Más tensión entre las potencias por ataques a hospitales sirios

Las potencias que combaten en Siria se acusaron hoy mutuamente por los bombardeos contra hospitales en Siria, que ayer dejaron medio centenar de muertos y sembraron dudas sobre la continuidad de la tregua acordada la semana pasada y la reanudación de las conversaciones de paz de Ginebra, previstas para el 25 de febrero.

16 FEB 2016 - 14:39 | Actualizado

En declaraciones a la prensa, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, rechazó las acusaciones contra Rusia y llamó a escuchar a la "fuente primaria", Siria, cuyo embajador en Moscú apuntó ayer contra la coalición internacional encabezada por Estados Unidos.

"Rechazamos categóricamente estas declaraciones, porque además quienes las hacen son siempre incapaces de demostrar sus acusaciones", subrayó Peskov al ser consultado por las denuncias del opositor Observatorio Sirio en Derechos Humanos (OSDH), que también apuntó a la aviación rusa por el ataque.

La ONU denunció ayer que los bombardeos destruyeron cinco hospitales y clínicas y dos escuelas en el norte de Siria, y mataron a unos 50 civiles, en tanto que Médicos Sin Fronteras (MSF) sólo confirmó ataques contra tres hospitales.

Naciones Unidas calificó de "crímenes de guerra" el ataque deliberado contra centros médicos aunque evitó acusar a Siria o Rusia del incidente que, según activistas citados por la agencia de noticias EFE, ha dejado el hospital inutilizado.

"El ataque intencionado y directo contra instalaciones médicas o lugares ocupados por enfermos y heridos, así como contra unidades médicas con el emblema de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es un crimen de guerra en un conflicto armado", señaló el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.

Aunque dijo que no se puede apuntar con certeza a la aviación siria o rusa, el portavoz recordó que "está claro que aviones sirios y rusos están muy activos y pedimos a los que lanzan bombas desde el cielo que tengan más cuidado porque el número de ataques contra civiles es astronómico".

Los ataques contra hospitales en Siria empezaron en 2012, un año después del levantamiento popular contra el presidente sirio, Bashar al Assad, que meses después se convirtió en una guerra civil.

En el periodo del conflicto armado, se ha reportado que 640 médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios fueron asesinados, mientras que el 58% de los hospitales y el 49% de centros de salud primaria del país han cerrado o funcionan parcialmente, lo que para Colville sugiere que se trata una "táctica de guerra deliberada".

El gobierno turco, abiertamente enfrentado a Moscú, también calificó de "crimen de guerra" el ataque y apuntó a Rusia como autor del hecho en un comunicado emitido anoche por la Cancillería.

"La Federación rusa está profundizando la guerra civil en Siria y acelerando la tensión en la región con esos crímenes que está cometiendo. Si Rusia no detiene inmediatamente esas acciones y ataques que alejan más a Siria de la paz y la estabilidad, será inevitable afrontar consecuencias más grandes y graves", advirtió la Cancillería en su nota.

Además, Ankara dejó trascender que está dispuesta a enviar tropas terrestres a Siria, aunque sólo si cuenta con el apoyo de los aliados internacionales, no sólo con Arabia Saudita, informó la agencia de noticias alemana DPA, que cita a un funcionario del gobierno turco que habló bajo condición de anonimato.

"Sin una gran operación es imposible frenar los combates en Siria", sostuvo el funcionario quien además, confirmó que cuatro aviones de combate sauditas están estacionados en la base aérea turca de Incirlik, en el sur de Turquía.

Riad manifestó a comienzos de mes su disposición a una operación terrestre en Siria en el marco de la coalición internacional contra el Estado Islámico, pero Estados Unidos y otros países occidentales -que están combatiendo en Siria e Irak, aunque sólo por aire- lo rechazan.

En tanto, Alemania llamó a Rusia y Turquía a recordar el compromiso alcanzado la semana pasada en Munich, donde se acordó un cese el fuego de una semana, y reducir "de forma clara" las actividades militares en el país.

"Espero que tanto Moscú como Ankara orienten todas sus acciones militares y políticas a los compromisos de Munich y que antes del acuerdo final para un alto el fuego se reduzcan de forma clara las actividades militares", manifestó en un comunicado el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier.

El Grupo Internacional de Apoyo Sirio -en el que participan Estados Unidos, Rusia, la Unión Europa, Turquía, Irán y Arabia Saudita- acordó el jueves pasado declarar un alto el fuego de una semana en Siria, atender las necesidades humanitarias urgentes y coordinar las acciones militares.

La tregua, que no permite las acciones defensivas y excluye a los "grupos terroristas", se da en medio de una pausa en las conversaciones de paz de Ginebra, que deberán retomarse el 25 de febrero.

Sin embargo, en un discurso brindado anoche, el presidente sirio expresó sus dudas sobre el cumplimiento de esta medida.

"Quieren un alto el fuego en una semana. ¿Quién puede reunir todas las condiciones y demandas en una semana?: Nadie", consideró Al Assad en un discurso difundido por medios de comunicación oficiales.

Pese a la creciente tensión, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, mantiene su intención de reanudar las conversaciones de paz iniciadas a finales de enero, aunque Siria advirtió hoy que sólo acudirá si la cita es sin precondiciones.

Así lo afirmó el canciller sirio, Walid Al Mualem, durante una reunión en Damasco con De Mistura, en relación a las diferencias sobre el futuro de Al Assad, y la definición de cuales serán los grupos opositores que participaran en futuras conversaciones, dos de las cuestiones más espinosas.

Algunos grupos armados, como el opositor Ejército Libre Sirio, son considerados moderados por Occidente, que incluso les ha enviado armas y dinero; mientras que para Siria todos los grupos rebeldes son "terroristas".

Según un comunicado de la Cancillería siria, Al Mualem "insistió en las conversaciones con De Mistura en que el gobierno está comprometido a continuar el diálogo entre sirios sin condiciones previas" y reclamó por el levantamiento de las sanciones "unilaterales injustas", impuestas por Estado Unidos y la UE a Siria, que "contribuyen al aumento del sufrimiento del pueblo sirio".

16 FEB 2016 - 14:39

En declaraciones a la prensa, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, rechazó las acusaciones contra Rusia y llamó a escuchar a la "fuente primaria", Siria, cuyo embajador en Moscú apuntó ayer contra la coalición internacional encabezada por Estados Unidos.

"Rechazamos categóricamente estas declaraciones, porque además quienes las hacen son siempre incapaces de demostrar sus acusaciones", subrayó Peskov al ser consultado por las denuncias del opositor Observatorio Sirio en Derechos Humanos (OSDH), que también apuntó a la aviación rusa por el ataque.

La ONU denunció ayer que los bombardeos destruyeron cinco hospitales y clínicas y dos escuelas en el norte de Siria, y mataron a unos 50 civiles, en tanto que Médicos Sin Fronteras (MSF) sólo confirmó ataques contra tres hospitales.

Naciones Unidas calificó de "crímenes de guerra" el ataque deliberado contra centros médicos aunque evitó acusar a Siria o Rusia del incidente que, según activistas citados por la agencia de noticias EFE, ha dejado el hospital inutilizado.

"El ataque intencionado y directo contra instalaciones médicas o lugares ocupados por enfermos y heridos, así como contra unidades médicas con el emblema de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, es un crimen de guerra en un conflicto armado", señaló el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.

Aunque dijo que no se puede apuntar con certeza a la aviación siria o rusa, el portavoz recordó que "está claro que aviones sirios y rusos están muy activos y pedimos a los que lanzan bombas desde el cielo que tengan más cuidado porque el número de ataques contra civiles es astronómico".

Los ataques contra hospitales en Siria empezaron en 2012, un año después del levantamiento popular contra el presidente sirio, Bashar al Assad, que meses después se convirtió en una guerra civil.

En el periodo del conflicto armado, se ha reportado que 640 médicos, enfermeras y otros trabajadores sanitarios fueron asesinados, mientras que el 58% de los hospitales y el 49% de centros de salud primaria del país han cerrado o funcionan parcialmente, lo que para Colville sugiere que se trata una "táctica de guerra deliberada".

El gobierno turco, abiertamente enfrentado a Moscú, también calificó de "crimen de guerra" el ataque y apuntó a Rusia como autor del hecho en un comunicado emitido anoche por la Cancillería.

"La Federación rusa está profundizando la guerra civil en Siria y acelerando la tensión en la región con esos crímenes que está cometiendo. Si Rusia no detiene inmediatamente esas acciones y ataques que alejan más a Siria de la paz y la estabilidad, será inevitable afrontar consecuencias más grandes y graves", advirtió la Cancillería en su nota.

Además, Ankara dejó trascender que está dispuesta a enviar tropas terrestres a Siria, aunque sólo si cuenta con el apoyo de los aliados internacionales, no sólo con Arabia Saudita, informó la agencia de noticias alemana DPA, que cita a un funcionario del gobierno turco que habló bajo condición de anonimato.

"Sin una gran operación es imposible frenar los combates en Siria", sostuvo el funcionario quien además, confirmó que cuatro aviones de combate sauditas están estacionados en la base aérea turca de Incirlik, en el sur de Turquía.

Riad manifestó a comienzos de mes su disposición a una operación terrestre en Siria en el marco de la coalición internacional contra el Estado Islámico, pero Estados Unidos y otros países occidentales -que están combatiendo en Siria e Irak, aunque sólo por aire- lo rechazan.

En tanto, Alemania llamó a Rusia y Turquía a recordar el compromiso alcanzado la semana pasada en Munich, donde se acordó un cese el fuego de una semana, y reducir "de forma clara" las actividades militares en el país.

"Espero que tanto Moscú como Ankara orienten todas sus acciones militares y políticas a los compromisos de Munich y que antes del acuerdo final para un alto el fuego se reduzcan de forma clara las actividades militares", manifestó en un comunicado el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier.

El Grupo Internacional de Apoyo Sirio -en el que participan Estados Unidos, Rusia, la Unión Europa, Turquía, Irán y Arabia Saudita- acordó el jueves pasado declarar un alto el fuego de una semana en Siria, atender las necesidades humanitarias urgentes y coordinar las acciones militares.

La tregua, que no permite las acciones defensivas y excluye a los "grupos terroristas", se da en medio de una pausa en las conversaciones de paz de Ginebra, que deberán retomarse el 25 de febrero.

Sin embargo, en un discurso brindado anoche, el presidente sirio expresó sus dudas sobre el cumplimiento de esta medida.

"Quieren un alto el fuego en una semana. ¿Quién puede reunir todas las condiciones y demandas en una semana?: Nadie", consideró Al Assad en un discurso difundido por medios de comunicación oficiales.

Pese a la creciente tensión, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, mantiene su intención de reanudar las conversaciones de paz iniciadas a finales de enero, aunque Siria advirtió hoy que sólo acudirá si la cita es sin precondiciones.

Así lo afirmó el canciller sirio, Walid Al Mualem, durante una reunión en Damasco con De Mistura, en relación a las diferencias sobre el futuro de Al Assad, y la definición de cuales serán los grupos opositores que participaran en futuras conversaciones, dos de las cuestiones más espinosas.

Algunos grupos armados, como el opositor Ejército Libre Sirio, son considerados moderados por Occidente, que incluso les ha enviado armas y dinero; mientras que para Siria todos los grupos rebeldes son "terroristas".

Según un comunicado de la Cancillería siria, Al Mualem "insistió en las conversaciones con De Mistura en que el gobierno está comprometido a continuar el diálogo entre sirios sin condiciones previas" y reclamó por el levantamiento de las sanciones "unilaterales injustas", impuestas por Estado Unidos y la UE a Siria, que "contribuyen al aumento del sufrimiento del pueblo sirio".


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