Djokovic y Federer se citan otra vez en Wimbledon

El número uno del mundo tachó al francés Gasquet, el único semifinalista que no ganó en el césped londinense, en sets corridos: 7-6 (2), 6-4 y 6-4 y chocará el domingo con el suizo, que barrió al local Murray por 7-5, 7-5 y 6-4.

10 JUL 2015 - 12:00 | Actualizado

Con autoridad, gran pulso y determinación, Roger Federer derrotó a Andy Murray por 7-5, 7-5 y 6-4 y llegó a su décima definición en La Catedral del tenis, en busca de ampliar el récord y llegar a 18 coronas de Grand Slam. Más temprano, con contundencia y muy buen juego, Novak Djokovic hizo todo bien en su cruce ante Richard Gasquet, se impuso por 7-6 (2), 6-4 y 6-4 y se clasificó a la final de Wimbledon por cuarta vez en su carrera.

Federer había arribado implacable al servicio, con un quiebre en contra en cinco rondas. Fue un interesante desafío para uno de los jugadores con mejor devolución en el circuito, como el británico. Pero la batalla entre dos especialistas en pasto quedó en poder del suizo, que apunta a su octavo título en Londres y así superar la marca tope de siete que por ahora comparte con el estadounidense de Pete Sampras.

El vencedor se instaló en su 26ª definición en los grandes torneos, lo que es récord histórico, a la vez que llegó a la final Nº131 de toda su carrera profesional. Tanto Federer como Murray llegaban invictos en pasto en la temporada, con títulos previos en Halle y Queen's, respectivamente. Y la racha se le cortó, con este partido, al anfitrión.

En primer turno, Djokovic se quedó con el primer parcial en el último suspiro. Tras pasar de estar 2-0 al 2-2, el juego de Gasquet fue en ascenso -apenas 5 errores no forzados en el set- y se estableció un duelo reñido y de alto nivel. Sin embargo, el serbio tuvo mejor pulso en el cierre y ganó cinco puntos seguidos en el tiebreak para imponerse por 7-2. Su agresividad, sus contantes subidas a la red -subió en 16 puntos- y su efectividad con el saque, las claves para el 7-6 en 55 minutos.

Con envión, el N°1 del mundo marcó distancia en el inicio de la segunda manga. Dos golpes precisos que incidieron en el andar: quiebre en el primer game y doble break point levantado en el 2-1. Con el saque como aliado para salir de momentos tensos, ante un Gasquet tal vez un poco más agotado -y también desmoralizado- a raíz del trajín que vivió con Wawrinka hace dos días, Nole empezó a poner una sentencia con una ventaja de dos sets.

Todo sobre rieles para Djokovic, que sintió de cerca un nuevo boleto a la final de Wimbledon. Y más aún con un certero quiebre en el tercer game. La historia empezó a escribir su final. El serbio siguió con su plan de juego, ofensivo y con muchísimas subidas a la red -39 en todo el partido-. Gasquet, por su lado, con pocas respuestas desde la devolución, con apenas cinco puntos ganados en el set.

El serbio lo pudo haber liquidado en el 5-3, pero el francés sacó adelante dos puntos de partido; acto seguido, con su servicio, pase a la final y a la espera de Federer. Por eso, se repetirá el domingo la final de Wimbledon 2014. Hace 12 meses, el serbio superó al suizo por 6-4 en el quinto set. Se viene, entonces, otra guerra terrible en el All England Club, para disfrutar, sufrir y emocionarse. Sin ninguna duda.

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10 JUL 2015 - 12:00

Con autoridad, gran pulso y determinación, Roger Federer derrotó a Andy Murray por 7-5, 7-5 y 6-4 y llegó a su décima definición en La Catedral del tenis, en busca de ampliar el récord y llegar a 18 coronas de Grand Slam. Más temprano, con contundencia y muy buen juego, Novak Djokovic hizo todo bien en su cruce ante Richard Gasquet, se impuso por 7-6 (2), 6-4 y 6-4 y se clasificó a la final de Wimbledon por cuarta vez en su carrera.

Federer había arribado implacable al servicio, con un quiebre en contra en cinco rondas. Fue un interesante desafío para uno de los jugadores con mejor devolución en el circuito, como el británico. Pero la batalla entre dos especialistas en pasto quedó en poder del suizo, que apunta a su octavo título en Londres y así superar la marca tope de siete que por ahora comparte con el estadounidense de Pete Sampras.

El vencedor se instaló en su 26ª definición en los grandes torneos, lo que es récord histórico, a la vez que llegó a la final Nº131 de toda su carrera profesional. Tanto Federer como Murray llegaban invictos en pasto en la temporada, con títulos previos en Halle y Queen's, respectivamente. Y la racha se le cortó, con este partido, al anfitrión.

En primer turno, Djokovic se quedó con el primer parcial en el último suspiro. Tras pasar de estar 2-0 al 2-2, el juego de Gasquet fue en ascenso -apenas 5 errores no forzados en el set- y se estableció un duelo reñido y de alto nivel. Sin embargo, el serbio tuvo mejor pulso en el cierre y ganó cinco puntos seguidos en el tiebreak para imponerse por 7-2. Su agresividad, sus contantes subidas a la red -subió en 16 puntos- y su efectividad con el saque, las claves para el 7-6 en 55 minutos.

Con envión, el N°1 del mundo marcó distancia en el inicio de la segunda manga. Dos golpes precisos que incidieron en el andar: quiebre en el primer game y doble break point levantado en el 2-1. Con el saque como aliado para salir de momentos tensos, ante un Gasquet tal vez un poco más agotado -y también desmoralizado- a raíz del trajín que vivió con Wawrinka hace dos días, Nole empezó a poner una sentencia con una ventaja de dos sets.

Todo sobre rieles para Djokovic, que sintió de cerca un nuevo boleto a la final de Wimbledon. Y más aún con un certero quiebre en el tercer game. La historia empezó a escribir su final. El serbio siguió con su plan de juego, ofensivo y con muchísimas subidas a la red -39 en todo el partido-. Gasquet, por su lado, con pocas respuestas desde la devolución, con apenas cinco puntos ganados en el set.

El serbio lo pudo haber liquidado en el 5-3, pero el francés sacó adelante dos puntos de partido; acto seguido, con su servicio, pase a la final y a la espera de Federer. Por eso, se repetirá el domingo la final de Wimbledon 2014. Hace 12 meses, el serbio superó al suizo por 6-4 en el quinto set. Se viene, entonces, otra guerra terrible en el All England Club, para disfrutar, sufrir y emocionarse. Sin ninguna duda.


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