Francia: ruptura total entre Marine Le Pen y su padre

Tras las últimas declaraciones xenófobas y pronazis del fundador del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, su hija Marine rompió con el patriarca e impedirá que encabece una lista en las elecciones regionales de diciembre, que la agrupación ve como promisorias.

08 ABR 2015 - 12:07 | Actualizado

En un comunicado de prensa, Marine ratificó el cisma final. "Su único objetivo es perjudicarme", afirmó en referencia a su padre, y lo acusó de "tomar de rehén" al FN, al que llevó a una "crisis sin precedentes", según declaró además en un reportaje a Le Monde.

Previamente, el muy mediático secretario general y segundo al mando en el FN, Florian Philippot (que por primera vez fue objeto de una crítica directa del veterano fundador), emitió un tuit donde decía que la escisión era "total y definitiva".

En el comunicado, Marine Le Pen, de 46 años, anticipó que durante la próxima reunión del comité ejecutivo partidario impedirá, "con profunda tristeza", que su padre, de 86 años, encabece la lista de candidatos en la región Provence-Alpes-Côte d'Azur en los comicios regionales de diciembre.

Hace ya una semana que el matutino de derecha Le Figaro adelantaba que para ese cargo Marine Le Pen prefería a la diputada por Vaucluse, Marion Maréchal Le Pen.

Marine Le Pen responde así a una corriente de opinión interna del FN en la que algunos dirigentes, como por ejemplo Gilbert Collard, llegaron a declarar hoy que estarían "encantados de que Jean-Marie Le Pen dejara de ser el presidente honorario", después de afirmar por la BFM TV que acaba de entrar al "museo de cera".

El vicepresidente del FN, Louis Allot, también expresó su furia en Twitter, donde dijo que sus desacuerdos políticos con Le Pen padre son "a partir de ahora, irreconciliables".

Por su parte, en declaraciones a la radio "RTL", Jean-Marie afirmó que "la libertad de pensamiento y de expresión son bienes preciosos que el FN debe defender".

El antes idolatrado y ahora repudiado fundador ironizó además, según su afilada costumbre, pero esta vez contra su hija: "Si ya no defiende" esos bienes "la señora Le Pen debe preguntarse si lo que hace es útil a la causa que pretende servir".

En las elecciones de mayo pasado al Parlamento Europeo (PE), Provence-Alpes-Côte d'Azur brindó un tercio de sus votos a Jean-Marie, que integra la asamblea regional desde 1992 e inició su carrera en 1958 en la capital regional, Marsella, donde muchos intereses se sentían entonces jaqueados por la liberación de Argelia.

Su carismática hija busca suplantar con consignas eurofóbicas -en medio de una crisis en la que muchos piensan que Francia estaría mejor fuera de la eurozona- la reivindicación de los colaboracionistas con la invasión nazi, que desde el inicio enquistó al FN su inconmovible padre.

Cuando fundó el partido en 1972, Jean-Marie retomó la vieja tradición de la derecha francesa: catolicismo integrista, antisemitismo, patriotismo revanchista, virulento anticomunismo. En consecuencia, reivindicó el colaboracionismo con la invasión nazi de Mariscal Pétain desde Vichy, en su tiempo no tan impopular .

Gracias a la desvinculación con ese pasado, el FN recoge hoy el voto descontento con la unidad europea, a la que acusa por la creciente crisis que aqueja a Francia.

El resultado fue prometedor: en las europarlamentarias recogió entre cuatro y cinco millones de votos que lo colocaron como la fuerza más votada.

Las permanentes salidas de tono del fundador, que se garantizó el cargo de presidente de honor cuando cedió las riendas a su hija, a quien defendió frente a otros barones que pretendían el puesto, pesaban cada vez más en contra de esa estrategia, recordó la agencia de noticias EFE.

La semana pasada, Jean-Marie llegó al borde de derramar la copa cuando repitió que las cámaras de gas con las que el régimen nazi quiso exterminar a los judíos de Europa no eran más que "un detalle" de la historia, declaraciones por las que la Justicia ya lo había condenado en 1997.

Esta semana, finalmente, la derramó en una entrevista al periódico ultraderechista extremo "Rivarol", en la que defendió a Pétain y atacó al primer ministro, Manuel Valls, por haber nacido en España y nacionalizarse francés a los 20 años.

"Estamos dirigidos por inmigrantes", afirmó, y agregó: "Valls es francés desde hace 30 años y yo desde hace mil ¿Cuál es su auténtica vinculación con Francia? ¿Este inmigrante quiere cambiarlo todo?"

Varios dirigentes del partido pidieron inmediatamente su exclusión, y ahora que se consumó lo único que queda por saber es si el ala más tradicional del FN seguirá al líder histórico o se plegará a la nueva dirección renovadora.

Es decir, queda por verse si tiene o no tiene razón el líder de los socialistas, Jean-Christophe Cambadelis, para quien el veterano excomulgado "dice en voz alta lo que el partido piensa en sordina".

08 ABR 2015 - 12:07

En un comunicado de prensa, Marine ratificó el cisma final. "Su único objetivo es perjudicarme", afirmó en referencia a su padre, y lo acusó de "tomar de rehén" al FN, al que llevó a una "crisis sin precedentes", según declaró además en un reportaje a Le Monde.

Previamente, el muy mediático secretario general y segundo al mando en el FN, Florian Philippot (que por primera vez fue objeto de una crítica directa del veterano fundador), emitió un tuit donde decía que la escisión era "total y definitiva".

En el comunicado, Marine Le Pen, de 46 años, anticipó que durante la próxima reunión del comité ejecutivo partidario impedirá, "con profunda tristeza", que su padre, de 86 años, encabece la lista de candidatos en la región Provence-Alpes-Côte d'Azur en los comicios regionales de diciembre.

Hace ya una semana que el matutino de derecha Le Figaro adelantaba que para ese cargo Marine Le Pen prefería a la diputada por Vaucluse, Marion Maréchal Le Pen.

Marine Le Pen responde así a una corriente de opinión interna del FN en la que algunos dirigentes, como por ejemplo Gilbert Collard, llegaron a declarar hoy que estarían "encantados de que Jean-Marie Le Pen dejara de ser el presidente honorario", después de afirmar por la BFM TV que acaba de entrar al "museo de cera".

El vicepresidente del FN, Louis Allot, también expresó su furia en Twitter, donde dijo que sus desacuerdos políticos con Le Pen padre son "a partir de ahora, irreconciliables".

Por su parte, en declaraciones a la radio "RTL", Jean-Marie afirmó que "la libertad de pensamiento y de expresión son bienes preciosos que el FN debe defender".

El antes idolatrado y ahora repudiado fundador ironizó además, según su afilada costumbre, pero esta vez contra su hija: "Si ya no defiende" esos bienes "la señora Le Pen debe preguntarse si lo que hace es útil a la causa que pretende servir".

En las elecciones de mayo pasado al Parlamento Europeo (PE), Provence-Alpes-Côte d'Azur brindó un tercio de sus votos a Jean-Marie, que integra la asamblea regional desde 1992 e inició su carrera en 1958 en la capital regional, Marsella, donde muchos intereses se sentían entonces jaqueados por la liberación de Argelia.

Su carismática hija busca suplantar con consignas eurofóbicas -en medio de una crisis en la que muchos piensan que Francia estaría mejor fuera de la eurozona- la reivindicación de los colaboracionistas con la invasión nazi, que desde el inicio enquistó al FN su inconmovible padre.

Cuando fundó el partido en 1972, Jean-Marie retomó la vieja tradición de la derecha francesa: catolicismo integrista, antisemitismo, patriotismo revanchista, virulento anticomunismo. En consecuencia, reivindicó el colaboracionismo con la invasión nazi de Mariscal Pétain desde Vichy, en su tiempo no tan impopular .

Gracias a la desvinculación con ese pasado, el FN recoge hoy el voto descontento con la unidad europea, a la que acusa por la creciente crisis que aqueja a Francia.

El resultado fue prometedor: en las europarlamentarias recogió entre cuatro y cinco millones de votos que lo colocaron como la fuerza más votada.

Las permanentes salidas de tono del fundador, que se garantizó el cargo de presidente de honor cuando cedió las riendas a su hija, a quien defendió frente a otros barones que pretendían el puesto, pesaban cada vez más en contra de esa estrategia, recordó la agencia de noticias EFE.

La semana pasada, Jean-Marie llegó al borde de derramar la copa cuando repitió que las cámaras de gas con las que el régimen nazi quiso exterminar a los judíos de Europa no eran más que "un detalle" de la historia, declaraciones por las que la Justicia ya lo había condenado en 1997.

Esta semana, finalmente, la derramó en una entrevista al periódico ultraderechista extremo "Rivarol", en la que defendió a Pétain y atacó al primer ministro, Manuel Valls, por haber nacido en España y nacionalizarse francés a los 20 años.

"Estamos dirigidos por inmigrantes", afirmó, y agregó: "Valls es francés desde hace 30 años y yo desde hace mil ¿Cuál es su auténtica vinculación con Francia? ¿Este inmigrante quiere cambiarlo todo?"

Varios dirigentes del partido pidieron inmediatamente su exclusión, y ahora que se consumó lo único que queda por saber es si el ala más tradicional del FN seguirá al líder histórico o se plegará a la nueva dirección renovadora.

Es decir, queda por verse si tiene o no tiene razón el líder de los socialistas, Jean-Christophe Cambadelis, para quien el veterano excomulgado "dice en voz alta lo que el partido piensa en sordina".


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