensado años atrás: empezar a cicatrizar las relaciones entre Estados Unidos y Teherán, treinta y cinco años después de la toma de la embajada norteamericana en la capital iraní, bajo el gobierno de Jimmy Carter.

El acuerdo con el principal país chiíta de Medio Oriente, paradójicamente beneficiado en la región por la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein, podría repercutir en la relación de fuerza de Medio Oriente, donde Irán apoya a Siria y a las milicias de Hezbollah en Líbano.

Aún quedan algunos asuntos importantes por resolver, como es el levantamiento de las sanciones comerciales por parte de las Naciones Unidas, si los inspectores verifican que efectivamente Teherán ha cumplido con lo acordado, para que este país se reintegre a la comunidad internacional.

Lo concreto es que el acuerdo hará retroceder a Irán lo suficientemente para que no pueda producir un arma nuclear. En caso contrario, las potencias mundiales tendrían por lo menos un año para tomar acciones preventivas, incluyendo la reimplantación de las sanciones comerciales dispuestas por la ONU, la Unión Europea y la Casa Blanca.

A cambio, Irán podría reactivar su deteriorada economía mediante exportaciones de petróleo, ya que es uno de los principales productores de crudo a nivel mundial.

A pesar de su mala relación con Occidente, el país persa pasó de tener unas 3.000 centrifugadoras en 2007 a un total de 19.000 en la actualidad. Con el presente acuerdo, esta capacidad se reducirá a dos terceras partes, o sea que tendrá unas 6.000 centrifugadoras, mientras que la única instalación permitida para enriquecer uranio al 3,7 % será la central de Natanz, en el centro del país.

También el gigantesco sitio subterráneo, conocido como Fordo, que Israel y algunos funcionarios estadounidenses temen que no pueda ser afectado por ataques aéreos, se convertirá en un avanzado centro de producción de isotopos médicos.

"¿Qué es este acuerdo?", se preguntó el diario británico The Guardian en un artículo editorial.

"¿Se bloquean para siempre la fabricación de armas atómicas? La respuesta tiene que ser no", se pregunta.

A pesar de las dudas que existen, el documento preliminar fue recibido con mucho optimismo por el gobierno de Obama y también por el gobierno ruso del presidente Vladimir Putin.

Pero provocó desconfianza en el reino de Arabia Saudita, que la semana pasada inició una serie de bombardeos en Yemen contra los rebeldes chiítas hutíes que ocuparon la capital, Saná, y pretenden controlar ese país.

En este marco, las declaraciones del presidente iraní Rohani -que afirmó que su país puede cooperar con Occidente- generaron optimismo entre los negociadores que salieron victoriosos luego de ocho días en Lausana, Suiza.

Quizá no sea el mejor documento que se podría lograr con Irán, pero es un acuerdo preliminar que -sin duda- valoriza el rol de la diplomacia ante el horror de la guerra o los efectos de las armas nucleares.

Por eso también hubo festejos en las calles de Teherán.

05 ABR 2015 - 11:31

Escribe: Alberto Galeano (especial para Télam)

Pero constituye un paso adelante para estabilizar en el futuro el mapa de Medio Oriente y un éxito para la política exterior del presidente estadounidense, Barack Obama, quien ahora deberá enfrentar las críticas de los republicanos y de algunos demócratas en el Congreso controlado por la oposición.

De todos modos, es prematuro saber los alcances que tendrá el documento definitivo que debe firmarse antes del 30 de junio entre Irán y los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, formado por Estados Unidos, Francia, China, Rusia y el Reino Unido, más Alemania, después de más de una década de arduas negociaciones.

El principal critico del acuerdo es el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien sigue dudando de las buenas intenciones del gobierno persa encabezado por el moderado Hassan Rohani, probablemente porque recuerda una polémica declaración del ex presidente Mahmud Ahmadinejad cuando, a fines de octubre de 2005, el ahora ex mandatario sugirió "borrar del mapa a Israel".

Obsesionado con la posibilidad de que Teherán construya una bomba atómica, Netanyahu pidió que cualquier acuerdo incluya un reconocimiento "claro y sin ambigüedades por parte de Irán del derecho de Israel a existir".

Después de advertir ante el Congreso de Estados Unidos sobre los riesgos que implicaría firmar un "mal acuerdo" con Irán, Netanyahu se ha convertido en uno de los principales críticos del presidente Obama.

El primer presidente negro de la Unión parece seguir los pasos de sus antecesores en la Casa Blanca, ya que Ronald Reagan firmó varios acuerdos sobre armas nucleares con la ex Unión Soviética y Richard Nixon restableció las relaciones diplomáticas entre Washington y Beijing.

Las negociaciones entre el Grupo 5+1 e Irán han logrado algo impensado años atrás: empezar a cicatrizar las relaciones entre Estados Unidos y Teherán, treinta y cinco años después de la toma de la embajada norteamericana en la capital iraní, bajo el gobierno de Jimmy Carter.

El acuerdo con el principal país chiíta de Medio Oriente, paradójicamente beneficiado en la región por la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 para derrocar a Saddam Hussein, podría repercutir en la relación de fuerza de Medio Oriente, donde Irán apoya a Siria y a las milicias de Hezbollah en Líbano.

Aún quedan algunos asuntos importantes por resolver, como es el levantamiento de las sanciones comerciales por parte de las Naciones Unidas, si los inspectores verifican que efectivamente Teherán ha cumplido con lo acordado, para que este país se reintegre a la comunidad internacional.

Lo concreto es que el acuerdo hará retroceder a Irán lo suficientemente para que no pueda producir un arma nuclear. En caso contrario, las potencias mundiales tendrían por lo menos un año para tomar acciones preventivas, incluyendo la reimplantación de las sanciones comerciales dispuestas por la ONU, la Unión Europea y la Casa Blanca.

A cambio, Irán podría reactivar su deteriorada economía mediante exportaciones de petróleo, ya que es uno de los principales productores de crudo a nivel mundial.

A pesar de su mala relación con Occidente, el país persa pasó de tener unas 3.000 centrifugadoras en 2007 a un total de 19.000 en la actualidad. Con el presente acuerdo, esta capacidad se reducirá a dos terceras partes, o sea que tendrá unas 6.000 centrifugadoras, mientras que la única instalación permitida para enriquecer uranio al 3,7 % será la central de Natanz, en el centro del país.

También el gigantesco sitio subterráneo, conocido como Fordo, que Israel y algunos funcionarios estadounidenses temen que no pueda ser afectado por ataques aéreos, se convertirá en un avanzado centro de producción de isotopos médicos.

"¿Qué es este acuerdo?", se preguntó el diario británico The Guardian en un artículo editorial.

"¿Se bloquean para siempre la fabricación de armas atómicas? La respuesta tiene que ser no", se pregunta.

A pesar de las dudas que existen, el documento preliminar fue recibido con mucho optimismo por el gobierno de Obama y también por el gobierno ruso del presidente Vladimir Putin.

Pero provocó desconfianza en el reino de Arabia Saudita, que la semana pasada inició una serie de bombardeos en Yemen contra los rebeldes chiítas hutíes que ocuparon la capital, Saná, y pretenden controlar ese país.

En este marco, las declaraciones del presidente iraní Rohani -que afirmó que su país puede cooperar con Occidente- generaron optimismo entre los negociadores que salieron victoriosos luego de ocho días en Lausana, Suiza.

Quizá no sea el mejor documento que se podría lograr con Irán, pero es un acuerdo preliminar que -sin duda- valoriza el rol de la diplomacia ante el horror de la guerra o los efectos de las armas nucleares.

Por eso también hubo festejos en las calles de Teherán.


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