Una provincia afgana podría caer en poder de talibanes

Tras meses de combates en el noreste y este del país, el vicegobernador de la provincia de Helmand, clave para el control del sur de Afganistán, advirtió hoy que esa región está "a punto de desmoronarse" a manos del principal grupo armado insurgente del país, los talibanes.

20 DIC 2015 - 15:16 | Actualizado

El vicegobernador Muhammad Jan Rasoulyar no esquivó el dramatismo y lanzó un pedido público al gobierno nacional del presidente Ahraf Ghani en Kabul: "Necesitamos de manera urgente la llegada" de refuerzos militares.

En una carta al presidente, Rasoulyar aseguró que entre el jueves y el viernes pasado murieron o resultaron heridos alrededor de 90 miembros de las fuerzas de seguridad locales y advirtió que los combates crecen "a diario" contra el movimiento islamista que Washington derrocó en 2001 al invadir y ocupar militarmente el país.

Por su parte, el jefe del Comité Militar del consejo provincial de Helmand, Bashir Ahmad Shakir, agregó que sus hombres están luchando de manera feroz en casi todas las áreas, exceptuando los distritos de Nawa y Garamsir", según la agencia de noticias EFE.

En julio pasado los insurgentes talibanes tomaron un distrito de esa región sureña, pero según Rasoulyar ninguna autoridad nacional reaccionó. En octubre pasado, agregó, los milicianos islamistas llegaron hasta las puertas de la capital regional, Lashkargah.

El vicegobernador advirtió en su carta que Helmand podría sufrir la misma suerte que sufrió la ciudad de Kunduz, en septiembre y octubre pasado, en el noreste del país, cerca de la frontera con Tayikistán, justo en medio de una de las principales rutas de exportación de droga del país.

Después de meses de combates y tras no recibir ningún refuerzo militar del gobierno nacional, las autoridades de Kunduz perdieron el control de la ciudad. Sólo después, el gobierno afgano mandó tropas y hasta aviones de combate estadounidenses se sumaron a la lucha por recuperar la urbe.

Finalmente lograron tomar el control, pero en el medio Washington bombardeó el único hospital que funcionaba y que dirigía Médicos Sin fronteras allí y al menos un tercio de la población local tuvo que abandonar sus casas y refugiarse en otra parte del país o fuera del territorio.

"(Pero) Helmand no es Kunduz, no puede ser recuperada fácilmente. En Helmand hay más vegetación y posee un buen entorno para realizar ataques rápidos y luego esconderse. Sería una pesadilla recuperarla si cae en manos de los talibanes", sentenció el vicegobernador.

Helmand se convirtió este año en uno de los principales bastiones de los talibanes. La milicia controla totalmente al menos dos de sus 14 distritos y parcialmente otros diez.

La zona, que durante los años de la ocupación occidental dirigida por Estados Unidos estaba bajo mando británico, concentra casi el 50% de la producción de opio de Afganistán.

Pese a que el conflicto aparece acallado por los líderes de las principales potencias occidentales, el avance talibán ha crecido de manera sostenida este año, especialmente tras la retirada de la mayor parte del contingente militar estadounidense y de sus aliados occidentales.

En diciembre de 2014, el presidente Barack Obama dio por terminada la llamada guerra en Afganistán, ordenó retirar a los más de 100.000 soldados que su país tenía en el territorio y dejó un poco menos de 10.000 para garantizar la "transición" y continuar tareas de "asistencia y entrenamiento".

Sin embargo, tras la caida de Kunduz y el asedio posterior a Ghazni, una ciudad del este del país, entre Kabul y Kandahar, la cuna de los talibanes, Obama decidió dar marcha atrás con su retirada gradual de tropas y mantener sus casi 10.000 hombres por un tiempo indeterminado.

El anuncio, sin embargo, no detuvo el avance talibán.

Hace unas semanas, los milicianos islamistas rodearon el aeropuerto de Kandahar y durante más de 24 horas combatieron con las fuerzas de seguridad locales en un intento por tomar uno de los puntos más importantes de la zona. Al menos 68 personas murieron.

Kandahar está ubicada a sólo unos kilómetros al este de la provincia de Helmand.

20 DIC 2015 - 15:16

El vicegobernador Muhammad Jan Rasoulyar no esquivó el dramatismo y lanzó un pedido público al gobierno nacional del presidente Ahraf Ghani en Kabul: "Necesitamos de manera urgente la llegada" de refuerzos militares.

En una carta al presidente, Rasoulyar aseguró que entre el jueves y el viernes pasado murieron o resultaron heridos alrededor de 90 miembros de las fuerzas de seguridad locales y advirtió que los combates crecen "a diario" contra el movimiento islamista que Washington derrocó en 2001 al invadir y ocupar militarmente el país.

Por su parte, el jefe del Comité Militar del consejo provincial de Helmand, Bashir Ahmad Shakir, agregó que sus hombres están luchando de manera feroz en casi todas las áreas, exceptuando los distritos de Nawa y Garamsir", según la agencia de noticias EFE.

En julio pasado los insurgentes talibanes tomaron un distrito de esa región sureña, pero según Rasoulyar ninguna autoridad nacional reaccionó. En octubre pasado, agregó, los milicianos islamistas llegaron hasta las puertas de la capital regional, Lashkargah.

El vicegobernador advirtió en su carta que Helmand podría sufrir la misma suerte que sufrió la ciudad de Kunduz, en septiembre y octubre pasado, en el noreste del país, cerca de la frontera con Tayikistán, justo en medio de una de las principales rutas de exportación de droga del país.

Después de meses de combates y tras no recibir ningún refuerzo militar del gobierno nacional, las autoridades de Kunduz perdieron el control de la ciudad. Sólo después, el gobierno afgano mandó tropas y hasta aviones de combate estadounidenses se sumaron a la lucha por recuperar la urbe.

Finalmente lograron tomar el control, pero en el medio Washington bombardeó el único hospital que funcionaba y que dirigía Médicos Sin fronteras allí y al menos un tercio de la población local tuvo que abandonar sus casas y refugiarse en otra parte del país o fuera del territorio.

"(Pero) Helmand no es Kunduz, no puede ser recuperada fácilmente. En Helmand hay más vegetación y posee un buen entorno para realizar ataques rápidos y luego esconderse. Sería una pesadilla recuperarla si cae en manos de los talibanes", sentenció el vicegobernador.

Helmand se convirtió este año en uno de los principales bastiones de los talibanes. La milicia controla totalmente al menos dos de sus 14 distritos y parcialmente otros diez.

La zona, que durante los años de la ocupación occidental dirigida por Estados Unidos estaba bajo mando británico, concentra casi el 50% de la producción de opio de Afganistán.

Pese a que el conflicto aparece acallado por los líderes de las principales potencias occidentales, el avance talibán ha crecido de manera sostenida este año, especialmente tras la retirada de la mayor parte del contingente militar estadounidense y de sus aliados occidentales.

En diciembre de 2014, el presidente Barack Obama dio por terminada la llamada guerra en Afganistán, ordenó retirar a los más de 100.000 soldados que su país tenía en el territorio y dejó un poco menos de 10.000 para garantizar la "transición" y continuar tareas de "asistencia y entrenamiento".

Sin embargo, tras la caida de Kunduz y el asedio posterior a Ghazni, una ciudad del este del país, entre Kabul y Kandahar, la cuna de los talibanes, Obama decidió dar marcha atrás con su retirada gradual de tropas y mantener sus casi 10.000 hombres por un tiempo indeterminado.

El anuncio, sin embargo, no detuvo el avance talibán.

Hace unas semanas, los milicianos islamistas rodearon el aeropuerto de Kandahar y durante más de 24 horas combatieron con las fuerzas de seguridad locales en un intento por tomar uno de los puntos más importantes de la zona. Al menos 68 personas murieron.

Kandahar está ubicada a sólo unos kilómetros al este de la provincia de Helmand.


NOTICIAS RELACIONADAS