Entre reproches, EEUU y Rusia abordarán la crisis siria

Estados Unidos y Rusia cruzaron hoy acusaciones por sus sendas ofensivas militares contra el Estado Islámico (EI) en Siria, en la víspera de la reunión que sus cancilleres mantendrán mañana en Viena para discutir la posibilidad de una solución política para el conflicto armado en ese devastado país árabe.

JF Kerry y Serguei Lavrov. Secretos (de Estado) en voz baja.
22 OCT 2015 - 18:35 | Actualizado

La reunión, a la que luego se sumarán los cancilleres de Turquía y Arabia Saudita, será la primera entre los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y rusa, Serguei Lavrov, desde que Moscú comenzara a bombardear a pedido del gobierno de Siria a los islamistas del EI en ese país árabe, el 30 de septiembre.

La ofensiva rusa cayó mal en Washington y entre los aliados de Estados Unidos, quienes hace más de un año bombardean desde el aire las posiciones del EI en Siria, al mismo tiempo que apoyan con armas y dinero a otros grupos rebeldes que pelean para derrocar al gobierno de Bashar al Assad.

El primero en plantar hoy su posición antes de la reunión de Viena fue el presidente ruso, Vladimir Putin, al afirmar que la campaña de bombardeos aéreos de Estados Unidos ha fracasado en su intento por destruir al EI en Siria porque Washington realiza un "doble juego", según la agencia de noticias EFE.

"Siempre es difícil llevar adelante un doble juego. Declarar la guerra a los terroristas y, al mismo tiempo, utilizarlos ... para sus propios intereses", denunció Putin en un foro público en la localidad rusa de Sochi, sobre el mar Negro.

Además, el mandatario ruso volvió a reafirmar su apoyo a Al Assad y condenó a los líderes de las potencias occidentales que piden su salida del poder desde el principio de la guerra civil que comenzó en marzo de 2011 y ya provocó más de 250.000 muertos.

"¿Cómo podemos decidir desde fuera si el jefe de Estado de un determinado país debe irse? Eso lo deben decidir los propios sirios", sentenció Putin, que esta semana recibió el agradecimiento personal de Al Assad por su campaña militar contra el EI durante un encuentro en Moscú.

La respuesta de Estados Unidos no tardó en llegar.

Desde una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, dedicada a Medio Oriente, la embajadora estadounidense, Samantha Power, condenó los bombardeos rusos en Siria y aseguró que estos beneficiaron al EI en vez de debilitarlo.

"Al atacar a grupos no extremistas, Rusia promovió de forma perversa la fuerza relativa del EI, que aprovechó esta campaña para hacerse con nuevos territorios en la zona rural de (la ciudad norteña de) Alepo", sostuvo la diplomática, haciendo referencia a las denuncias de varios grupos rebeldes sirios que sostienen que los aviones rusos los están atacando a ellos y no sólo al EI.

Power recordó que la ONU informó que unos 85.000 civiles rusos ya tuvieron que abandonar sus casas y buscar refugio en otra ciudad o provincia por la campaña de bombardeos rusos.

Desde Moscú, en tanto, el Ejército ruso informó hoy que sus aviones destruyeron un puente sobre el río Éufrates que constituía una infraestructura vital para la circulación de armas y bienes entre los territorios controlados por el EI en los países vecinos de Siria e Irak.

Más tarde, desde Berlín, antes de partir para Viena en el marco de una gira, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, reiteró ante la prensa que "hay algo en el camino que impide avanzar rápidamente" hacia una solución política del conflicto sirio y "su nombre es Bashar al Asad".

El mes pasado, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había pedido el fin de las hostilidades en Siria y había alertado que una resolución pacífica del conflicto sólo sería posible si se ponían de acuerdo Estados Unidos, Rusia, Turquía, Arabia Saudita e Irán.

Por eso, mañana, después de la reunión bilateral entre Kerry y Lavrov, se sumarán los cancilleres de Turquía, Feridun Sinirlioglu, y de Arabia Saudita, Adel al Jubeir.

Hace una semana, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, un declarado opositor de Damasco, había planteado una transición política de seis meses en Siria, al final de la cual Al Assad abandonaría el poder.

Damasco y sus aliados acusan al gobierno turco de ser una de las principales fuentes de apoyo financiero, militar y política de las principales milicias rebeldes sirias.

Arabia Saudita mantiene una posición similar.

El martes pasado, el canciller Al Jubeir volvió a reclamar, tras una reunión en Berlín con su par alemán, Frank-Walter Steinmeier, la salida del poder de Al Assad.

"Sea hoy, mañana o en un mes -eso depende del pueblo sirio-, pero está claro que Bashar al Assad no tiene futuro en Siria", sentenció ante la prensa el dirigente de la monarquía conservadora más poderosa del Golfo Pérsico.

JF Kerry y Serguei Lavrov. Secretos (de Estado) en voz baja.
22 OCT 2015 - 18:35

La reunión, a la que luego se sumarán los cancilleres de Turquía y Arabia Saudita, será la primera entre los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y rusa, Serguei Lavrov, desde que Moscú comenzara a bombardear a pedido del gobierno de Siria a los islamistas del EI en ese país árabe, el 30 de septiembre.

La ofensiva rusa cayó mal en Washington y entre los aliados de Estados Unidos, quienes hace más de un año bombardean desde el aire las posiciones del EI en Siria, al mismo tiempo que apoyan con armas y dinero a otros grupos rebeldes que pelean para derrocar al gobierno de Bashar al Assad.

El primero en plantar hoy su posición antes de la reunión de Viena fue el presidente ruso, Vladimir Putin, al afirmar que la campaña de bombardeos aéreos de Estados Unidos ha fracasado en su intento por destruir al EI en Siria porque Washington realiza un "doble juego", según la agencia de noticias EFE.

"Siempre es difícil llevar adelante un doble juego. Declarar la guerra a los terroristas y, al mismo tiempo, utilizarlos ... para sus propios intereses", denunció Putin en un foro público en la localidad rusa de Sochi, sobre el mar Negro.

Además, el mandatario ruso volvió a reafirmar su apoyo a Al Assad y condenó a los líderes de las potencias occidentales que piden su salida del poder desde el principio de la guerra civil que comenzó en marzo de 2011 y ya provocó más de 250.000 muertos.

"¿Cómo podemos decidir desde fuera si el jefe de Estado de un determinado país debe irse? Eso lo deben decidir los propios sirios", sentenció Putin, que esta semana recibió el agradecimiento personal de Al Assad por su campaña militar contra el EI durante un encuentro en Moscú.

La respuesta de Estados Unidos no tardó en llegar.

Desde una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, dedicada a Medio Oriente, la embajadora estadounidense, Samantha Power, condenó los bombardeos rusos en Siria y aseguró que estos beneficiaron al EI en vez de debilitarlo.

"Al atacar a grupos no extremistas, Rusia promovió de forma perversa la fuerza relativa del EI, que aprovechó esta campaña para hacerse con nuevos territorios en la zona rural de (la ciudad norteña de) Alepo", sostuvo la diplomática, haciendo referencia a las denuncias de varios grupos rebeldes sirios que sostienen que los aviones rusos los están atacando a ellos y no sólo al EI.

Power recordó que la ONU informó que unos 85.000 civiles rusos ya tuvieron que abandonar sus casas y buscar refugio en otra ciudad o provincia por la campaña de bombardeos rusos.

Desde Moscú, en tanto, el Ejército ruso informó hoy que sus aviones destruyeron un puente sobre el río Éufrates que constituía una infraestructura vital para la circulación de armas y bienes entre los territorios controlados por el EI en los países vecinos de Siria e Irak.

Más tarde, desde Berlín, antes de partir para Viena en el marco de una gira, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, reiteró ante la prensa que "hay algo en el camino que impide avanzar rápidamente" hacia una solución política del conflicto sirio y "su nombre es Bashar al Asad".

El mes pasado, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había pedido el fin de las hostilidades en Siria y había alertado que una resolución pacífica del conflicto sólo sería posible si se ponían de acuerdo Estados Unidos, Rusia, Turquía, Arabia Saudita e Irán.

Por eso, mañana, después de la reunión bilateral entre Kerry y Lavrov, se sumarán los cancilleres de Turquía, Feridun Sinirlioglu, y de Arabia Saudita, Adel al Jubeir.

Hace una semana, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, un declarado opositor de Damasco, había planteado una transición política de seis meses en Siria, al final de la cual Al Assad abandonaría el poder.

Damasco y sus aliados acusan al gobierno turco de ser una de las principales fuentes de apoyo financiero, militar y política de las principales milicias rebeldes sirias.

Arabia Saudita mantiene una posición similar.

El martes pasado, el canciller Al Jubeir volvió a reclamar, tras una reunión en Berlín con su par alemán, Frank-Walter Steinmeier, la salida del poder de Al Assad.

"Sea hoy, mañana o en un mes -eso depende del pueblo sirio-, pero está claro que Bashar al Assad no tiene futuro en Siria", sentenció ante la prensa el dirigente de la monarquía conservadora más poderosa del Golfo Pérsico.


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