Comodoro: dolor tras el deceso del primer bombero caído en acto de servicio

Luis Roberto Gramajo, el primer bombero fallecido en acto de servicio en Comodoro Rivadavia será despedido mañana por familiares, camaradas y la comunidad a la que se entregó por entero ofrendando su propia vida.

Gramajo era bombero desde hace más de una década.
21 MAR 2016 - 18:24 | Actualizado

El joven, que prestaba servicio en el Cuartel Central, era bombero voluntario desde hace más de una década y había intervenido en numerosas situaciones.

Sus colegas, doblados por el dolor y con la cercanía con el peor de los límites, el de la propia subsistencia, se encargaron de recordarlo afectuosamente. Hijo de un dirigente vecinal del barrio Sarmiento; amante de los autos tuneados y orgulloso del uniforme que portaba, “Pirry” Gramajo había nacido en Puerto Deseado aunque vivió casi desde siempre en Comodoro Rivadavia ligado al sonido de los motores; la amistad y su inquebrantable vocación de servicio.

Ser bombero fue siempre una elección, sin medir riesgos; sin cobrar un sueldo y resignando parte de las comodidades hogareñas. Inclusive durante el fin de semana había pernoctado en el Cuartel con la idea de completar el total de horas que se requiere para mantener su condición de activo. Y en el mediodía del domingo, se preparaba para compartir un asado con sus compañeros. Cuando se había comprado la carne y comenzaba a prepararse el fuego; sonó la alarma fatal que cambiaría todo para siempre.

Gramajo se calzó el equipamiento de rigor y en minutos estuvo a bordo del Móvil 40, la unidad de ataque rápido desplazándose hacia la zona de Costanera. Ya en el lugar se comprobó la magnitud del siniestro; el fuego que se había declarado en el pub, confitería y salón de baile “Irlanda” sobre calle San Martín en cercanías de la Plaza Soberanía.

Aunque inicialmente la situación se declaró “controlada” de acuerdo al protocolo; se observaba fuego en el entretecho mientras se atacaba la cocina del local mayoritariamente construido en madera. Tres bomberos -entre ellos Gramajo- ingresaron para neutralizar las llamas en el interior. Según testigos, la rotura de una ventana provocó una explosión por efecto del oxígeno que puso en riesgo al equipo. Dos bomberos lograron retirarse con esfuerzo pero la víctima en medio de la confusión quedó expuesta a los gases y la alta temperatura en un sector de barra a prácticamente siete metros de la salida.

De inmediato se requirió asistencia y se solicitó apoyo externo. Inclusive llegó hasta el lugar una dotación de bomberos de la Prefectura Naval Argentina que no suele intervenir fuera de la jurisdicción portuaria. También el equipo de Guardavidas municipal se acercó ante la emergencia portando un desfibrilador con el que se le practicó resucitación cardiopulmonar al bombero ya rescatado y con quemaduras en el pecho, manos y rostro.

La llegada de los equipos médicos terminó confirmando el deceso de Luis Gramajo, una circunstancia que generó lógicas escenas entre sus colegas. Aunque resta conocerse el resultado de los peritajes, se presume que el bombero habría fallecido como consecuencia de la asfixia provocada por la inhalación de gases.

Sus restos son velados con una guardia de honor en la sala "B" de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada en la Avda. Yrigoyen y mañana a las 10 lo despedirán las sirenas de las autobombas en una emotiva ceremonia institucional, la primera que se realiza en Comodoro Rivadavia en setenta y siete años de existencia de los Bomberos Voluntarios.
 

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Gramajo era bombero desde hace más de una década.
21 MAR 2016 - 18:24

El joven, que prestaba servicio en el Cuartel Central, era bombero voluntario desde hace más de una década y había intervenido en numerosas situaciones.

Sus colegas, doblados por el dolor y con la cercanía con el peor de los límites, el de la propia subsistencia, se encargaron de recordarlo afectuosamente. Hijo de un dirigente vecinal del barrio Sarmiento; amante de los autos tuneados y orgulloso del uniforme que portaba, “Pirry” Gramajo había nacido en Puerto Deseado aunque vivió casi desde siempre en Comodoro Rivadavia ligado al sonido de los motores; la amistad y su inquebrantable vocación de servicio.

Ser bombero fue siempre una elección, sin medir riesgos; sin cobrar un sueldo y resignando parte de las comodidades hogareñas. Inclusive durante el fin de semana había pernoctado en el Cuartel con la idea de completar el total de horas que se requiere para mantener su condición de activo. Y en el mediodía del domingo, se preparaba para compartir un asado con sus compañeros. Cuando se había comprado la carne y comenzaba a prepararse el fuego; sonó la alarma fatal que cambiaría todo para siempre.

Gramajo se calzó el equipamiento de rigor y en minutos estuvo a bordo del Móvil 40, la unidad de ataque rápido desplazándose hacia la zona de Costanera. Ya en el lugar se comprobó la magnitud del siniestro; el fuego que se había declarado en el pub, confitería y salón de baile “Irlanda” sobre calle San Martín en cercanías de la Plaza Soberanía.

Aunque inicialmente la situación se declaró “controlada” de acuerdo al protocolo; se observaba fuego en el entretecho mientras se atacaba la cocina del local mayoritariamente construido en madera. Tres bomberos -entre ellos Gramajo- ingresaron para neutralizar las llamas en el interior. Según testigos, la rotura de una ventana provocó una explosión por efecto del oxígeno que puso en riesgo al equipo. Dos bomberos lograron retirarse con esfuerzo pero la víctima en medio de la confusión quedó expuesta a los gases y la alta temperatura en un sector de barra a prácticamente siete metros de la salida.

De inmediato se requirió asistencia y se solicitó apoyo externo. Inclusive llegó hasta el lugar una dotación de bomberos de la Prefectura Naval Argentina que no suele intervenir fuera de la jurisdicción portuaria. También el equipo de Guardavidas municipal se acercó ante la emergencia portando un desfibrilador con el que se le practicó resucitación cardiopulmonar al bombero ya rescatado y con quemaduras en el pecho, manos y rostro.

La llegada de los equipos médicos terminó confirmando el deceso de Luis Gramajo, una circunstancia que generó lógicas escenas entre sus colegas. Aunque resta conocerse el resultado de los peritajes, se presume que el bombero habría fallecido como consecuencia de la asfixia provocada por la inhalación de gases.

Sus restos son velados con una guardia de honor en la sala "B" de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada en la Avda. Yrigoyen y mañana a las 10 lo despedirán las sirenas de las autobombas en una emotiva ceremonia institucional, la primera que se realiza en Comodoro Rivadavia en setenta y siete años de existencia de los Bomberos Voluntarios.
 


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